Desde Valentine’s Day Rusia desea llevar a EE.UU. a negociar el control de armas estratégicas

En un giro inesperado de los eventos que desafía las convenciones de la diplomacia internacional y la seguridad global, Rusia desea llevar a EE.UU. a negociar sobre el control de armas estratégicas. Esta movida audaz, revelada por primera vez el 14 de febrero, Día de San Valentín, a través de una advertencia emitida por el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Turner (R-Ohio), y reiterada en otra advertencia el 22 de febrero, ha alarmado a la comunidad internacional sobre las intenciones de Vladimir Putin de detonar un arma nuclear en el espacio, violando así el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967.

Según Glen E. Howard, ex presidente de la Fundación Jamestown, y Pavel Luzin, miembro senior, en su artículo para The Hill titulado: “La apuesta espacial de alto riesgo de Putin tiene como objetivo llevar a EE.UU. a la mesa de negociaciones”, el fin último de esta estrategia es presionar a Estados Unidos para que retome las conversaciones sobre el control de armas estratégicas. “La propia administración Biden tiene la culpa de esto porque el año pasado el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan dijo a Moscú que estaba preparado para entablar futuras conversaciones “sin condiciones previas”, escribieron.

Rusia desea llevar a EE.UU. a negociar

La preocupación radica no solo en el potencial despliegue de un nuevo sistema antisatélite por parte de Rusia, sino también en la posibilidad de que dicho sistema incluya un interceptor de misiles exoatmosférico con capacidad dual: convencional/cinético o nuclear. Esta capacidad significaría una escalada sin precedentes en la militarización del espacio y pondría en riesgo miles de satélites comerciales que son esenciales para la infraestructura global de comunicaciones, incluidas las operaciones de las fuerzas armadas estadounidenses desplegadas en todo el mundo. La detonación de un arma nuclear en la órbita terrestre inferior, creando un pulso electromagnético de gran altitud (HEMP), podría inutilizar dispositivos electrónicos, redes eléctricas y otros medios críticos de infraestructura, afectando significativamente tanto a la vida civil como a la militar.

Rusia desea llevar a EE.UU. a negociar
La preocupación radica no solo en el potencial despliegue de un nuevo sistema antisatélite por parte de Rusia, sino también en la posibilidad de que dicho sistema incluya un interceptor de misiles exoatmosférico con capacidad dual: convencional/cinético o nuclear. Ilustración MidJourney

Rusia desea llevar a EE.UU. a negociar, utilizando una estrategia de «escalar para desescalar» en un intento de obtener una ventaja en las negociaciones sobre el control de armas. Esta táctica, que incluye el chantaje nuclear, tiene como objetivo forzar a Estados Unidos a reconsiderar su apoyo a Ucrania y a reevaluar su posición en las negociaciones sobre el control de armas. A pesar de las sanciones occidentales, Rusia sigue siendo una de las tres principales potencias espaciales del mundo, continuando con nuevas inversiones y modernización de sus capacidades militares asimétricas en el espacio. En 2021, el Kremlin demostró su capacidad al probar con éxito un misil antisatélite, señalando su intención de reemplazar antiguos sistemas de satélites y desplegar una nueva generación con capacidades mejoradas de guerra electrónica y bloqueo de satélites estadounidenses.

Tambièn puedes leer: Ruth Marcus esculca en el furioso acuerdo de la Corte Suprema sobre Trump en Colorado

Órbita terrestre baja

La estrategia espacial de Rusia refleja la importancia crítica de la órbita terrestre baja para la guerra moderna, donde la ventaja tecnológica estadounidense, demostrada por satélites como los de SpaceX, Planet Labs y Maxar, ha sido decisiva en conflictos como la guerra de Ucrania. Geopolíticamente, el dominio de la órbita terrestre baja es visto por Rusia como esencial para controlar los puntos de entrada y salida al espacio, una nueva interpretación de la teoría geopolítica del Heartland que sugiere que quien controla esta órbita controla el espacio cercano a la Tierra y, por extensión, el destino de la humanidad.

Rusia desea llevar a EE.UU. a negociar
La necesidad de Rusia desea llevar a EE.UU. a negociar sobre el control de armas estratégicas a través de una estrategia de escalada en el espacio representa un desafío significativo para la estabilidad global y la seguridad. Ilustración MidJourney.

Rusia desea llevar a EE.UU. a negociar, explotando la vulnerabilidad de la infraestructura espacial estadounidense para presionar por un cambio en la política exterior y de seguridad de Estados Unidos. La administración Biden ha sido criticada por su disposición a entablar conversaciones sin condiciones previas, lo que Putin ha rechazado, optando en cambio por una táctica de presión de alto riesgo. Para contrarrestar esta estrategia, Estados Unidos debe ignorar los esfuerzos rusos para forzar el inicio de nuevas negociaciones y, en su lugar, redoblar sus esfuerzos para desarrollar capacidades antisatélites, aumentando la sostenibilidad y la flexibilidad de sus activos espaciales. Además, es imperativo desarrollar una estrategia política y militar a largo plazo en el espacio para resistir los esfuerzos rusos por ejercer control sobre el nuevo «corazón terrestre» de la Tierra.

Tambièn puedes leer: Londres: Sabemos que Alemania está bastante penetrada por los servicios de inteligencia rusos

Control de armas estratégicas

La necesidad de Rusia desea llevar a EE.UU. a negociar sobre el control de armas estratégicas a través de una estrategia de escalada en el espacio representa un desafío significativo para la estabilidad global y la seguridad. Mientras el mundo observa, la respuesta de Estados Unidos a este desafío no solo determinará el futuro de la diplomacia en el control de armas, sino también el equilibrio de poder en el nuevo dominio crítico de la guerra moderna: el espacio. La capacidad de negociar una solución pacífica y equitativa a este impasse será crucial para evitar una escalada que podría tener consecuencias catastróficas para la humanidad.

“Para detener las tácticas de presión de Putin en el espacio, Estados Unidos debería seguir ignorando los esfuerzos rusos para obligarlo a iniciar nuevas negociaciones destinadas a poner fin al apoyo a Ucrania. Estados Unidos también debería redoblar sus esfuerzos para desarrollar capacidades antisatélites aumentando la sostenibilidad y flexibilidad de sus activos espaciales. Finalmente, debe desarrollar una estrategia política y militar a largo plazo en el espacio para resistir los esfuerzos rusos por ejercer control sobre el nuevo corazón terrestre de la Tierra”, escibieron Glen E. Howard y Pavel Luzin.

Related articles

- Publicidad -spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí