La trayectoria de la guerra de Gaza dará forma al orden emergente del Medio Oriente

La región del Medio Oriente, históricamente conocida por sus riquezas naturales, sus conflictos centenarios y su importancia estratégica global, se encuentra en un punto de inflexión crítico que podría redefinir el equilibrio de poder tanto regional como mundialmente. La guerra en Gaza emerge no solo como un conflicto más en la larga lista de enfrentamientos que han sacudido a la región, sino como un crisol donde se están forjando los contornos de un nuevo orden emergente del Medio Oriente. Este nuevo orden, que surge en medio de la disolución del antiguo dominio y la lucha por establecer un equilibrio multipolar, tiene en su núcleo la posibilidad de transformar de manera significativa la estructura política, económica y social de toda la región.

Este análisis es proporcionado por Mona Yacoubian, experta en Medio Oriente con una extensa carrera que incluye posiciones en el Departamento de Estado de EE. UU. y como administradora adjunta en la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Yacoubian plantea estas reflexiones en su artículo para The Hill, titulado “Gaza puede ser el crisol para un nuevo orden en Medio Oriente”, donde expone cómo los recientes desarrollos en Gaza no solo están remodelando las dinámicas internas de la región, sino que también tienen el potencial de influir en el papel de actores globales como Estados Unidos en el nuevo paisaje geopolítico que está emergiendo.

Orden emergente del Medio Oriente

En el núcleo de esta transformación está la desintegración del viejo orden que, durante décadas, fue sostenido por la preeminencia de Estados Unidos y la relativa estabilidad que proporcionaba su influencia. Sin embargo, este orden se ha ido desmoronando gradualmente, un proceso que no comenzó con el ataque terrorista de Hamas el 7 de octubre, pero que ciertamente ha sido catalizado por el subsiguiente conflicto en Gaza y sus efectos en toda la región. La realidad es que Oriente Medio se encuentra en una coyuntura disruptiva, una discontinuidad de 70 años, transitando desde una era de dominio estadounidense hacia un nuevo escenario caracterizado por una distribución de poder más multipolar.

orden emergente del Medio Oriente
En el núcleo de esta transformación está la desintegración del viejo orden que, durante décadas, fue sostenido por la preeminencia de Estados Unidos y la relativa estabilidad que proporcionaba su influencia. Ilustración MidJourney

La caótica retirada de Estados Unidos de Afganistán en agosto de 2021 y su tibia respuesta al ataque masivo con drones, respaldado por Irán, contra la instalación petrolera saudita de Abqaiq en 2019, han profundizado la percepción de un retiro estadounidense y han sembrado dudas sobre su fiabilidad como aliado. Este vacío de poder ha sido rápidamente aprovechado por actores regionales como Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Turquía, que han empezado a resolver sus diferencias bilaterales y a reducir tensiones sin la intervención directa de Washington. Estos esfuerzos han resultado en una serie de transformaciones significativas, incluyendo la reintegración de Siria en la Liga Árabe y el calentamiento de relaciones entre Turquía y Arabia Saudita, variable que conforman lo que sería un nuevo orden emergente del Medio Oriente.

Tambièn puedes leer: Pesadilla de unos jóvenes indios: Fueron a Rusia para ser oficinistas y terminaron luchando contra Ucrania

China, el BRICS y el futuro

Además, la influencia creciente de China en la región, evidenciada por su papel en el acercamiento entre Arabia Saudita e Irán, y el fortalecimiento de los lazos económicos y comerciales entre Beijing y los países del Golfo, señalan el inicio de una era en la que múltiples potencias globales tendrán una participación activa en el Medio Oriente. La reciente adhesión de varios países de la región al grupo BRICS+ es un claro indicador de este cambio hacia un orden multipolar.

En este contexto, la guerra en Gaza se convierte en un punto de inflexión crítico. Con la llegada del Ramadán y la esperanza de una pausa humanitaria más larga y la liberación de rehenes, la región se encuentra en una encrucijada. Un camino lleva hacia una escalada de violencia que podría desembocar en una conflagración regional, mientras que el otro ofrece la posibilidad de una paz transformadora, que no solo resuelva el prolongado conflicto palestino-israelí, sino que también facilite una integración más amplia de Israel en el Medio Oriente. La elección entre estos caminos determinará no solo el futuro de Gaza sino el del orden emergente de Medio Oriente.

Estados Unidos debe despertar

La situación actual subraya la importancia de una diplomacia estadounidense revitalizada y audaz que pueda aprovechar este momento crítico para ayudar a catalizar la transformación de una tragedia en una oportunidad para una paz y prosperidad duraderas. A pesar de su menguante influencia, Estados Unidos sigue siendo un actor indispensable en el Medio Oriente, como lo demuestran los Acuerdos de Abraham y la negociación de una frontera marítima permanente entre Israel y Líbano. Ahora, más que nunca, es crucial que Washington ejerza su influencia de manera creativa para promover una solución justa y duradera al conflicto palestino-israelí, desbloqueando así el potencial de la región para una integración y cooperación más profundas.

orden emergente del Medio Oriente
Mientras que naciones como Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Turquía ejercen una mayor autonomía en la solución de sus problemas, también tienen la responsabilidad de promover la estabilidad y la cooperación en toda la región. Ilustración MidJourney.

La guerra en Gaza, por lo tanto, no es solo un conflicto más en la región, sino un momento definitorio que tiene el potencial de reconfigurar el orden geopolítico del Medio Oriente. La manera en que se resuelva este conflicto y la respuesta de los actores internacionales, especialmente de Estados Unidos, tendrán un impacto profundo en el futuro de la región. Entre la violencia y la paz, la trayectoria de esta guerra es crucial para dar forma al orden emergente del Medio Oriente, un orden que promete ser fundamentalmente diferente al que hemos conocido hasta ahora. En este momento decisivo, la comunidad internacional, liderada por actores claves como Estados Unidos, debe redoblar sus esfuerzos diplomáticos para asegurar que el camino hacia la paz y la estabilidad sea el que prevalezca.

Tambièn puedes leer: Científicos californianos crearon en laboratorio un ARN capaz de replicar vida y acelerar necesidades evolutivas

Un mundo multipolar

El papel de los actores regionales en el orden emergente del Medio Oriente es tan crucial como el de las potencias extranjeras. Mientras que naciones como Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Turquía ejercen una mayor autonomía en la solución de sus problemas, también tienen la responsabilidad de promover la estabilidad y la cooperación en toda la región. Su participación activa y constructiva es indispensable para el éxito de cualquier nuevo orden que emerja.

La configuración de este nuevo orden no será tarea fácil, enfrentando resistencias tanto internas como externas. La necesidad de diplomacia, compromiso y visión a largo plazo nunca ha sido más crítica. Solo a través de un esfuerzo concertado y colaborativo, podremos esperar alcanzar un Medio Oriente más pacífico y próspero, que sirva como piedra angular de la estabilidad global.

Related articles

- Publicidad -spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí