Tomás Straka: Vladimir Ilich Uliánov, Lenin, hizo afirmaciones razonables y difíciles de desmentir

En un mundo saturado de información instantánea y efemérides que resuenan con fuerza en las redes sociales y los medios de comunicación, resulta paradójico que el centenario de la muerte de Vladimir Ilich Uliánov, mejor conocido como Lenin, haya transcurrido con una notable discreción. Esta ausencia de conmemoraciones masivas no solo en Rusia, sino en los diversos rincones del mundo que alguna vez se vieron influenciados por el legado del líder bolchevique, esboza una silueta de olvido deliberado o, quizás, de un legado incómodo que muchos prefieren no rememorar.

No obstante, para el historiador y ensayista venezolano Tomás Straka, esta omisión es un tema digno de análisis profundo. A través de su reciente ensayo periodístico publicado en el portal venezolano PRODAVINCI, titulado “Centenario en silencio (o de por qué no debemos olvidar a Lenin)”, Straka invita a reflexionar sobre la figura de Lenin no solo como un revolucionario que cambió el curso de la historia, sino como un pensador cuyas ideas, en su momento, fueron no solo razonables sino también difíciles de desmentir.

Una versión más sobre Lenin

Straka, quien se desempeña como director del Instituto de Investigaciones Históricas «Hermann González Oropeza, sj», de la Universidad Católica Andrés Bello y es Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela, sostiene que la influencia de Lenin en el mundo contemporáneo es innegable. Desde su visión, aunque el comunismo como sistema ha experimentado un espectacular fracaso en Europa, evitando que sea visto como una opción viable, el legado leninista sigue presente en diversas formas a lo largo y ancho del planeta. Ejemplos claros de ello son las afirmaciones de Vladimir Putin sobre Ucrania como una creación artificial de Lenin o el sistema político leninista que prevalece en China, la segunda economía mundial, que ha relanzado el marxismo-leninismo a su manera.

Lenin
La habilidad política y la capacidad de trabajo de Lenin le permitieron lograr lo que ningún socialista había conseguido antes: en el espacio de treinta años después de su ascenso al poder en Rusia, cerca de un sexto de la población mundial y alrededor del 6% de la superficie terrestre estaban gobernados bajo su sistema. Ilustración MidJourney

La habilidad política y la capacidad de trabajo de Lenin le permitieron lograr lo que ningún socialista había conseguido antes: en el espacio de treinta años después de su ascenso al poder en Rusia, cerca de un sexto de la población mundial y alrededor del 6% de la superficie terrestre estaban gobernados bajo su sistema. Estos números, que continuaron creciendo en las siguientes dos décadas, destacan la impronta indiscutible de Lenin en la geopolítica mundial.

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Vladimir Ilich Uliánov

Pero, ¿qué hace a Lenin una figura tan relevante y a la vez tan controvertida? Su capacidad para transformar el socialismo, llevándolo desde las teorías marxistas del siglo XIX a una práctica revolucionaria concreta, es uno de sus logros más significativos. Cuando Lenin y los bolcheviques tomaron el poder en noviembre de 1917, muchos vieron en este acto la materialización de las promesas de un futuro radiante que habían anhelado durante décadas. Bajo la dirección de Lenin, se inició la construcción del primer Estado socialista de la historia, un proyecto que, a pesar de sus utopías y desafíos, contaba con fundamentos razonables y una visión de progreso para la humanidad.

Sin embargo, la historia también ha demostrado los graves errores y fracasos asociados a la implementación de sus ideas. El modelo estatista y de planificación central, aunque logró avances significativos como la derrota de la Alemania nazi y la industrialización de países subdesarrollados, eventualmente demostró ser insostenible. La visión de Lenin sobre el fin de las luchas de clases y la desaparición del Estado bajo el comunismo se enfrentó a la realidad de un estatismo abrumador en los países comunistas y al resurgimiento del nacionalismo y las diferencias nacionales que él había esperado superar.

Sin abono a la glorificación

La crítica de Straka hacia la omisión del centenario de la muerte de Lenin no es un llamado a la glorificación de su figura, sino más bien una invitación a estudiar y reflexionar sobre su legado con una perspectiva crítica. El historiador venezolano argumenta que, independientemente de los juicios de valor sobre Lenin, su impacto en la historia y en la configuración del mundo actual es indiscutible. Ignorar o minimizar esta realidad sería no solo un acto de negligencia historiográfica, sino también una oportunidad perdida para entender las dinámicas políticas y sociales contemporáneas.

Lenin
Ignorar o silenciar la historia de Lenin y su influencia equivale a una negación de las complejas dinámicas que han modelado las sociedades actuales. La decisión de muchos de obviar las conmemoraciones del centenario refleja, según Straka, no solo un intento de dejar atrás un recuerdo traumático, sino también una oportunidad perdida para comprender las raíces de muchos de los desafíos políticos, económicos y sociales que enfrentamos hoy. Ilustración MidJourney.

En este sentido, Straka subraya la importancia de abordar el legado de Lenin no como un tema cerrado o relegado al pasado, sino como un campo de estudio vital para comprender los desafíos actuales del mundo. La influencia de Lenin, a través de sus aciertos y errores, sigue siendo un espejo en el que podemos mirar para analizar críticamente las tendencias políticas, económicas y sociales de nuestra época. Su figura, a cien años de su muerte, continúa siendo un punto de referencia para debatir sobre los caminos hacia el progreso, la justicia social y la configuración de las sociedades futuras.

Sin luces en el escenario

El silencio que rodeó el centenario de la muerte de Lenin puede interpretarse como una manifestación de las complejidades y contradicciones que su figura evoca en el mundo contemporáneo. A través del análisis de Tomás Straka, se nos recuerda que la historia no es solo un registro de hechos pasados, sino también un diálogo continuo con el presente y el futuro. Reflexionar sobre el legado de Lenin, con todas sus luces y sombras, es esencial para entender las dinámicas actuales del mundo y, quizás, para evitar repetir los errores del pasado.

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Lenin y su legado, es fundamental reconocer el impacto profundo que tuvo en la configuración del mundo contemporáneo. Ignorar o silenciar la historia de Lenin y su influencia equivale a una negación de las complejas dinámicas que han modelado las sociedades actuales. La decisión de muchos de obviar las conmemoraciones del centenario refleja, según Straka, no solo un intento de dejar atrás un recuerdo traumático, sino también una oportunidad perdida para comprender las raíces de muchos de los desafíos políticos, económicos y sociales que enfrentamos hoy. Es en este contexto que el trabajo de Straka adquiere una relevancia particular, al instar a una revisión crítica de la historia que vaya más allá de las valoraciones simplistas y los juicios apresurados.

Entender las tensiones en el mundo

Además, Straka enfatiza la importancia de estudiar la figura de Lenin no como un mero ejercicio académico, sino como una necesidad para entender las tensiones presentes en el mundo actual. Las ideas y acciones de Lenin, aunque puedan parecer distantes, continúan influyendo en la política global de maneras a menudo subestimadas. Desde la política exterior de Rusia hasta el modelo político de China, pasando por los debates sobre el futuro del socialismo y la democracia en Europa y América Latina, las huellas de Lenin son evidentes.

Así, la propuesta de Straka no es solo un llamado a recordar, sino también a reflexionar sobre cómo los legados del pasado siguen moldeando nuestras realidades presentes y futuras. En última instancia, el centenario en silencio de Lenin representa no solo una reflexión sobre un personaje histórico, sino también sobre nuestra capacidad colectiva para enfrentar y aprender de la historia con honestidad y profundidad.

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