La influencia de la política estadounidense sobre Israel y su seguridad ha sido tema recurrente de debate en los círculos diplomáticos internacionales, y en esta elección presidencial de Estados Unidos, los israelíes parecen tener una clara preferencia. Con la ecuación: “Israelíes y la Casa Blanca” en la mira, surge la figura de Donald Trump como el favorito en los sondeos realizados en Israel, donde un 66% de los israelíes manifiestan su apoyo hacia él en comparación con un 17% que prefiere una Kamala Harris. Este amplio margen revela una preferencia significativa, impulsada por decisiones políticas que en el pasado acercaron a Washington y Tel Aviv. La historia reciente muestra un período de apoyo estratégico y decisiones favorables que Trump dio a Israel, consolidando su relación y creando una impresión duradera en la opinión pública israelí.
Elliot Kaufman, redactor editorial y editor de cartas del Journal, en un artículo publicado en el espacio de opinión de The Wall Street Journal bajo el título original: “Hay una razón por la que los israelíes prefieren a Trump antes que a Harris”, proporciona una Visión detallada de los factores que explican esta inclinación de los israelíes hacia Trump. Kaufman destaca que la política de Trump hacia Israel, basada en decisiones de alto perfil y medidas simbólicas, resonó profundamente en la ciudadanía israelí y creó un contraste marcado con la administración actual. Las políticas de Trump en Medio Oriente se caracterizaron por una estrategia de “máxima presión” sobre Irán, el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel al trasladar la embajada estadounidense, y la negociación de los Acuerdos de Abraham, los cuales forjaron lazos históricos de paz con países árabes, mostrando un enfoque pragmático y directo hacia la estabilidad en la región.
Israelíes y la Casa Blanca
En este análisis en torno a los “Israelíes y la Casa Blanca”, el artículo de Kaufman señala cómo los israelíes valoran la influencia de la política exterior estadounidense sobre sus vidas diarias y su seguridad. En el pasado, cada administración de Estados Unidos, sin importar su enfoque político, ha tenido un papel relevante en la configuración de la seguridad y el bienestar en Israel. Los israelíes ven en Trump a un líder que ejecutó acciones tangibles para proteger sus intereses y consideran que esas decisiones, como el traslado de la embajada, representan más que un simple acto simbólico: son una declaración de apoyo inquebrantable. De igual forma, el hecho de que Trump bloquee la mayoría de las ventas de petróleo iraní es una medida que ha sido percibida como una protección directa contra la financiación de grupos que amenazan la estabilidad en la región, como Hamás y Hezbolá.

Al observar las políticas de la actual administración, Biden y Harris se presentan como figuras con un enfoque más conciliador hacia Irán. Esta inclinación genera escepticismo entre los israelíes, quienes perciben que la suavización de las sanciones ha contribuido al fortalecimiento económico de Irán, lo cual les preocupa profundamente. En el marco de “Israelíes y la Casa Blanca”, Kaufman detalla que los israelíes observan con cautela cómo el alivio de sanciones impulsado por la administración Biden ha permitido que Irán recaude miles de millones de dólares en ingresos adicionales, lo cual refuerza las estructuras de financiamiento para actores en la región que históricamente han sido hostiles a Israel. La diferencia de enfoques entre las dos administraciones se torna entonces en una cuestión de seguridad inmediata para Tel Aviv, que valora la posición estricta y sin concesiones que Trump adoptó durante su mandato.
Acuerdos de Abraham
Otro aspecto que Kaufman menciona en su análisis en “Israelíes y la Casa Blanca” es el papel que juega la administración en la configuración de los acuerdos de paz en Medio Oriente. Durante el mandato de Trump, los Acuerdos de Abraham marcaron un avance histórico, creando alianzas de paz con varios países árabes, mientras que el enfoque actual se percibe como una presión adicional hacia Israel para hacer concesiones significativas a los palestinos. A ojos de muchos israelíes, la política de apaciguamiento que la administración Biden aplica con Irán representa un riesgo y una oportunidad de expansión para sus enemigos. La vicepresidenta Harris, en particular, aboga por el regreso a las negociaciones de un acuerdo nuclear con Irán, una propuesta que ha sido rechazada por amplios sectores de la sociedad israelí, quienes consideran que este tipo de acuerdos fomenta una situación vulnerable para Israel y facilita que Irán mantenga su influencia en la región.
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De esta manera, en el marco de “Israelíes y la Casa Blanca”, el contraste entre la política de Trump y Harris es claro. Mientras que Trump apoyó una postura agresiva en términos de sanciones y ataques selectivos, como la operación que resultó en la muerte de Qassem Soleimani, la administración actual ha tratado de restringir la presión militar y de limitar las acciones unilaterales de Israel, generando fricciones en la relación bilateral. Trump, por otro lado, permitió que Israel actuara en defensa de sus propios intereses sin restricciones, apoyando la premisa de “hacer lo necesario” para preservar la estabilidad en el país. Los israelíes, ante una posible presidencia de Harris, temen que Estados Unidos podría abandonar este tipo de respaldo incondicional, optando por una postura de mediación que, desde su perspectiva, no ofrece garantías efectivas frente a las amenazas que enfrentan a diario.

Harris frente a Hamás y Hezbolá
E análisis que conjuga a “Israelíes y la Casa Blanca” también refleja el temor israelí hacia la postura de Harris frente a Hamás y Hezbolá, dos actores con capacidad de desestabilización regional. Kaufman detalla cómo, durante el conflicto en Rafah, Harris respaldó la postura de Biden de frenar la entrega de armas a Israel en un momento crítico, lo que fue visto en Tel Aviv como una muestra de debilidad y de falta de compromiso. En un discurso reciente, Trump declaró su deseo de que Israel concluya la guerra a su favor antes del día de la investidura, contrastando con Harris, quien ha mostrado una disposición a favorecer un alto el fuego y presionar por una solución de dos Estados que, según muchos israelíes, ignoran la complejidad de la situación en la región. Esta diferencia de enfoques se percibe con inquietud en Israel, que teme perder el apoyo militar que ha recibido de Estados Unidos durante décadas.
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Finalmente, “Israelíes y la Casa Blanca” exponen cómo los funcionarios israelíes temen que la administración de Harris refleja una postura cada vez más hostil hacia Israel, en parte como resultado de las presiones dentro de su propio partido. El Partido Demócrata ha mostrado una postura crítica hacia algunas de las decisiones del gobierno israelí y ha promovido iniciativas de sanciones que, en opinión de los israelíes, pueden debilitar la posición de su país en la comunidad internacional. De acuerdo con Kaufman, mientras que Biden ha evitado en ocasiones que estas medidas afectan a Israel, no se espera que Harris continúe con este enfoque si llegará a asumir la presidencia. Los israelíes observan con preocupación cómo algunos de los funcionarios de su entorno han favorecido políticas de sanciones hacia Israel, lo cual podría marcar un cambio importante en la relación histórica entre ambas naciones.
La preferencia de los israelíes por Trump, entonces, no es un tema de popularidad, sino una cuestión de supervivencia, de seguridad y de afinidad política.