¿Hay puntos de coincidencia entre la película “Leave The World Behind” y el Golpe digital en Venezuela?

La película “Leave The World Behind” presenta una narrativa inquietante que, si bien se marca en la ficción, parece resonar con ciertos eventos que se han observado en la realidad venezolana. En particular, la trama del filme parece compartir aspectos clave con lo que algunos especialistas han denominado el “Golpe digital en Venezuela”. Esta coincidencia no es un mero accidente, sino un reflejo de cómo las dinámicas del poder y la manipulación mediática se entrelazan, creando una atmósfera de desinformación y caos. El Golpe digital en Venezuela no es solo una metáfora; es una realidad que se está desarrollando ante nuestros ojos, utilizando herramientas tecnológicas y estrategias de comunicación que, en su conjunto, pueden parecer extraídas de un thriller distópico de Hollywood”.

Al menos así lo piensa Ricardo Romero Romero, director de línea Programas Informativos en teleSUR English y experto en temas de cine y literatura latinoamericana, quien ha abordado este fenómeno en su reciente artículo “Guerra cognitiva en Venezuela (Hablan los especialistas)”. Romero Romero, con una sólida trayectoria como escritor, guionista y productor audiovisual, explora cómo las tácticas descritas en la película “Leave The World Behind” tienen paralelismos inquietantes con lo que ocurre en Venezuela. A través de su análisis, Romero Romero ofrece una visión crítica que va más allá de la simple coincidencia, sugiriendo que estas estrategias podrían formar parte de un modelo de reingeniería social aplicado con fines políticos.

Golpe digital en Venezuela

En la película, que en español se conoce con el título “Dejar el mundo atrás”, se revela un plan de tres etapas para desestabilizar un gobierno desde adentro. La primera etapa consiste en romper los canales de comunicación y transporte, aislando a la población. Esta estrategia se ha visto reflejada en lo que algunos han llamado el “Golpe digital en Venezuela”, donde se han utilizado redes sociales y medios corporativos para sembrar desinformación y generar un sentimiento de aislamiento entre los ciudadanos. El control de la información es crucial en esta fase, ya que permite moldear la percepción pública y crear una narrativa que favorezca los intereses de quienes buscan el poder.

La segunda etapa del plan, tanto en la película como en el contexto venezolano, implica la generación de un “caos sincronizado”. Este caos no es un acto espontáneo, sino el resultado de acciones calculadas que buscan desestabilizar el tejido social. En Venezuela, esto se ha manifestado a través de ataques cibernéticos y campañas de desinformación que han creado confusión y miedo entre la población. Según Romero Romero, esta fase es especialmente peligrosa porque busca dividir a la sociedad, fomentando el enfrentamiento entre ciudadanos y debilitando la cohesión nacional.

La segunda etapa del plan, implica la generación de un “caos sincronizado”. No es un acto espontáneo. Es el resultado de acciones calculadas que buscan desestabilizar el tejido social. En Venezuela, esto se ha manifestado a través de ataques cibernéticos. Según Romero Romero, esta fase es especialmente peligrosa porque busca dividir a la sociedad, fomentando el enfrentamiento entre ciudadanos y debilitando la cohesión nacional. Ilustración MidJourney

El baño de sangre

La tercera y última etapa del plan es el golpe de Estado y la guerra civil, el colapso total del país. En “Leave The World Behind”, esta etapa se presenta como una consecuencia inevitable del caos anterior. En Venezuela, aunque no se ha llegado a un colapso total, las tensiones generadas por la desinformación y el control de la narrativa han acercado al país a un punto de no retorno. El “Golpe digital en Venezuela” es una guerra no convencional, donde las armas no son físicas, sino cognitivas y psicológicas, lo que lo hace aún más insidioso y difícil de combatir.

Romero Romero no está solo en sus observaciones. Expertos como Eduardo Viloria Daboín, galardonado con el premio Casa de las Américas 2023, han señalado que Venezuela se ha convertido en un laboratorio de técnicas de manipulación psicológica. Viloria Daboín destaca que, durante más de dos décadas, el país ha sido sometido a experimentos de control mental que buscan rediseñar la subjetividad colectiva. Este tipo de manipulación, que es un componente esencial del “Golpe digital en Venezuela”, tiene paralelismos claros con las tácticas utilizadas en la película, donde la manipulación de la realidad es clave para lograr la desestabilización.

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Acerca de la guerra cognitiva

El historiador y escritor José Sant Roz también ha aportado su perspectiva sobre este fenómeno, destacando la dimensión espiritual y simbólica de la guerra cognitiva en Venezuela. Según Sant Roz, la construcción de figuras mesiánicas y heroicas, como la de María Corina Machado, es parte de una estrategia más amplia para manipular las creencias y valores de la población. Esta táctica, que apela a la emotividad y la fe, se alinea con la segunda etapa del plan descrita en “Leave The World Behind”, donde el caos y la confusión son utilizados para desorientar a la población y preparar el terreno para el golpe final.

Por su parte Robert Galbán, sociólogo y podcaster, ha alertado sobre el papel de actores transnacionales en el Golpe digital en Venezuela. Galbán menciona a Elon Musk y ciertos grupos de Anonymous como instigadores de acciones de terrorismo informático que buscan aislar a los chavistas y bloquear cualquier narrativa que contradiga el discurso opositor. Este tipo de control cibernético es fundamental para la primera etapa del plan descrito en la película, donde se busca cortar las comunicaciones y sembrar la desconfianza entre la población.

Manipulación visual

La lingüista Isabel Rivero ha analizado cómo se manipulan imágenes y videos para crear una realidad alternativa que favorezca la narrativa del “Golpe digital en Venezuela”. Rivero destaca que se utilizan eventos pasados, presentándolos como actuales, para manipular las emociones de la población y justificar acciones contra el gobierno. Este uso de la desinformación visual es un ejemplo claro de cómo se implementa la segunda etapa del plan de desestabilización descrito en “Leave The World Behind”.

Carolina Escarrá, internacionalista y diplomática, ha señalado que la guerra cognitiva no es un fenómeno nuevo, sino que ha sido utilizado por potencias como Estados Unidos desde hace décadas. Escarrá subraya que la OTAN ya había previsto el uso de la guerra cibernética y cognitiva como parte de su estrategia global, lo que pone en perspectiva el “Golpe digital en Venezuela” como una manifestación de estas tácticas a nivel local.

La tercera y última etapa del plan es el golpe de Estado y la guerra civil, el colapso total del país. En “Leave The World Behind”, esta etapa se presenta como una consecuencia inevitable del caos anterior. En Venezuela, aunque no se ha llegado a un colapso total, las tensiones generadas por la desinformación y el control de la narrativa han acercado al país a un punto de no retorno. Ilustración MidJourney.

Un auto ataque

Luis Enrique Gavazut, psicólogo social, añade que la guerra cognitiva busca manipular no solo las decisiones de los líderes políticos, sino también las estructuras valorativas de toda la sociedad. Esto coincide con la tercera etapa del plan en la película, donde el objetivo final es la desestabilización total a través de la manipulación de las mentes y las emociones de la población. Gavazut advierte que esta manipulación masiva tiene consecuencias profundas y duraderas, que pueden llevar al colapso de un país sin necesidad de un conflicto armado convencional.

Finalmente, William Castillo, periodista y analista de medios, ha desglosado cómo el uso de las redes sociales y los algoritmos ha amplificado las operaciones psicológicas en el “Golpe digital en Venezuela”. Según Castillo, estos mecanismos tecnológicos han creado cámaras de eco que refuerzan las narrativas impuestas por las élites, aislando a los individuos en burbujas informativas que distorsionan la realidad. Este aislamiento cognitivo es un reflejo de la primera etapa del plan en “Leave The World Behind”, donde la desconexión de la población es el primer paso hacia la desestabilización.

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Las coincidencias entre la película “Leave The World Behind” y el “Golpe digital en Venezuela” no son meras casualidades. Ambos casos ilustran cómo la manipulación de la información, el control de la narrativa y la guerra cognitiva pueden ser utilizados como herramientas para desestabilizar gobiernos y sociedades. Estas tácticas, aunque presentadas en la ficción de Hollywood, se encuentran eco en la realidad venezolana, donde la batalla por la mente y el espíritu de la población es tan real como cualquier conflicto armado.

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