Fatou Baldeh: Las mujeres de Gambia están en peligro de seguir siendo genitalmente mutiladas

Fatou Baldeh, una influyente feminista gambiana, ha lanzado una advertencia alarmante: las mujeres de Gambia están en peligro de seguir siendo genitalmente mutiladas. La lucha por los derechos de las mujeres en este pequeño país de África Occidental está en una encrucijada, ya que el Parlamento, dominado por hombres, se prepara para votar sobre la despenalización de la mutilación genital femenina (MGF). Esta práctica, que fue prohibida en 2015, podría volver a ser legalizada, poniendo en riesgo los avances logrados en los últimos años.

Silvia Blanco, jefa de sección de Sociedad en EL PAÍS, ha cubierto esta alarmante situación en un artículo titulado «Un campo de batalla llamado clítoris: viaje al país que amenaza con despenalizar la ablación». Blanco, con experiencia como reportera en EL PAÍS Semanal e Internacional, donde ha escrito sobre migraciones, Europa del Este y América Latina, detalla en su artículo cómo Gambia se encuentra en el centro de una lucha global para evitar retrocesos en los derechos de las mujeres. Su reciente pieza en la sección PLANETA FUTURO destaca la batalla que se libra en el Parlamento gambiano y el peligro que enfrentan las mujeres si se revierte el veto a la mutilación genital femenina.

Genitalmente mutiladas

Hace nueve años, Serreh perdió a su madre y heredó una misión que había sido de su abuela: ejecutar la mutilación genital de las niñas en su comunidad. En el pequeño pueblo gambiano donde vive, rodeado de árboles de mangos y anacardos, Serreh realizó esta práctica durante dos años, cortando el clítoris de «muchísimas» niñas menores de siete años, a veces incluso bebés. La mutilación genital femenina era un rito comunitario que se realizaba con cuchillas de un solo uso, y Serreh se preparaba con ropa roja y un brebaje que inducía calma a las pequeñas víctimas.

genitalmente mutiladas
En el pequeño pueblo gambiano donde vive, rodeado de árboles de mangos y anacardos, Serreh realizó esta práctica durante dos años, cortando el clítoris de «muchísimas» niñas menores de siete años, a veces incluso bebés. Ilustración MidJourney

La práctica de mutilar los genitales de las niñas en Gambia es profundamente enraizada en las tradiciones locales. Serreh dejó de realizar esta práctica en 2017, después de escuchar programas de radio que advertían sobre los peligros y complicaciones de la MGF, especialmente durante el parto. Su abuela, una figura respetada en la comunidad, la apoyó en su decisión de abandonar la mutilación, diciendo: «Tú eres la nueva generación. Si dicen que es malo, hay que parar». A pesar de esto, cuatro de las cinco hijas de Serreh ya habían sido genitalmente mutiladas, y la mayor de ellas ha enfrentado graves problemas de salud y complicaciones sexuales debido a la ablación.

Un retroceso en la sociedad

El Parlamento gambiano, compuesto en su mayoría por hombres, está ahora considerando la despenalización de la mutilación genital femenina. Esta posible reversión ha generado preocupación entre activistas y organizaciones internacionales, ya que Gambia se convertiría en el primer país en revertir la protección contra esta violación de los derechos humanos. Fatou Baldeh y otras feministas temen que si se levanta la prohibición, el siguiente paso será reducir la edad legal para el matrimonio infantil, poniendo en peligro aún más a las niñas gambianas.

Tambièn puedes leer: Narendra Modi sigue como Primer Ministro de India y a sus 73 años tendrá que aprender equilibrismo

La historia de Serreh es solo una de las muchas que ilustran el peligro y el trauma que implica la vuelta de agresión que de a las mujeres genitalmente mutiladas. En Gambia, tres de cada cuatro mujeres han sido mutiladas, y la mayoría de las adolescentes y jóvenes no conocen a nadie que no haya sido sometida a esta práctica. El Parlamento, dominado por hombres, decidirá si se modifica o no la ley que prohíbe la mutilación genital, una decisión que podría tener graves consecuencias para la salud y los derechos de las mujeres.

Uso de la ignorancia como excusa

El debate sobre la despenalización de la MGF ha sido alimentado por partidarios que utilizan el islam, la religión mayoritaria en Gambia, y el rechazo a Occidente como argumentos para justificar la práctica. Estos defensores también han difundido bulos médicos y desinformación para mantener el control sobre el cuerpo de las mujeres. Abdoulie Fatty, un conocido imam, ha propuesto una «circuncisión femenina» que, según él, recomienda el islam. Sin embargo, estudiosos de la práctica niegan esta afirmación, destacando que la mutilación genital femenina es preislámica y que ha sido prohibida en otros países musulmanes con éxito.

Dejar a las niñas genitalmente mutiladas tiene graves consecuencias para la salud de las mujeres, incluyendo dolor, hemorragias, infecciones, incapacidad de tener relaciones sexuales satisfactorias, trauma y, en algunos casos, muerte. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la MGF es una violación de los derechos humanos y no tiene beneficios para la salud. A pesar de esto, los defensores de la práctica en Gambia continúan promoviendo la mutilación bajo el disfraz de la circuncisión religiosa.

Activistas sin descanso

Fatou Baldeh y otras activistas han estado trabajando incansablemente para mantener la prohibición de la MGF en Gambia. En agosto, tres mujeres fueron arrestadas por practicar la ablación a ocho bebés y multadas, un incidente que provocó una reacción violenta de los defensores de la mutilación. Baldeh, reconocida a nivel internacional por su lucha contra la MGF y sobreviviente de la práctica, ha expresado su preocupación de que la despenalización envíe un mensaje peligroso: que las vidas y los cuerpos de las mujeres no importan.

genitalmente mutiladas
Fatou Baldeh y otras feministas temen que si se levanta la prohibición, el siguiente paso será reducir la edad legal para el matrimonio infantil, poniendo en peligro aún más a las niñas gambianas. Ilustración MidJourney.

La batalla que se libra en Gambia es emblemática de la ofensiva global contra los derechos de las mujeres. En un contexto donde los derechos reproductivos y sexuales están siendo atacados en muchas partes del mundo, el resultado de esta lucha podría tener repercusiones significativas. Si Gambia revoca la prohibición de la MGF, podría sentar un precedente para otros países donde la mutilación es una práctica común.

Además de la amenaza de dejar a niñas genitalmente mutiladas, las mujeres de Gambia también enfrentan la posibilidad de una reducción en la edad legal para el matrimonio. Los activistas temen que si se despenaliza la MGF, el siguiente objetivo será reducir la edad mínima para el matrimonio a 13 años, aumentando el riesgo de matrimonios forzados y violaciones de los derechos de las niñas.

Tambièn puedes leer: Vejez, invisibilidad y la tristeza de un sistema que no tiene empatía con los mayores

Daños irreversibles en la salud

El impacto de la mutilación genital femenina en las mujeres es devastador. Muchas sufren complicaciones durante el parto, infecciones crónicas, dolor persistente y traumas psicológicos. Las organizaciones internacionales, incluyendo UNICEF y la OMS, han destacado la importancia de mantener y reforzar las leyes que protegen a las mujeres de esta práctica. En Gambia, el trabajo de las activistas como Fatou Baldeh es crucial para evitar que se reviertan estos derechos fundamentales.

La historia de Serreh y de tantas otras mujeres en Gambia es un testimonio del daño que causa el dejar genitalmente mutiladas a las niñas. A pesar de los desafíos, las activistas están decididas a luchar para que la prohibición se mantenga y se haga cumplir. La votación en el Parlamento en las próximas semanas será un momento decisivo para los derechos de las mujeres en Gambia y en todo el mundo.

Related articles

- Publicidad -spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí