Fuerzas ultraderechistas, el imperialismo ruso y Donald Trump terminarán dividiendo a Europa

Europa se encuentra al borde de una fractura significativa, influenciada por la reemergencia de fuerzas ultraderechistas, el imperialismo ruso y la posible vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca. Estos factores combinados representan una amenaza palpable a la cohesión del continente, según advierte Timothy Garton Ash, profesor de estudios europeos en la Universidad de Oxford, en una reciente entrevista. La perspectiva de una Europa unida está en peligro, y el panorama actual sugiere un futuro incierto para la Unión Europea.

Andrea Rizzi, corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS, ha profundizado en esta problemática en su columna semanal sobre cuestiones europeas. Rizzi, licenciado en Derecho por La Sapienza de Roma y con maestrías en Periodismo y en Derecho de la UE, ha trabajado previamente como redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. En su reciente artículo titulado: “Timothy Garton Ash: ‘Si Trump gana, veo un gran peligro de que Europa se divida en vez de unirse’”, Rizzi recoge las alarmantes reflexiones del académico británico sobre el futuro de Europa.

Europa y sus riesgos

El ascenso de la ultraderecha en Europa no es un fenómeno aislado. En países como Italia, Francia y los Países Bajos, partidos con ideologías extremistas han ganado terreno significativo, capitalizando el descontento de una población que siente que el contrato social europeo se ha roto. Garton Ash destaca que este descontento no solo proviene de la nostalgia de un pasado idealizado, sino también de la frustración con la globalización, el multiculturalismo y el capitalismo globalizado, que muchos sienten que ha dejado atrás a amplios sectores de la sociedad.

Europa
Garton Ash destaca que el descontento en Europa no solo proviene de la nostalgia de un pasado idealizado, sino también de la frustración con la globalización, el multiculturalismo y el capitalismo globalizado, que muchos sienten que ha dejado atrás a amplios sectores de la sociedad. Ilustración MidJourney

El regreso potencial de Donald Trump al poder en los Estados Unidos exacerba estas tensiones. Durante su primer mandato, Trump mostró un claro desdén por la Unión Europea, favoreciendo relaciones bilaterales con países individuales sobre la cooperación multilateral. Este enfoque, combinado con su retórica nacionalista y su afinidad con líderes autoritarios, amenaza con desestabilizar aún más la delicada balanza de poder en Europa. Garton Ash advierte que varios líderes europeos podrían sentirse tentados a congraciarse con Trump, debilitando los esfuerzos por una integración comunitaria sólida.

El espejo ruso

El imperialismo ruso añade una capa adicional de complejidad a este escenario. La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de Europa ante las agresiones externas. A pesar de las sanciones y la ayuda militar occidental a Ucrania, la guerra ha revelado profundas divisiones dentro de la UE sobre cómo manejar la amenaza rusa. Algunos países abogan por una postura firme y unificada, mientras que otros prefieren una aproximación más conciliadora, lo que debilita la respuesta colectiva de Europa.

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Garton Ash subraya que la respuesta de Europa a la guerra en Ucrania será un indicador clave de su capacidad para mantenerse unida. Si Donald Trump retoma la presidencia y decide cortar el apoyo estadounidense a Ucrania, Europa tendrá que asumir una mayor responsabilidad en la defensa de Kiev. Sin embargo, Garton Ash expresa serias dudas sobre la preparación de Europa para tal escenario, citando la falta de suficientes suministros de defensa y una producción industrial inadecuada.

Ascenso de la ultraderecha

En el ámbito interno, la ultraderecha de Europa ha sabido capitalizar el malestar social vinculado a la identidad y la igualdad. En Francia, por ejemplo, Marine Le Pen y su partido, el Reagrupamiento Nacional (RN), han focalizado sus campañas en las preocupaciones socioeconómicas básicas, como la vivienda, el costo de la vida y la atención médica. Esta estrategia ha resonado fuertemente con los votantes de las regiones periféricas, que sienten que el Estado no les proporciona los servicios adecuados.

La situación en otros países no es muy diferente. En Italia, Giorgia Meloni y su partido, Hermanos de Italia, han conseguido importantes victorias electorales apelando a un nacionalismo que rechaza el multiculturalismo y la inmigración. En Alemania, Alternativa para Alemania (AfD) sigue ganando apoyo, utilizando una retórica similar. Estos movimientos no solo desafían a los gobiernos nacionales, sino que también ponen en riesgo la estabilidad de la Unión Europea al promover agendas contrarias a los valores de integración y cooperación.

Liberales deben trabajar

Garton Ash aboga por un liberalismo más radical como respuesta a estos desafíos. Considera que los liberales deben volver a enfocarse en la construcción de una sociedad que ofrezca igualdad de oportunidades a todos sus miembros. Esto implica no solo políticas de libre mercado, sino también intervenciones más directas para garantizar acceso a vivienda, educación y atención médica de calidad. Solo así, argumenta, se puede contrarrestar el atractivo de las propuestas populistas y de extrema derecha que prometen soluciones simplistas a problemas complejos.

Europa
Europa está en una encrucijada. Las fuerzas ultraderechistas, el imperialismo ruso y la incertidumbre política global, personificada en la figura de Donald Trump, representan desafíos significativos para la integridad del continente. Ilustración MidJourney.

La perspectiva de un Reino Unido bajo el liderazgo laborista de Keir Starmer ofrece un rayo de esperanza. Garton Ash confía en que Starmer, con su lema de “hacer que el Reino Unido sea serio de nuevo”, pueda restaurar la relación del país con Europa y proporcionar un ejemplo de gobierno comprometido con la reforma y la integración. Sin embargo, reconoce que esto dependerá de la capacidad del gobierno para manejar la deuda nacional y estimular el crecimiento económico en un contexto global adverso.

Peligros de la división interna

La próxima década será crucial para el futuro de Europa. La Unión Europea se enfrenta a desafíos internos y externos sin precedentes que requerirán una respuesta unificada y decidida. La tentación de algunos líderes de alinearse con figuras autoritarias como Trump o de ceder a las presiones populistas podría socavar los esfuerzos por mantener la cohesión del continente. La historia ha demostrado que la división interna puede ser tan peligrosa como las amenazas externas, y Europa debe estar preparada para enfrentarse a ambos frentes con firmeza y unidad.

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Europa está en una encrucijada. Las fuerzas ultraderechistas, el imperialismo ruso y la incertidumbre política global, personificada en la figura de Donald Trump, representan desafíos significativos para la integridad del continente. La capacidad de Europa para superar estos desafíos dependerá de su voluntad de reforzar la solidaridad interna y de su habilidad para presentar una respuesta coordinada a las amenazas externas. Solo así podrá evitar la fragmentación y asegurar un futuro próspero y unido para sus ciudadanos.

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