La alcaldesa Karen Bass impuso un toque de queda desde las 20:00 hasta las 06:00 horas en zonas del centro, tras varios días de manifestaciones contra las redadas de ICE . Según la Policía de L.A., casi 200 arrestos el martes, con altercados, vandalismo y saqueos en áreas comerciales.
La medida restrictiva pretende frenar la violencia nocturna: “Llegamos a un punto de inflexión tras 23 negocios saqueados”, declaró Bass, que excluyó a residentes, trabajadores esenciales y prensa.
Militarización urbana: Trump defiende tropas desde Fort Bragg
En Fort Bragg, Trump justificó el envío de 4.000 guardias nacionales y 700 marines para “proteger propiedades federales” y apoyar acciones de ICE, sin invocar formalmente la Ley de Insurrección. Apoyado por autoridades militares, afirmó que la medida “vence al caos”.

A pesar de la aparente pacificación, algunos manifestantes fueron catalogados como “animales”, y Trump insinuó que puede ampliar el despliegue si la situación lo requiere . El Pentágono estima un costo de USD 134 millones por 60 días.
Desafío legal y constitucional: conflicto estatal-federal
El gobernador Gavin Newsom calificó el operativo de “maniobra autoritaria” y presentó un recurso legal para frenarlo, argumentando que viola la autonomía del estado y el Posse Comitatus Act. Señaló que el despliegue militar “traumatiza comunidades” y amenaza la democracia.
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El profesor Steve Vladeck (University of Texas), experto en derecho militar, alerta que este uso de fuerzas activas en zonas civiles sienta un precedente inédito en 30 años, comparable a los disturbios de 1992.
Consecuencias públicas: paz frágil y polarización creciente
A pesar del despliegue, la ciudad vive un ambiente tenso: helicópteros de la Policía sobrevolaron el centro, utilizándose gas lacrimógeno y balas de goma en momentos puntuales . En tanto, las agresiones, arrestos masivos (más de 250 hasta la fecha) y daños a 23 negocios elevan la preocupación por un ciclo de represión-protesta .
Críticos temen que medidas excepcionales legitimen un patrón de militarización en protestas civiles, donde la presencia de tropas podría desplazar a las fuerzas locales y escalar las tensiones .