Según NYT decenas de “startups” se declaran en quiebra: De unicornios a zombis

En un año marcado por desafíos económicos sin precedentes, el sector de los startups tecnológicos se encuentra en una encrucijada crítica. Erin Griffith, una redactora del The New York Times, en su versión en español, tituló recientemente su reportaje «De unicornios a zombis: decenas de ‘startups’ se declaran en quiebra», destacando la turbulenta transición de prometedoras empresas emergentes a entidades luchando por su supervivencia. Este fenómeno, según los expertos, señala el año más difícil para el sector en una década. En Silicon Valley, el corazón del emprendimiento tecnológico, la ironía prevalece: las empresas más prósperas son ahora aquellas que asisten a otras en la culminación de sus operaciones.

El panorama es desolador: WeWork, Olive AI, Convoy, Veev, y otras, todas prominentes en sus respectivos campos, comenzaron trámites para declararse en quiebra o cerrar operaciones en las últimas seis semanas. Estos startups, que una vez recaudaron miles de millones en financiación, se enfrentan a un sombrío destino. Olive AI, en el sector de los servicios de salud, atrajo 852 millones de dólares, mientras que Convoy, en la industria de fletes, reunió 900 millones de dólares. Veev, una empresa emergente en el ámbito de la construcción de viviendas, no se quedó atrás con 647 millones de dólares. Estos son solo algunos ejemplos de un periodo caracterizado por fracasos monumentales.

Startups se declaran en quiebra

Este fenómeno no es aislado. Tras dos años de ajustes severos para esquivar un colapso masivo, muchas de estas empresas, antes vistas como la próxima gran innovación, se encuentran ahora al borde del precipicio, sin tiempo ni dinero. El cambio en la mentalidad de los inversores es notable: ya no se seducen por promesas futuras. En cambio, el enfoque se ha desplazado hacia la decisión crítica de qué empresas emergentes merecen ser salvadas y cuáles deben ser inducidas a cerrar o vender.

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En medio de este paisaje sombrío, un sector inesperado prospera: Los startups se declaran en quiebra y existen empresas dedicadas a facilitar el cierre de operaciones de otros startups. Ilustración MidJourney

Esta transición ha resultado en una pérdida monetaria colosal. Hopin, un startup que recaudó más de 1600 millones de dólares y alcanzó una valuación de 7600 millones, vendió su negocio principal por solo 15 millones. Zeus Living y Plastiq, empresas con inversiones sustanciales, también anunciaron el cese de operaciones. Este par de insignes startups se declaran en quiebra. Incluso Bird, una empresa de transporte ligero, se desplomó en la bolsa de valores.

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Dinero a la canasta

Las estadísticas son alarmantes. Según PitchBook, alrededor de 3.200 empresas estadounidenses que recibieron capital emprendedor han suspendido operaciones este año, sumando 27.200 millones de dólares en financiación privada perdida. Sin embargo, estas cifras podrían ser solo la punta del iceberg, ya que muchas empresas cierran discretamente y no están obligadas a divulgar información sobre su colapso.

Curiosamente, esta etapa desafiante en la industria ha sido eclipsada parcialmente por el éxito en el sector de la inteligencia artificial, que continúa atrayendo inversión y atención. Pero la realidad es ineludible: la abundancia de financiación y la proliferación de startups «unicornio» no han garantizado un éxito sostenible. Los modelos de negocio, desde la economía gig hasta el metaverso y las criptomonedas, se enfrentan a una prueba de fuego. Muchas de estos startups se declaran en quiebra.

Ni muertas ni vivas

Muchas de estas empresas emergentes ahora se ven obligadas a cerrar antes de agotar sus fondos, devolviendo lo que pueden a los inversores. Otras quedan atrapadas en un estado «zombi», sobreviviendo, pero incapaces de crecer o atraer más financiación. Convoy, valorada en 3.800 millones de dólares, es un ejemplo trágico. Después de 18 meses de recortes drásticos y despidos, la empresa no logró atraer compradores y cesó operaciones en octubre.

Las reflexiones de los fundadores que han tenido que cerrar sus empresas se han vuelto comunes. Ishita Arora de Dayslice, Gabor Cselle de Pebble, y Amanda Peyton de Braid, entre otros, han compartido sus experiencias, marcadas por la dificultad y la desilusión, pero también por la valentía y la aceptación.

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La capacidad de adaptarse a un entorno económico en constante evolución y la resiliencia ante los desafíos emergentes serán cruciales para la supervivencia y el éxito futuro. Ilustración MidJourney

En medio de este paisaje sombrío, un sector inesperado prospera: Los startups se declaran en quiebra y existen empresas dedicadas a facilitar el cierre de operaciones de otros startups. SimpleClosure es un ejemplo, ofreciendo servicios legales y administrativos para manejar el fin de las operaciones. Esta realidad subraya la naturaleza cíclica y a veces cruel de Silicon Valley, donde el fracaso y el éxito son dos caras de la misma moneda.

Más fracasos a la vista

La situación actual de los startups refleja una era de reevaluación y reajuste. Los inversionistas y fundadores, enfrentados a una nueva realidad económica, deben navegar un paisaje cambiante donde las promesas de ayer ya no garantizan el éxito de mañana. Como señala Jenny Lefcourt de Freestyle Capital, la industria debe prepararse para más fracasos, especialmente entre aquellas empresas que recibieron grandes sumas de dinero antes del cambio de marea. La «resaca» de esta fiesta de financiación puede ser larga y penosa.

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El mercado de capital de riesgo, que una vez se desbordó con historias de éxito como Facebook y Google, ahora se enfrenta a un ajuste de cuentas. Con una inversión de 344.000 millones de dólares en la última década, la pregunta persistente es cómo se manejarán estas pérdidas y qué lecciones se extraerán.

El año actual representa un punto de inflexión para el sector de startups. La capacidad de adaptarse a un entorno económico en constante evolución y la resiliencia ante los desafíos emergentes serán cruciales para la supervivencia y el éxito futuro. Mientras algunos startups se declaran en quiebra, otras se preparan para la siguiente etapa, demostrando que, incluso en tiempos de adversidad, la innovación y el espíritu emprendedor de Silicon Valley continúan siendo una fuerza motriz en el mundo de la tecnología.

 

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