En un episodio que refleja la complejidad y la tensión en el núcleo de los debates migratorios contemporáneos en Estados Unidos, un grupo de influencers conservadores ha tomado la iniciativa de viajar al Tapón del Darién, una selva densa y peligrosa que separa Colombia de Panamá, con el propósito explícito de manipular políticamente a migrantes. Estos influencers, armados con cámaras de video y preguntas cargadas de intenciones políticas, han buscado confrontar a los migrantes con cuestionamientos sobre figuras políticas estadounidenses y políticas de inmigración, en un intento de influir en la percepción pública sobre la migración y sus implicaciones políticas en Estados Unidos.
El reportaje que sirve de marco para esta nota fue escrito por Ken Bensinger, un reportero político con una extensa carrera cubriendo campañas nacionales y medios de comunicación de derecha para el New York Times. Bensinger, quien se unió a la publicación en 2022, ha trabajado anteriormente en The Wall Street Journal, SmartMoney Magazine, The Los Angeles Times, y más recientemente en BuzzFeed News, donde fue parte del equipo de investigaciones. Su más reciente trabajo para The New York Times lleva por título: “Persiguiendo clics en la jungla: los influyentes de derecha descienden al Tapón del Darién”, en el cual destaca cómo el traicionero cruce de migrantes en Panamá está atrayendo a grupos de activistas estadounidenses que están distorsionando cómo se percibe y se debate la inmigración en casa.
Objetivo: manipular políticamente a migrantes
El manipular políticamente a migrantes por parte de estos influencers conservadores se ha convertido en un fenómeno alarmante. Uno de los migrantes, Ayub Ibrahim, un joven de 20 años originario de Somalia, relató su experiencia de ser repentinamente abordado por estadounidenses con cámaras de video poco después de llegar a un campamento de migrantes en Panamá. Las preguntas que se le hicieron, centradas en figuras políticas como Ilhan Omar y Joe Biden, buscaban evidentemente obtener respuestas que pudieran ser utilizadas para influir en el debate político en Estados Unidos. Ibrahim, quien admitió no seguir la política estadounidense, pero expresó una opinión favorable hacia Biden, más tarde se sintió emboscado y confundido por el tenor político de las preguntas, una indicación clara de cómo se intenta manipular políticamente a migrantes para fines partidistas.
Laura Loomer, una activista de derecha y excandidata republicana al Congreso, es una de las figuras centrales en esta controversia. Loomer publicó un video editado de su conversación con Ibrahim, el cual se volvió viral, acumulando casi dos millones de visitas en la plataforma X. Este tipo de contenidos, que presentan a los migrantes en contextos políticos cargados, se han multiplicado en los medios de comunicación de derecha, describiendo falsamente a los migrantes como parte de una «invasión» de potenciales votantes ilegales para los demócratas, terroristas musulmanes, o criminales.
Guerra sucia en la jungla
El impacto de estos videos y publicaciones en las redes sociales es profundamente significativo, ya que no solo tergiversan las experiencias y motivaciones de los migrantes, sino que también contribuyen a una narrativa política que busca pintar la migración como una amenaza para la seguridad y el tejido social de Estados Unidos. Organizaciones de ayuda internacional y expertos en migración han condenado estas prácticas, argumentando que manipular políticamente a migrantes distorsiona gravemente la realidad de la migración y pone en riesgo a los migrantes al presentarlos como figuras monolíticas con intenciones malévolas.
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Michael Yon, un ex Boina Verde y guía turístico de facto para estos influencers conservadores, ha jugado un papel crucial en la organización de estos viajes al Tapón del Darién. Su trabajo ha contribuido a la producción de un vasto material que sirve como propaganda política, amplificada por figuras y plataformas de medios de comunicación de derecha, incluido el propio presidente Donald J. Trump. La cobertura y los contenidos generados por estas visitas a menudo excluyen cualquier narrativa que contradiga sus preconcepciones políticas, prefiriendo en cambio enfocarse en momentos que pueden ser utilizados para reforzar la idea de una crisis migratoria incontrolable y peligrosa, especialmente en lo que respecta a migrantes de África, China, y el Medio Oriente.
Mensajes políticamente editados
La situación en el Tapón del Darién y las acciones de estos influencers conservadores estadounidenses resaltan una realidad distorsionada y profundamente polarizada sobre la migración. Estas acciones no solo representan un intento de manipular políticamente a migrantes, sino que también reflejan una estrategia más amplia destinada a influir en la opinión pública y la política migratoria en Estados Unidos. A través de preguntas dirigidas y la selección cuidadosa de qué partes de las conversaciones se publican, estos influencers buscan crear una imagen específica de los migrantes que se alinea con la narrativa política que desean promover.
En el contexto de la carrera presidencial de 2024, donde la inmigración se ha convertido en un tema dominante, la importancia de cuestionar y comprender las motivaciones detrás de estos viajes al Tapón del Darién es crucial. La manipulación de las historias de migrantes para servir a agendas políticas particulares no solo tergiversa la complejidad de los flujos migratorios y las experiencias de aquellos que buscan cruzar, sino que también contribuye a una atmósfera de desinformación y polarización.
Explotación proselitista de la miseria
Los reportajes y las entrevistas realizadas por Ken Bensinger y otros periodistas que han seguido a estos grupos revelan una preocupante tendencia hacia la explotación de la vulnerabilidad de los migrantes para fines políticos. La experiencia de Ayub Ibrahim es solo un ejemplo de cómo manipular políticamente a migrantes para que sirvan a narrativas específicas, a menudo sin su pleno entendimiento de las implicaciones de sus respuestas en el amplio debate político de Estados Unidos.
Críticos de estas prácticas, como Guadalupe Correa-Cabrera, profesora de ciencias políticas en la Universidad George Mason, advierten sobre el efecto perjudicial de estas narrativas manipuladas. Las imágenes y videos que se centran predominantemente en hombres jóvenes, y que omiten a mujeres y niños, no solo presentan una representación incompleta de la migración, sino que también fomentan percepciones erróneas sobre la amenaza que los migrantes supuestamente representan. Esta estrategia, según Correa-Cabrera, es parte de un esfuerzo deliberado por construir una narrativa específica que deshumaniza a los migrantes y justifica políticas más restrictivas y punitivas hacia la migración.
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Encendida la polémica
A medida que esta narrativa se afianza en ciertos sectores de la sociedad estadounidense, la cobertura y las actividades de influencers y figuras de los medios de comunicación conservadores en el Tapón del Darién se han vuelto cada vez más polémicas. Organizaciones de ayuda internacional y defensores de los derechos humanos han sido retratados como facilitadores de la migración, mientras que las experiencias y voces de los migrantes a menudo son marginalizadas o distorsionadas para ajustarse a una agenda política preconcebida.
En un intento por arrojar luz sobre estas complejidades y contrarrestar la desinformación, periodistas como Bensinger y otros han dedicado recursos significativos a investigar y documentar las verdaderas circunstancias que rodean la migración a través del Tapón del Darién. Sus trabajos proporcionan una perspectiva crucial y necesaria que desafía la narrativa predominante en algunos círculos políticos y mediáticos, y resalta la importancia de una comprensión más matizada y empática de la migración.
Este reportaje, y otros similares, no solo buscan informar al público sobre la realidad de la migración y las tácticas utilizadas para manipular la percepción pública, sino que también sirven como un recordatorio de la responsabilidad ética de los medios de comunicación y los influencers en la representación de temas complejos y sensibles como la migración. Al final, la historia de la migración a través del Tapón del Darién es una que requiere una consideración cuidadosa y reflexiva, lejos de la simplificación excesiva y del intento de manipular políticamente a migrantes que, lamentablemente, ha venido a caracterizar parte del debate actual.
