«Si me persiguen, yo voy a perseguirlos»: Donald Trump

Donald Trump no cambia. Para muestra, un reciente mensaje en redes sociales: “¡SI ME PERSIGUEN, YO VOY A PERSEGUIRLOS!”, se ha convertido en un punto de inflexión y ha provocado amplios debates sobre el desapego del neoyorquino al juego democrático y a las instituciones que conforman la esencia de la democracia estadounidense.

Donald Trump, ex presidente de Estados Unidos y nuevamente candidato para la nominación republicana con miras a las elecciones de 2024, parece haber redoblado su retórica combativa, especialmente en el marco de los procesos judiciales que lo acosan.

“Yo voy a perseguirlos”

El panorama legal de Trump se complica. Desde luego él mismo no se ayuda. Usar una red social para amenazar y decir que “yo voy a perseguirlos”, no hace más que justificar la idea del globo gigante del “Trump bebé” que tanto protagonismo tuvo en manifestaciones en su contra.

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Relacionado con el asalto al Capitolio, los fiscales han solicitado recientemente restringir la divulgación de pruebas de la investigación penal. Estas pruebas incluyen, entre otras, entrevistas con testigos, testimonios legales y datos de dispositivos confiscados. La oficina del fiscal especial tomó una decisión que muchos han visto como una medida adicional al solicitar al juez encargado del caso una orden de protección, que limitaría la divulgación de material exhibido como prueba a los abogados de Trump.

Voy a perseguirlo
El bebé Donald Trump no ha perdido su toque autoritario. Ilustración de MidJourney

Una abierta amenaza

Si bien esta solicitud es una medida que se considera rutinaria en la mayoría de los procedimientos judiciales, los fiscales se apoyaron en un hecho reciente para justificar su requerimiento: el mencionado mensaje de Trump en redes sociales. Esta declaración, que para muchos raya en lo amenazante, fue destacada en la moción presentada por los fiscales ante la jueza Tanya Chutkan.

El mensaje de Trump ha encendido una vez más las alarmas entre analistas y expertos en ciencia política. Sarah Thompson, profesora de Ciencia Política de la Universidad de Georgetown, sostiene: “La declaración de Trump es preocupante y refleja una tendencia continua hacia una retórica de confrontación y desafío a las instituciones judiciales. Es esencial que la justicia actúe con imparcialidad y firmeza frente a cualquier amenaza, venga de donde venga». La revanchista afirmación, “yo voy a perseguirlos”, se riñe con la civilidad que debe privar en los estratos encumbrados.

Peligra el Estado de Derecho

Adicionalmente, varias organizaciones han expresado su preocupación sobre este comportamiento. Human Rights Watch, en un comunicado reciente, mencionó: «La retórica de Trump, que puede percibirse como amenazante, pone en peligro la integridad de las instituciones democráticas y el estado de derecho en Estados Unidos».

Recordemos que Trump fue, por mucho, el primer presidente de EE.UU. en declarar y actuar bajo la convicción de que las elecciones de 2020 le habían sido robadas. Esta firme creencia culminó en el asalto al Capitolio, un evento sin precedentes en la historia moderna del país, donde sus más fervientes simpatizantes estuvieron al borde de lo que muchos consideran un intento de golpe de estado.

La retórica de Trump ha sido objeto de análisis desde mucho antes de su presidencia. Sin embargo, estas últimas declaraciones solo añaden más leña al fuego del debate en torno a su figura.

Voy a perseguirlos
El partido republicano sigue empeñado en verlo como su líder. Ilustración de MidJourney

Algo de su semblanza

David Rosenberg, autor del libro “Trump y el Declive de la Democracia”, señala: «Desde hace tiempo se ha debatido sobre los rasgos fascistas de Trump. Estos eventos recientes solo reafirman la noción de su acentuado desapego a las normas democráticas tradicionales y a las instituciones».

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La situación, sin duda, es compleja. Mientras Trump busca la nominación republicana con miras a 2024, la sombra de sus acciones y declaraciones pasadas sigue presente, dejando en claro que la política estadounidense se encuentra en una encrucijada donde el juego democrático y el respeto a las instituciones son más importantes que nunca. Solo recalcamos, cómo se sentiría un ciudadano común, quien tras la defensa de sus intereses recibiera como respuesta: “yo voy a perseguirlos”.

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