Donald Trump intensificó su enfrentamiento con Elon Musk al referirse al Department of Government Efficiency (DOGE), la agencia gubernamental lanzada con su respaldo y liderada por Musk, afirmando de manera explosiva: “DOGE es el monstruo que podría tener que volver a comerse a Elon. Recibe muchos subsidios.”
Con esta dura crítica, Trump pone en tela de juicio no solo la eficacia de DOGE, sino la legitimidad de su dependencia de fondos públicos para operar.
¿Qué es el DOGE institucional y por qué importa?
DOGE fue creado por Trump con una orden ejecutiva del 20 de enero de 2025, para modernizar tecnología federal, recortar burocracia y ahorrar en el gasto público. Aunque formalmente bajo la Casa Blanca, Elon Musk actuó como asesor principal, supervisando recortes por valor de más de $100 000 millones, según cifras del gobierno, aunque algunas estimaciones independientes cifran el ahorro en $80 000 millones.

Subsidios millonarios y conflicto de interés
Trump cuestiona que DOGE, bajo Musk, “reciba muchos subsidios”. Su admisión retrata una paradoja: una agencia creada para ahorrar emplea los mismos fondos estatales para financiar y administrar. Se estima que SpaceX y Tesla han recibido más de $22 000 millones en contratos y subsidios federales, además de incentivos fiscales . Este entramado abre una caja de resonancia sobre uso eficiente o impropio del erario público.
Riesgo institucional y críticas legales
DOGE ha sido objeto de múltiples demandas, acusada de manejar información sensible, despidos masivos (más de 280 000 empleados), eliminación de agencias como la USAID, sin respaldo legal del Congreso. Especialistas como la senadora Patty Murray y organizaciones como Public Citizen advierten que DOGE representa un golpe al equilibrio gubernamental, opacidad y potencial crisis constitucional.
Alarma entre expertos tecnológicos
DOGE también introdujo el chatbot Grok en agencias federales como el DHS, pese a cuestionamientos por seguridad y conflictos de interés. Analistas en ética tecnológica advierten que “el uso de IA por una entidad vinculada al dueño del sistema sin procesos transparentes genera riesgos graves para la privacidad y competencia”.

Tensión personal y estrategia electoral
El choque Musk-Trump escaló después de que Musk criticara el proyecto de ley «One Big Beautiful Bill». En represalia, Trump amenazó con cortar subsidios, retirar contratos y hasta considerar acciones legales o deportación. DOGE – y su creador – se encuentran en el epicentro de esta batalla entre pragmatismo fiscal y rivalidad política.
¿DOGE es una revolución institucional urgente para mejorar al Estado, o un monstruo subvencionado que podría devorar a su propio arquitecto y poner en jaque la transparencia democrática?