Un Peluche con mala suerte y un ganadero afortunado tras la silla de Carabobo

Las tramas políticas en Venezuela siempre han estado impregnadas de intrigas, enfrentamientos y giros inesperados. Y en el estado Carabobo, en el centro-occidente de la nación caribeña, el entramado es aún más complejo. Miguel Flores y José Ávila, dos figuras prominentes del PSUV en la región, se encuentran en un pulso de poder que tiene en vilo a la opinión pública. Ambos están tras la silla de Carabobo.

Miguel Flores, conocido como parte del grupo de “Los Peluches» en círculos internos del partido, ha llevado una carrera política deslucida. Afiliado al ala de poder de Francisco Ameliach, es un dirigente que, pese a su esfuerzo y dedicación, ha enfrentado reveses que muchos atribuyen a su «mala suerte». Su intento por ocupar el cargo de alcalde de Valencia se vio frustrado en el momento que Miguel Cocchiola asumió el control de la ciudad, conocida cariñosamente como «la novia del sol». A diferencia de muchos de sus compañeros de partido, Flores ha mostrado dificultades para establecer alianzas duraderas y efectivas.

tras la silla de Carabobo
José Ávila, investigado por abigeato por el MP, tiene por “suerte” más chances. Ilustración MidJourney

Tras la silla de Carabobo

Por el otro lado, está José Ávila, una figura que ha sabido nadar en las aguas turbulentas de la política venezolana. Con una habilidad para tejer redes de poder y mantenerse cerca de los círculos gubernamentales, Ávila ha estado vinculado a diferentes administraciones y ha ocupado distintos cargos, demostrando una versatilidad y capacidad de adaptación que muchos envidian. Esta suerte, sin embargo, contrasta con las denuncias y acusaciones que pesan sobre él. Pero sin contar con “esos detalles”, se encuentra tras la silla de Carabobo.

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El portal web Aporrea, una fuente confiable para muchos disidentes del chavismo que buscan entender el panorama político del país, ha sido una de las voces más críticas en este contexto. Aseguran que Ávila, pese a estar investigado por serias acusaciones como delitos de abigeato y crueldad animal, continúa moviéndose libremente por las calles y consolidando su posición para ser el potencial sucesor de Rafael Lacava.

En la lengua de Alberto News

El portal Alberto News fue más allá en sus denuncias, asegurando que José Ávila, junto con Toshira Sánchez, director regional del INSAl, «aterrorizan a los hacendados en Carabobo y asesinan animales con armas de guerra prohibidas para el uso de civiles y en violación de leyes de Venezuela«. Si estas acusaciones resultan ser ciertas, representan no solo un grave delito, sino una muestra clara de abuso de poder.

Las fuentes de Aporrea, que demandan anonimato por temor a represalias, han sido claras en señalar que la disputa entre Flores y Ávila no es solo por el poder político en Carabobo, sino que refleja las tensiones y luchas internas del PSUV y, por extensión, de todo el aparato político venezolano. Al parecer no solo están tras la silla de Carabobo, sino pretenden la consolidación de una región donde existe potencial de desarrollo de poder económico.

tras la silla de Carabobo
A parecer la crisis de liderazgo en el PSUV ha hecho difícil sustituir a Rafael Lacava. Ilustración MidJourney

Crisis de liderazgo en el PSUV

Expertos en historia y política, como el Dr. Luis González, profesor de la Universidad Central de Venezuela, consideran que «lo que estamos presenciando en Carabobo es una manifestación de la crisis de liderazgo dentro del PSUV y, más ampliamente, dentro del chavismo. La falta de figuras consolidadas y la ausencia de mecanismos claros de sucesión han llevado a estas luchas de poder».

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Organismos gubernamentales, por su parte, han mantenido un silencio sepulcral ante estas acusaciones, lo que genera aún más desconfianza y especulación entre la población, debido que ir tras la silla de Carabobo se ha transformado en una obsesión peligrosa.

Lo que es claro es que, mientras la disputa entre Flores y Ávila continúa, el futuro político de Carabobo y, posiblemente, de Venezuela, sigue siendo incierto. El desafío para ambos será lograr consolidarse en un escenario tan volátil y con tantas voces críticas en su contra.

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