En el actual escenario político venezolano, la figura de Nicolás Maduro se encuentra en el centro de un intrincado juego de poder que trasciende las fronteras nacionales. El conflicto en Venezuela no es solo una cuestión interna; es un enfrentamiento que refleja las tensiones entre las grandes potencias del mundo. La supremacía de Maduro y la geopolítica global se entrelazan en una lucha que afecta a millones de personas tanto dentro como fuera del país.
Obniel Ramírez, reconocido periodista de República Dominicana, abordó esta compleja situación en su podcast de YouTube, “De Primera Mano RD”. En su episodio titulado “Mis pensamientos del problemón en Venezuela”, Ramírez analiza las dinámicas que subyacen a la crisis venezolana. Ramírez, quien también trabaja para Canal Noticias 16 y Voz Media Network, ofrece una perspectiva profunda y crítica sobre la situación, argumentando que la permanencia de Maduro en el poder no es solo un desafío interno, sino una cuestión de supervivencia ante las amenazas externas.
Maduro y la geopolítica global
Maduro y la geopolítica global se convierten en un punto focal en la narrativa de Ramírez. Según el periodista, el presidente venezolano enfrenta una presión constante de Estados Unidos, que ha ofrecido una recompensa por su captura, acusándolo de diversos crímenes, incluyendo narcotráfico y corrupción. Esta amenaza, sostiene Ramírez, es una de las principales razones por las que Maduro se aferra al poder. La posibilidad de una extradición a Estados Unidos lo obliga a mantenerse en su posición, ya que cualquier otra opción podría significar su fin político y personal.

Ramírez señala que la situación en Venezuela es un reflejo de un conflicto más amplio entre Estados Unidos y otras potencias mundiales como Rusia, China e Irán. Estos países han encontrado en Maduro un aliado estratégico en su lucha contra el dominio estadounidense. La alianza de Venezuela con estos países no solo le proporciona apoyo político, sino también económico y militar. En este contexto, la figura de Maduro se convierte en un símbolo de resistencia contra lo que sus aliados consideran el imperialismo norteamericano.
Acerca de China y Rusia
La influencia de estas potencias extranjeras en la política venezolana es innegable. China y Rusia, por ejemplo, han sido algunos de los primeros en reconocer las victorias electorales de Maduro, proporcionando legitimidad a su gobierno frente a las acusaciones de fraude electoral de la oposición y de muchos países occidentales. La supremacía de Maduro y la geopolítica global se manifiestan claramente en este respaldo internacional, que permite al gobierno venezolano resistir las sanciones y presiones externas.
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En su análisis, Ramírez también destaca la situación de los venezolanos que han emigrado debido a la crisis. En República Dominicana, por ejemplo, hay más de un millón de venezolanos, muchos de los cuales han llegado en busca de mejores condiciones de vida. La diáspora venezolana es un recordatorio constante de la gravedad de la situación en su país de origen y de las implicaciones humanitarias del conflicto. Ramírez observa que, aunque algunos migrantes han sido bien recibidos y han encontrado oportunidades, muchos otros enfrentan dificultades extremas, viviendo en condiciones precarias.
Solución negociada
La narrativa de Ramírez no se detiene en la simple descripción de los problemas. El periodista aboga por una solución negociada al conflicto, argumentando que una transición pacífica del poder es la única forma viable de resolver la crisis sin desatar un mayor derramamiento de sangre. Sin embargo, reconoce que esto es difícil de lograr mientras Maduro y sus aliados perciban cualquier concesión como una amenaza existencial.
La relación entre Maduro y la geopolítica global se hace evidente en cada aspecto del conflicto venezolano. La guerra comercial entre Estados Unidos y China, por ejemplo, influye directamente en la situación interna de Venezuela. La competencia entre estas superpotencias por el control de los recursos y mercados globales se refleja en su apoyo a diferentes facciones dentro de Venezuela. Estados Unidos, que busca mantener su influencia en el hemisferio occidental, ve en el gobierno de Maduro una amenaza directa a sus intereses estratégicos.
Crisis diplomática
Por otro lado, China y Rusia ven en Venezuela una oportunidad para expandir su influencia en América Latina. Estos países han invertido significativamente en la economía venezolana, proporcionando préstamos y asistencia técnica en sectores clave como el petróleo y la minería. Este apoyo ha sido crucial para que el gobierno de Maduro mantenga cierto nivel de estabilidad económica a pesar de las sanciones internacionales.
Ramírez también reflexiona sobre el impacto de la política interna de Venezuela en la región. Maduro y la geopolítica global desafían las coherencias. La crisis ha generado tensiones no solo dentro del país, sino también con sus vecinos. La reciente expulsión del cuerpo diplomático dominicano por parte de Maduro es un ejemplo de cómo las decisiones políticas en Venezuela pueden tener repercusiones más allá de sus fronteras. La respuesta del presidente dominicano, Luis Abinader, enfatizando su compromiso con la democracia, refleja las divisiones políticas que la crisis venezolana ha provocado en toda América Latina.

Presiones de todas direcciones
La compleja red de alianzas y rivalidades que define la geopolítica global se manifiesta de manera aguda en Venezuela. La figura de Maduro se encuentra en el centro de esta encrucijada, navegando entre las presiones internas y las dinámicas de poder internacionales. La capacidad del presidente venezolano para mantener su posición depende en gran medida del apoyo que reciba de sus aliados extranjeros y de su habilidad para manejar las amenazas internas.
En última instancia, Ramírez argumenta que la resolución del conflicto venezolano requiere un enfoque que reconozca estas complejas realidades. Cualquier intento de simplificar la situación en términos de buenos y malos, o de imponer soluciones unilaterales, está condenado al fracaso. La supremacía de Maduro y la geopolítica global están intrínsecamente ligadas, y cualquier solución duradera deberá tener en cuenta este contexto más amplio.
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Una solución negociada
El reportaje de Ramírez termina con una llamada a la acción para la comunidad internacional. Subraya la necesidad de un compromiso genuino con una solución negociada que respete la soberanía de Venezuela y aborde las preocupaciones legítimas de todas las partes involucradas. Solo a través de un enfoque equilibrado y multilateral será posible encontrar una salida a la encrucijada electoral de Venezuela y aliviar el sufrimiento de su pueblo.
Con estas reflexiones, Obniel Ramírez cierra su análisis, invitando a sus oyentes a considerar las implicaciones más amplias de la crisis venezolana y a mantenerse informados sobre los desarrollos futuros. Su llamado es claro: entender la situación en Venezuela es fundamental para comprender las dinámicas de poder globales y para buscar soluciones que beneficien a todos los afectados por este prolongado conflicto.