Más de 79 personas han perdido la vida, entre ellas 28 menores, en las devastadoras inundaciones ocurridas a lo largo del río Guadalupe, mientras los rescatistas intensifican sus esfuerzos por encontrar a los desaparecidos —incluidas 10 niñas y una consejera de un campamento de verano.
Una ola relámpago que arrasó vidas
La madrugada del viernes, tormentas acumuladas dejaron hasta 12 pulgadas de lluvia, provocando una subida del río de más de 20 pies en menos de 45 minutos —una pared de agua que devastó hogares, arrastró vehículos y atrapó a quienes dormían en Camp Mystic. Los equipos de emergencia aún combaten condiciones extremas para rescatar sobrevivientes y recuperar cuerpos.

Sistemas de alerta: ¿por qué fallaron?
En Kerr County no existían sirenas externas. A pesar de que en áreas vecinas se emitieron alertas móviles y advertencias de “moverse a zonas altas”, en Guadalupe llegaron demasiado tarde, cuando ya era prácticamente imposible actuar. El juez Rob Kelly reconoció que “nadie habría previsto esto”, y el gobernador Greg Abbott responsabilizó presupuestos recortados del Servicio Meteorológico de EE. UU.
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Operativo de rescate: combatiendo lo imprevisible
Más de 400 rescatistas locales, estatales y federales, junto a la Guardia Nacional, utilizan helicópteros, drones y botes en áreas escarpadas y en bajíos inundados. El sheriff Larry Leitha reafirmó: “No pararemos hasta encontrar a todos”. Aun así, 41 personas siguen desaparecidas, incluidas 10 niñas del campamento, mientras la tormenta remanente y nuevo aguacero amenazan con empeorar la situación en las próximas 48 horas.
Lecciones de resiliencia y prevención
Especialistas en meteorología y gestión de emergencias resaltan que la región corre el riesgo de repetir tragedias sin cambios sustanciales en la infraestructura de alertas y en los sistemas de evacuación temprana. El fenómeno, impulsado por la amalgama de la tormenta Barry y el aumento de la temperatura atmosférica, subraya la necesidad de inversión urgente en modelos predictivos y sistemas comunitarios de sirenas.

¿Podrán las autoridades y habitantes del Hill Country implementar mejoras reales que eviten que una ola de agua tan súbita vuelva a arrebatar vidas inocentes?

