La reciente decisión del presidente Donald Trump de imponer una prohibición migratoria total a ciudadanos haitianos ha generado una ola de repercusiones políticas, económicas y humanitarias. En un contexto donde Haití atraviesa una profunda crisis de violencia, colapso institucional y deterioro sanitario, la medida representa un golpe devastador, según advierten múltiples organizaciones internacionales.
Infancia en riesgo: niños enfermos y familias separadas
Miles de haitianos con solicitudes médicas aprobadas o tratamientos pendientes en hospitales de EE.UU. han visto sus viajes cancelados abruptamente. Según el Comité Internacional de Rescate (IRC), más de 2.000 menores tenían citas confirmadas en instituciones como el Miami Children’s Hospital y el Mount Sinai de Nueva York.
“Estamos hablando de niños con enfermedades cardíacas, cáncer y padecimientos neurológicos complejos. Para ellos, este veto equivale a una sentencia”, declaró la doctora Margot Delacroix, especialista en pediatría humanitaria, al New York Times.
Además, cientos de familias con procesos de reunificación en curso ahora enfrentan una separación indefinida. El Centro de Estudios de Migración de Nueva York (CMS) advierte que cerca de 12.500 expedientes familiares han sido paralizados por esta directriz.

Golpe a la economía y al comercio local
Haití depende en gran medida de los ingresos por remesas enviadas por su diáspora, particularmente desde Estados Unidos. De acuerdo con datos del Banco Mundial, en 2023 las remesas representaron más del 21% del PIB haitiano. Con esta nueva política migratoria, los expertos temen un descenso sustancial en estas transferencias vitales.
Empresarios del sector agrícola y pesquero también reportan pérdidas. “Muchos productos se vendían en ferias comunitarias en Florida y Georgia. Esa cadena ha sido rota”, señaló Jean-Max Bellerive, ex primer ministro y actual consultor para el desarrollo rural.
Tambièn puedes leer: Londres acoge el lanzamiento del Proyecto Biométrico World: un paso hacia la identidad digital global
El economista del Brookings Institution, Michael Clemens, advirtió que esta medida “solo aumentará el éxodo desesperado por rutas irregulares y el colapso interno”.
Respuesta internacional y crítica institucional
La Organización de Estados Americanos (OEA) emitió un comunicado condenando la medida y pidiendo a EE.UU. “revisar las decisiones que agravan la vulnerabilidad humanitaria”. Desde la sede de Naciones Unidas, el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) expresó preocupación por el riesgo de violaciones al principio de no devolución.
Desde sectores políticos estadounidenses, la medida ha sido criticada incluso por figuras del Partido Republicano. La senadora Susan Collins declaró que “una política efectiva de seguridad fronteriza no puede pasar por el castigo colectivo de pueblos enteros”.
La American Civil Liberties Union (ACLU) ha presentado una demanda judicial argumentando que la orden ejecutiva de Trump viola derechos constitucionales y tratados internacionales de los que EE.UU. es signatario.