Sudáfrica desea divorciarse de la energía fósil pero un matrimonio con lo verde es muy costoso

A medida que la cumbre climática COP28 en Dubai se acerca a su cierre, Sudáfrica se encuentra en una encrucijada ambiental y económica de gran envergadura. Este país, largamente dependiente casi en su totalidad del carbón para generar energía, enfrenta ahora la presión internacional de reducir su huella de carbono. Sin embargo, este cambio hacia las energías renovables representa un desafío monumental en términos financieros y sociales.

El presidente Cyril Ramaphosa ha presentado un ambicioso «Plan de Implementación de la Transición Energética Justa», con un coste estimado de 74.000 millones de euros (79.000 millones de dólares) para los próximos cinco años. Este plan no es solo una hoja de ruta para eliminar gradualmente el uso del carbón, sino también un compromiso para adquirir energías renovables y crear nuevas industrias y empleos, especialmente para las comunidades y trabajadores directamente afectados por esta transición.

Sudáfrica
La economía del país, particularmente en provincias como Mpumalanga, ha girado durante décadas en torno a la minería del carbón y las centrales eléctricas a base de este recurso. Ilustración MidJourney

Sudáfrica y sus dilemas

Sin embargo, la realidad de Sudáfrica plantea un dilema crítico. La economía del país, particularmente en provincias como Mpumalanga, ha girado durante décadas en torno a la minería del carbón y las centrales eléctricas a base de este recurso. Por lo tanto, abandonar el carbón no solo implica un cambio energético, sino una reconstrucción completa de la estructura económica regional. La transición también abarca otros sectores, como el automovilístico, que necesitarán inversiones significativas para adaptarse a la era de los vehículos eléctricos.

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Las voces de los trabajadores y sus representantes resuenan con preocupación. Phakamile Hlubi-Majola, portavoz del Sindicato Nacional de Trabajadores del Metal de Sudáfrica, enfatiza la necesidad de proteger los empleos y medios de subsistencia. La implementación de este plan, según Hlubi-Majola, debe beneficiar al máximo número de personas y proteger el máximo número de puestos de trabajo, de lo contrario, enfrentará oposición.

Apuntes del think tank E3G

Por otro lado, expertos como Leo Roberts, del think tank E3G, señalan la obsolescencia y los problemas inherentes a la actual dependencia del carbón. Roberts destaca que la energía del carbón no solo es poco fiable y causa apagones frecuentes, sino que también ha llevado a Eskom, la empresa estatal eléctrica del país, a una situación de endeudamiento crítico.

Sudáfrica
Phakamile Hlubi-Majola, portavoz del Sindicato Nacional de Trabajadores del Metal de Sudáfrica, enfatiza la necesidad de proteger los empleos y medios de subsistencia. Ilustración MidJourney

En este contexto, Sudáfrica se ve obligada a balancear las demandas ambientales globales y las realidades económicas internas. El analista energético Adil Nchabeleng describe esta situación como estar «entre la espada y la pared», destacando la dificultad de cumplir con las promesas internacionales mientras se mantiene la estabilidad y el desarrollo económico en casa.

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Esperanzas en el futuro

A pesar de los desafíos, el gobierno sudafricano ve un futuro prometedor. Los préstamos y subvenciones prometidos por socios internacionales para apoyar la transición ya superan los 10.000 millones de euros. Aunque se estima que la transición podría suprimir hasta 300.000 empleos, el gobierno proyecta la creación de hasta 815.000 puestos de trabajo para 2050, lo que representa un potencial significativo de crecimiento y renovación económica.

El camino hacia una Sudáfrica más verde es sin duda costoso y complejo. Requiere un equilibrio delicado entre las necesidades económicas inmediatas y las responsabilidades ambientales a largo plazo. Sin embargo, con un plan bien estructurado y el apoyo internacional necesario, Sudáfrica podría transformar este desafío en una oportunidad para redefinir su economía y liderar el camino hacia un futuro más sostenible

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