Cada día, una mujer es asesinada en Brasil simplemente por ser mujer. Este fenómeno, conocido como feminicidio, es una realidad devastadora que exige una atención meticulosa y responsable por parte de los medios de comunicación. La forma en que se informa sobre estos casos puede influir profundamente en la percepción pública y, en última instancia, en la lucha para erradicar esta violencia de género.
Mayara da Costa e Silva, investigadora del Laboratorio de Estudios en Políticas Públicas, Territorialidad y Diferencias de la Universidad Federal de Cariri (UFCA), ha explorado este tema en profundidad en su artículo titulado “El papel de la cobertura periodística en las narrativas sobre el feminicidio en Brasil”, publicado en The Conversation en su versión Brasil. Da Costa e Silva destaca que la narrativa en los medios tiene el poder de moldear la realidad social y cultural, haciendo énfasis en la importancia de contar las historias de feminicidio de manera ética y veraz.
Feminicidio en datos
El informe «Viven: datos que no callan», elaborado por la Red de Observatorios de Seguridad, revela que la mayoría de los feminicidios en Brasil ocurren en el ámbito doméstico, con el 75% de los agresores siendo maridos, novios, parejas o exparejas de las víctimas. Este dato alarmante subraya la urgencia de una cobertura mediática que no solo informe, sino que también eduque y promueva el cambio social. Da Costa e Silva argumenta que vivimos en una sociedad donde la narrativa es fundamental para la comprensión de la realidad, y los medios de comunicación tienen la responsabilidad de utilizar su poder para representar la gravedad del feminicidio y sus causas subyacentes.

El término feminicidio fue introducido por la activista sudafricana Diana Russell durante el Tribunal Internacional para Crímenes contra la Mujer en 1976. Russell definió el feminicidio como “la muerte de una o más mujeres por uno o más hombres, simplemente por ser mujeres”. Esta definición subraya la motivación misógina detrás de estos crímenes y la necesidad de una narrativa mediática que refleje esta realidad. En Brasil, la Ley de Feminicidio (Ley 13.104/2015) reconoce esta especificidad, tipificando el delito como homicidio calificado y situándolo en la lista de crímenes atroces.
Periodistas: eviten trivializar
La Ley de Feminicidio en Brasil, promulgada en 2015, representa un avance significativo en la lucha contra la violencia de género. Esta ley establece penas más severas para los crímenes motivados por el odio hacia las mujeres y es un reconocimiento formal de la gravedad del feminicidio. Sin embargo, la aplicación de la ley y la sensibilización del público dependen en gran medida de cómo los medios de comunicación informan sobre estos casos. Da Costa e Silva señala que es esencial que los periodistas eviten trivializar o justificar la violencia, y en su lugar, enfoquen sus reportajes desde una perspectiva de derechos humanos.
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La cobertura mediática de feminicidios en Brasil ha sido objeto de análisis en varias investigaciones. Un estudio realizado por Agência Patrícia Galvão en 2019, titulado «Prensa y derechos de las mujeres: rol social y desafíos en la cobertura de feminicidios y violencia sexual», evaluó cómo 71 medios de comunicación en Brasil informaron sobre casos de violencia contra las mujeres. Los resultados indicaron que frecuentemente se omiten detalles cruciales sobre el historial de violencia previa y la situación de las mujeres tras el crimen, y rara vez se utiliza el término feminicidio. Este hallazgo resalta la necesidad de un enfoque más riguroso y sensible en la cobertura periodística.
Narrativas que humanicen
El periodismo tiene el poder de dar voz a las víctimas y sus familias, permitiendo que sus historias sean escuchadas y sus experiencias compartidas. Este aspecto es fundamental para construir una narrativa que no solo informe, sino que también humanice y promueva la empatía y la acción. Los periodistas deben adoptar precauciones esenciales al reportar sobre el feminicidio, incluyendo evitar la defensa del agresor y asegurar que la víctima sea el centro de la historia. Al hacerlo, los medios pueden contribuir a cambiar actitudes y comportamientos respecto al feminicidio, ayudando a construir una sociedad más justa e igualitaria.
La investigación de Mayara da Costa e Silva también subraya la importancia de utilizar el término feminicidio sin sustituciones. La precisión terminológica es crucial para transmitir la naturaleza específica de estos crímenes y para visibilizar la misoginia que los motiva. Además, es vital que los medios proporcionen información sobre cómo denunciar estos delitos y dónde buscar ayuda, ofreciendo detalles de contacto para servicios de apoyo como el Centro de Atención a la Mujer – Llamada al 180.

Cifras alarmantes
A pesar de los esfuerzos legislativos y las campañas de concienciación, los datos sobre feminicidio en Brasil siguen siendo alarmantes. Una encuesta publicada por el Foro Brasileño de Seguridad Pública en 2023 revela que entre 2015 y 2023, al menos 10.655 mujeres fueron víctimas de feminicidio en Brasil. En el año 2023, 1.463 mujeres fueron asesinadas, lo que representa un aumento del 1,6% respecto al año anterior. Estos números demuestran la persistencia del problema y la necesidad de una intervención continua y multifacética.
El periodismo, al narrar casos de feminicidio, no solo informa sobre un problema social, sino que también desempeña un papel en la formación de opiniones y en la promoción del diálogo sobre el tema. La manera en que se cuentan estas historias puede influir en la percepción pública y en la respuesta de la sociedad ante la violencia de género. Por ello, es fundamental que los periodistas aborden estos casos con claridad y sensibilidad, comprendiendo cómo se construyen las narrativas y los significados que implican.
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Sobre la ética periodística
La ética periodística juega un papel crucial en la cobertura de feminicidios. Según el Código de Ética para Periodistas Brasileños, es deber del periodismo defender los derechos de los ciudadanos, contribuyendo a la promoción de garantías individuales y colectivas, especialmente para las mujeres. Esto incluye combatir la persecución y la discriminación por razones de género. Al adherirse a estos principios, los medios pueden ayudar a construir una narrativa que no solo informe, sino que también inspire acción y cambio social.
La cobertura mediática del feminicidio en Brasil debe ser abordada con un enfoque ético y sensible. Los periodistas tienen la responsabilidad de informar con precisión y empatía, asegurando que las historias de las víctimas sean contadas de manera que promuevan la conciencia y la acción. Al hacerlo, los medios pueden desempeñar un papel vital en la lucha contra la violencia de género y en la construcción de una sociedad más equitativa y segura para todas las mujeres.

