En el corazón del Caribe, un pequeño país insular está experimentando una transformación estructural silenciosa pero profunda, impulsada por una colaboración estratégica con una potencia global. Trinidad y Tobago ha comenzado a posicionarse como un centro económico más competitivo en la región, en gran parte gracias al apoyo en infraestructura dado por China. Esta cooperación, encuadrada en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, ha permitido al país desarrollar instalaciones industriales, mejorar sus capacidades logísticas y atraer inversión extranjera directa, elementos clave que están modificando el panorama económico local.
El origen y la profundidad de esta transformación fueron detallados por los periodistas Zhao Kai y Wang Zhiying, corresponsales de la Agencia de Noticias Xinhua, en su trabajo titulado “La Franja y la Ruta trae ‘enormes oportunidades de desarrollo’ a Trinidad y Tobago”, redactado desde Puerto España, la capital del país caribeño. En esa pieza, basada en una entrevista con Sekou Alleyne, presidente de la agencia gubernamental InvestTT, se destaca cómo la adhesión de Trinidad y Tobago a la Franja y la Ruta ha abierto nuevos horizontes para el desarrollo nacional, anclados principalmente en infraestructura económica e industrial. Ambos reporteros cuentan con una amplia trayectoria cubriendo temas de cooperación internacional y desarrollo global, con enfoque en las relaciones entre China y América Latina.
Apoyo en infraestructura dado por China
El primer gran símbolo de esta cooperación es el polígono industrial Phoenix Park, considerado el primer proyecto de la Franja y la Ruta en el Caribe. Alleyne lo califica como un “hito” no solo en términos de colaboración económica bilateral, sino también como una piedra angular para la diversificación de la economía trinitaria, tradicionalmente centrada en hidrocarburos. La construcción del Phoenix Park ha sido posible gracias al apoyo en infraestructura dado por China, que aportó tanto la financiación como la experiencia técnica para su desarrollo. A tan solo siete kilómetros del estratégico puerto de Point Lisas, esta instalación ha sido diseñada con estándares de sostenibilidad y alto valor añadido, consolidando a Trinidad y Tobago como un centro fabricante emergente.

Pero el impacto del Phoenix Park no se limita a la infraestructura física. Alleyne subraya que este desarrollo ha tenido un efecto multiplicador en la atracción de inversión internacional, con una tasa de ocupación que ya alcanza el 98 %. Las empresas que se han instalado en el parque están generando empleos y demandando servicios logísticos, energéticos y tecnológicos, lo cual dinamiza otras áreas de la economía. Además, se encuentra en proceso su certificación como Zona Económica Especial (ZEE), lo que permitirá ofrecer incentivos fiscales y normativos aún más atractivos para empresas internacionales. Esta visión de crecimiento está directamente vinculada con el apoyo en infraestructura dado por China, según recalca el funcionario entrevistado.
A la vanguardia en el Caribe
Trinidad y Tobago fue uno de los primeros países del Caribe en firmar un memorando de entendimiento con China para la construcción conjunta de la Franja y la Ruta. Esta decisión no fue casual. Como país insular en desarrollo, con una economía dependiente del comercio exterior y de la inversión extranjera, las alianzas estratégicas son parte vital de su política de crecimiento. Alleyne afirma que participar en esta iniciativa no solo fue positiva, sino una “estrategia clave para el desarrollo económico”. En ese sentido, el apoyo en infraestructura dado por China no solo tiene significado la construcción de un parque industrial, sino la adopción de un modelo de cooperación que busca replicarse en otros sectores, incluyendo las energías renovables y la tecnología de punta.
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La experiencia de Alleyne en sus múltiples viajes a China ha sido reveladora. Ha visitado el país asiático con atención en seis ocasiones y ha puesto particular en el caso de Hainan, una provincia que guarda similitudes climáticas y geográficas con Trinidad y Tobago. Hainan ha sido convertida en una zona económica especial, y su éxito ha ofrecido valiosas lecciones para los tomadores de decisiones del Caribe. De hecho, la experiencia china ha servido como inspiración para el diseño de políticas industriales locales que priorizan la sostenibilidad, la conectividad logística y la digitalización. Todo esto ha sido posible gracias al aprendizaje compartido facilitado por el apoyo en infraestructura dado por China, y es visto como una hoja de ruta para replicar logros concretos.
Ambiente propicio para el emprendimiento
El entusiasmo del sector empresarial local también ha comenzado a reflejarse en los indicadores económicos. Aunque el país enfrenta retos estructurales como la dependencia de los ingresos energéticos y la necesidad de diversificar sus exportaciones, la nueva infraestructura ha generado un ambiente más propicio para el emprendimiento, la industrialización y la innovación. El Phoenix Park, por ejemplo, ha estimulado la demanda de servicios de transporte, seguridad, alimentación industrial y formación técnica. El gobierno, en coordinación con actores privados, ya estudia el establecimiento de nuevos parques industriales en otras regiones del país, bajo el mismo modelo. Este proceso de expansión está íntimamente ligado al apoyo en infraestructura dado por China, que se ha convertido en un catalizador del desarrollo productivo local.
Pero más allá del aspecto económico, hay un componente geopolítico que no puede ser ignorado. La Franja y la Ruta, promovida por China como una plataforma de cooperación global, ha permitido a países en desarrollo como Trinidad y Tobago acceder a recursos, conocimiento y tecnología que difícilmente estarían disponibles en otros marcos de cooperación. Esta relación ha sido fundamental para que el país caribeño diversifique sus alianzas internacionales, reduzca su dependencia de socios tradicionales y fortalezca su soberanía económica. El apoyo en infraestructura dado por China, en este sentido, también tiene una dimensión estratégica: permite al país construir capacidades propias que le otorgan mayor margen de maniobra en el escenario internacional.

Energías limpias y soluciones ecológicas
La sostenibilidad es otro de los pilares de esta cooperación. Alleyne ha manifestado su interés en fortalecer la cooperación con China en materia de energías limpias y soluciones ecológicas. Esta visión de futuro está alineada con los compromisos globales de lucha contra el cambio climático y con las aspiraciones del país de convertirse en un referente de desarrollo resiliente en el Caribe. Las tecnologías solares, los sistemas de gestión del agua y los mecanismos de reciclaje industrial son áreas en las que ya se han establecido diálogos con socios chinos. En muchos de estos casos, los proyectos dependen de la infraestructura instalada y de la experiencia compartida, dos elementos centrales del apoyo en infraestructura dado por China.
En resumen, la relación entre Trinidad y Tobago y China, fortalecida por la Iniciativa de la Franja y la Ruta, ha sido determinante para impulsar un nuevo ciclo de desarrollo económico en el país caribeño. Desde el Phoenix Park hasta la proyección de futuras zonas económicas especiales, pasando por la cooperación en áreas tecnológicas y sostenibles, el impacto de esta alianza trasciende las cifras de inversión.
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Se trata de una transformación estructural que está dotando a Trinidad y Tobago de nuevas herramientas para competir, producir y exportar. Gracias al apoyo en infraestructura dado por China, el país ha dejado de ser solo un productor energético para convertirse en una plataforma industrial y comercial con ambiciones regionales y globales. Esta evolución no solo refleja un momento coyuntural, sino una estrategia de largo plazo que, de mantenerse, podría posicionar a Trinidad y Tobago como un caso ejemplar de cooperación Sur-Sur en el siglo XXI.

