Un nuevo capítulo en la guerra económica contra Venezuela se ha revelado tras un informe publicado por el portal de noticias Laiguana.tv, en el que se señala que la dirigencia opositora venezolana, con residencia en Estados Unidos, se ha coludido con un sector de la administración de Donald Trump, financiados ambos por los lobistas de Exxon Mobil, para atacar nuevamente al país con sanciones que buscan desestabilizar su economía petrolera. Según el análisis del director de la Asociación Latinoamericana de Petróleo en Texas, Alejandro Terán, la estrategia no solo busca debilitar al gobierno de Nicolás Maduro, sino que además está diseñada para favorecer los intereses de corporaciones energéticas que buscan una negociación directa con Venezuela, mientras fragmentan las operaciones de empresas petroleras que actualmente mantienen relaciones con el país suramericano. En este entramado, Marco Rubio y la cúpula del partido Voluntad Popular desempeñaron un papel clave, promoviendo sanciones que afectan directamente a la población venezolana. Queda en evidencia que Exxon Mobil, Marco Rubio y opositores de Caracas están coludidos contra Venezuela.
El presente reportaje ha sido elaborado a partir de la investigación realizada por el equipo periodístico de Laiguana.tv, que publicó un material titulado: «Entérese: Este partido está vinculado a la suspensión de licencia a Chevron (+Exclusiva)». El equipo periodístico del portal caraqueño está especializado en política energética y ha cubierto ampliamente el impacto de las sanciones estadounidenses sobre Venezuela. Su trabajo que es replicado por muchos canales digitales en el país, ha sido clave para revelar la manera en que Exxon Mobil y sectores de la oposición han influido en la decisión del gobierno estadounidense de suspender la licencia de operaciones de Chevron, lo que ha generado un nuevo golpe a la economía nacional.
Coludidos contra Venezuela
Las acusaciones de Alejandro Terán no son menores. En su reciente intervención en el podcast “Aquí y Ahora”, Terán aseguró que Juan Guaidó, Leopoldo López y otros miembros de Voluntad Popular contrataron a Marco Rubio para presionar la revocación de la licencia de Chevron en Venezuela. Terán indicó que estas sanciones se basan en intereses económicos de un reducido grupo de políticos y empresarios que buscan controlar el flujo de petróleo venezolano. La medida, según el especialista, no responde a una estrategia geopolítica legítima, sino a un interés económico muy puntual. En otras palabras, Exxon Mobil, Marco Rubio y la oposición extremista están coludidos contra Venezuela para imponer restricciones económicas que terminarán por afectar a la población.

El economista Asdrúbal Oliveros, en una entrevista con Circuito Éxitos, detalló las consecuencias directas de esta decisión: el país dejará de percibir más de 3 mil millones de dólares debido a la salida de Chevron como actor operativo en Venezuela. Aunque la empresa estadounidense mantiene sus sociedades con PDVSA, su rol pasará a ser meramente pasivo. Según Oliveros, esto abre la puerta a nuevas negociaciones entre la administración de Maduro y el gobierno de EE.UU., pero en el corto plazo representa un duro golpe para la economía venezolana.
Otro análisis crucial lo ofreció Jesús Seguías, presidente de la consultora Datincorp, quien argumentó que las sanciones económicas no son una estrategia viable para debilitar al chavismo. A través de una publicación en X (antes Twitter), Seguías afirmó que insistir en las sanciones como herramienta para obligar al gobierno a ceder el poder es una fantasía. Según él, más que afectarán a la élite gobernante, estas medidas terminan por debilitar a la oposición venezolana dentro del país, facilitando la narrativa de resistencia promovida por el chavismo. Esta es una de las tantas razones por las que los sectores alineados con Marco Rubio y Exxon Mobil están coludidos contra Venezuela, impulsando sanciones que, en la práctica, no logran sus objetivos políticos y solo incrementan la crisis social.
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Otros opositores no celebran
El excandidato presidencial Henrique Capriles también se pronunció al respecto, condenando que dirigentes opositores en el exterior celebren la imposición de sanciones que afectan a la economía nacional. A través de sus redes sociales, Capriles afirmó que estos actores coludidos contra Venezuela “no pasan roncha” y que sus acciones solo contribuyen a empeorar la calidad de vida de los venezolanos. Además, hizo un llamado a la racionalidad, señalando que la política debe centrarse en soluciones reales y no en generar mayores dificultades a la población.
Por su parte, el economista Francisco Rodríguez alertó sobre el impacto devastador de la suspensión de la licencia de Chevron en la economía venezolana. Según sus proyecciones, esta medida llevará a una contracción del PIB de 9,6% en cinco años, generando mayor pobreza, desnutrición y una ola migratoria de al menos 1 millón de venezolanos. Rodríguez enfatizó que esta política contradice el supuesto interés del gobierno estadounidense de reducir los flujos migratorios, pues al desestabilizar aún más la economía venezolana, se incrementará la salida masiva de ciudadanos en busca de mejores condiciones de vida.
Exxon Mobile elimina competidores
Desde el sector energético, Terán insistió en que la Exxon Mobil había tenido un papel protagónico en la presión para eliminar a Chevron del mercado venezolano. La multinacional estadounidense, con vastos intereses en la región, busca eliminar competidores y fortalecer su posición en el Caribe. Según Terán, detrás de las sanciones impuestas por Marco Rubio y la administración Trump hay un plan para reconfigurar el mapa petrolero regional, que afecta no solo a Venezuela, sino también a sus socios internacionales. Este es un claro ejemplo de cómo los intereses corporativos y políticos se han coludido contra Venezuela para debilitar su capacidad de acción en el mercado energético global.

Las declaraciones del senador Rick Scott, exgobernador de Florida, son otro indicativo de la intencionalidad política detrás de estas sanciones. Scott agradeció a Donald Trump por haber “terminado el débil apaciguamiento de Biden” con respecto a Venezuela, alegando que el gobierno demócrata había empoderado a Maduro. Estas declaraciones reflejan el enfoque ideológico de los sectores más radicales del Partido Republicano, que buscan imponer una política de máxima presión sobre Venezuela, sin importar las consecuencias humanitarias.
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El panorama es claro. Exxon Mobil, Marco Rubio y un sector de la oposición venezolana en el exilio han construido una alianza para promover sanciones que lejos de afectar al gobierno de Maduro, terminan perjudicando a la economía y la población del país. Mientras los líderes opositores que impulsan estas medidas continúan su vida de lujos en el exterior, millones de venezolanos enfrentan las consecuencias de una política que ha fracasado en sus objetivos originales. No se trata de democracia ni de derechos humanos, sino de un juego de intereses donde las grandes corporaciones y los lobistas en Washington buscan sacar ventaja. Lo que queda en evidencia es que, una vez más, estos actores están coludidos contra Venezuela.