William McGurn y Steve Bannon desentonados: Ucrania puede ser el Vietnam de Trump

El riesgo de que Ucrania se convierta en «el Vietnam de Trump» ha resurgido en el debate político estadounidense, y no por casualidad. La historia ofrece lecciones que parecen repetirse con una inquietante precisión. Mientras Donald Trump avanza en su intento de avasallar en su regreso a la Casa Blanca, las señales de alerta se multiplican: un acuerdo de paz frágil, un enemigo determinado y la posibilidad de que cualquier concesión termine por empañar su legado. Lo advertía Steve Bannon antes de que Trump asumiera la presidencia en 2017, y ahora lo confirma William McGurn en las páginas del The Wall Street Journal. Si el presidente republicano llega a un pacto con Moscú para cesar el conflicto, pero este fracasa—como lo hicieron los Acuerdos de Paz de París en 1973—Trump quedaría atado a la misma imagen de debilidad y derrota que persiguió a Richard Nixon. «El Vietnam de Trump» ya no es solo una metáfora: es una trampa política en la que el republicano puede caer.

William McGurn, columnista de The Wall Street Journal y ex redactor de discursos de George W. Bush, ha encendido el debate con su reciente artículo titulado: ¿Será Ucrania el Vietnam de Trump?. En su análisis, McGurn expone cómo las negociaciones de paz pueden convertirse en una amenaza para el legado del presidente. Su argumento se apoya en precedentes históricos y en la falta de garantías reales que podrían llevar a un colapso ucraniano similar al que sufrió Vietnam del Sur tras la retirada estadounidense. McGurn señala que Henry Kissinger fue premiado con el Nobel de la Paz en 1973, pero dos años después, Saigón cayó en manos del Viet Cong. Este paralelismo con la situación actual en Ucrania sugiere que cualquier pacto con Rusia que no contemple consecuencias firmes para la agresión de Vladimir Putin podría ser interpretado como una victoria táctica para Moscú y una derrota estratégica para Washington.

Ucrania: ¿el Vietnam de Trump?

La advertencia de Bannon en 2017 no fue tomada en serio en su momento, pero hoy resurge con fuerza. «El Vietnam de Trump» no se refiere solo a un conflicto desgastante, sino a la posibilidad de que el expresidente termine cargando con la responsabilidad de un desenlace catastrófico. Bannon, siempre desde una postura de ruptura con el establishment, insistía en que el error de Trump sería no haber cortado de raíz su relación con Ucrania. En su lógica, cualquier compromiso con Kiev lo arrastraría a una guerra que no podría controlar, tal como le sucedió a Nixon con Vietnam. McGurn, sin embargo, sostiene lo contrario: si Trump avanza en una negociación y esta falla, el colapso recaerá sobre sus hombros.

Mientras Donald Trump avanza en su intento de avasallar en su regreso a la Casa Blanca, las señales de alerta se multiplican: un acuerdo de paz frágil, un enemigo determinado y la posibilidad de que cualquier concesión termine por empañar su legado. Ilustración MidJourney

Las señales contradictorias desde Washington no hacen más que alimentar esta incertidumbre. Mientras el vicepresidente JD Vance intenta calmar las aguas retractándose de declaraciones previas sobre el estatus de Ucrania en la OTAN, el secretario de Defensa Pete Hegseth parece enviar un mensaje opuesto. Para añadir más confusión, el enviado especial de Trump, Keith Kellogg, ha afirmado que Kiev estará en la mesa de negociaciones, pero los europeos no. Mientras tanto, Estados Unidos y Rusia se reúnen en Arabia Saudita para discutir el futuro del conflicto, dejando fuera a Ucrania. La historia se repite: negociaciones a espaldas de los aliados, acuerdos que parecen soluciones temporales y la sensación de que el desenlace puede ser mucho peor que la guerra misma.

Perpetuo Mobile de la historia

En 1972, Nixon tuvo una conversación clave con Henry Kissinger sobre Vietnam. El entonces secretario de Estado le explicó que, si el gobierno de Vietnam del Sur colapsaba un año o dos después de la retirada estadounidense, Washington aún podría «mantener una política exterior viable», aunque pareciera que la caída era producto de la incompetencia del gobierno survietnamita. Kissinger dejó claro que lo que realmente buscaban era un «intervalo decente» entre la salida de las tropas estadounidenses y la caída de Saigón. ¿Es ese el mismo razonamiento detrás de las negociaciones con Rusia? Si un acuerdo entre Trump y Putin lleva a un colapso de Ucrania en pocos años, ¿quién cargará con la culpa? «El Vietnam de Trump» no es solo una cuestión de política exterior, sino de percepción pública y legado histórico.

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Los Acuerdos de Paz de París se firmaron en 1973, pero fueron una solución impuesta a Vietnam del Sur. Nixon presionó fuertemente a su aliado, el presidente Nguyen Van Thieu, para aceptar el pacto, a pesar de que este permitía la presencia de tropas norvietnamitas en su territorio. En 1975, con la retirada de EE.UU. ya consumada, Saigón cayó sin que nadie en Washington moviera un dedo. Ahora, el paralelismo con Ucrania es inquietante. Si un eventual acuerdo con Rusia deja tropas de Putin en territorio ucraniano, ¿qué impedirá que Moscú retome la ofensiva cuando le convenga? Si eso ocurre bajo una administración de Trump, su legado quedará marcado para siempre.

Elegido por Dios

Trump insiste en que él es el único capaz de negociar un fin a la guerra en Ucrania. Pero negociar no lo es todo: la credibilidad de las garantías de seguridad es lo que definirá el éxito o el fracaso del acuerdo. McGurn señala que la mayor lección de Vietnam es que un pacto sin mecanismos efectivos de cumplimiento es solo una tregua disfrazada de paz. En 2015, el Acuerdo de Minsk buscó estabilizar Ucrania, pero fracasó precisamente porque no hubo consecuencias graves para Rusia cuando lo incumplió. Ahora, el riesgo es que se repita la misma historia. «El Vietnam de Trump» podría ser la mayor prueba de fuego de su liderazgo.

Lo advertía Steve Bannon antes de que Trump asumiera la presidencia en 2017, y ahora lo confirma William McGurn en las páginas del The Wall Street Journal. Si el presidente republicano llega a un pacto con Moscú para cesar el conflicto, pero este fracasa—como lo hicieron los Acuerdos de Paz de París en 1973—Trump quedaría atado a la misma imagen de debilidad y derrota que persiguió a Richard Nixon. Ilustración MidJourney.

El Memorándum de Budapest de 1994 fue otra lección ignorada. En ese entonces, Ucrania renunció a sus armas nucleares a cambio de garantías de seguridad de Estados Unidos, Reino Unido y Rusia. Sin embargo, cuando Putin decidió invadir en 2014 y nuevamente en 2022, esas garantías resultaron ser papel mojado. La pregunta es si Trump está dispuesto a cometer el mismo error. Si su pacto con Moscú no incluye consecuencias concretas para futuras agresiones, su presidencia podría quedar marcada como la que permitió el desmoronamiento de Ucrania.

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McGurn concluye su análisis con una advertencia: si Trump se embarca en un acuerdo débil, que solo posponga el conflicto en lugar de resolverlo, el colapso de Ucrania será su responsabilidad. En otras palabras, «el Vietnam de Trump» no es una hipótesis lejana, sino un escenario tangible. Las negociaciones en Arabia Saudita podrían convertirse en el equivalente moderno de las conversaciones entre Kissinger y Vietnam del Norte. Si Trump no aprende de la historia, su destino podría estar escrito antes incluso de asumir el cargo.

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