The Post: Trump es un matón con el corazón de oro que oscila entre la bravuconería y la adulancia

«Trump es un matón con el corazón de oro». La idea emergió en el artículo de James Taranto, quien durante años ha estado a cargo de las páginas de opinión del The Wall Street Journal. Con esta frase, Taranto captura la dualidad de Donald Trump, un hombre que parece moverse entre dos polos: la intimidación que busca paralizar a sus oponentes y un inesperado lado humano que ansía aprobación. Esta mezcla desconcertante de actitudes lo hace impredecible, pero también, paradójicamente, más accesible en ocasiones. «Trump es un matón con el corazón de oro» es una frase que da pie al desarrollo de la entrevista que Taranto presenció al ex presidente en las oficinas del Journal en Nueva York, donde Trump alternó entre la crítica mordaz y el elogio.

James Taranto, un veterano del The Wall Street Journal, con más de dos décadas de experiencia en la sección de Opinión, fue el encargado de conducir comentar en los espacios de opinión de The Post, una entrevista que, sin duda, dejó una huella profunda en los lectores. Desde su tiempo como asistente de redacción hasta su rol actual como editor de opinión, Taranto ha cultivado un estilo de escritura incisivo y directo. En este reportaje titulado: «Entrevista de fin de semana: Trump se enreda con los editores del Journal», Taranto destaca la habilidad de Trump para desarmar a sus interlocutores con una mezcla de bravuconería y adulación. El ex presidente parece saber cuándo intimidar y cuándo hacer un gesto de simpatía, creando una sensación de desconfianza y admiración en quienes lo rodean.

Trump es un matón con el corazón de oro

Durante más de 90 minutos, Trump dejó a todos en las oficinas del Journal en un constante vaivén emocional. «Trump es un matón con el corazón de oro», quedó grabado en la mente de los editores, mientras el exmandatario iniciaba la reunión con un elogio hacia el consejo editorial, solo para después lanzar duras críticas a sus posiciones en temas como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la guerra de Irak. Esta oscilación entre el agrado y la confrontación no es nueva para quienes han seguido de cerca la carrera de Trump. Su estilo discursivo es tan impredecible como efectivo. Puede pasar de una crítica feroz a un elogio que desarma a cualquiera, y ese es precisamente el truco que lo convierte en un maestro del arte de la persuasión.

«Trump es un matón con el corazón de oro» es una frase que da pie al desarrollo de la entrevista que Taranto presenció al ex presidente en las oficinas del Journal en Nueva York, donde Trump alternó entre la crítica mordaz y el elogio. Ilustración MidJourney

La reunión en las oficinas del Wall Street Journal fue una danza cuidadosamente coreografiada de Trump. Conocedor de su audiencia, sabía qué teclas tocar. Criticó con dureza las posturas del periódico sobre la política comercial y, al mismo tiempo, ensalzó su importancia. «Trump es un matón con el corazón de oro», una frase que parecía resonar en cada rincón de la sala, especialmente cuando el exmandatario, con un aire casi paternalista, habló sobre cómo protegía los intereses de los Estados Unidos en sus negociaciones con China. Su relato de cómo informó a Xi Jinping sobre un bombardeo estadounidense en Siria durante una cena en Mar-a-Lago fue tan meticuloso como teatral. La imagen de Trump, calmado mientras le revelaba la información a Xi, reflejaba ese lado implacable, pero también la necesidad de aprobación en la que se sostenía su relación.

Control de la narrativa

A lo largo de la entrevista, Taranto destaca cómo Trump utiliza esta combinación de fuerza y ​​empatía para mantener el control de las conversaciones. «Trump es un matón con el corazón de oro», repite Taranto en su crónica de los eventos, enfatizando la naturaleza contradictoria del expresidente. Para Trump, la política exterior y los asuntos internos parecen moverse en torno a las relaciones personales que forja con sus adversarios. Cuando Gigot, otro miembro del consejo editorial, le pregunta cómo gestionaría el bloqueo a Taiwán por parte de China, Trump responde con naturalidad, asegurando que su relación con Xi era tan sólida que no necesitaría recurrir a la fuerza militar. Este tipo de afirmaciones refleja la confianza de que Trump tiene en su capacidad para influir en las personas a través de un carisma que, aunque cuestionable para muchos, ha probado ser efectivo en su carrera política.

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El estilo de liderazgo de Trump se muestra también en su enfoque hacia la inmigración, uno de los temas más polémicos de su presidencia. Cuando se le pregunta sobre la promesa de lanzar la mayor operación de deportación en la historia del país, Trump titubea, pero luego suaviza su postura. «Tenemos mucha gente buena en este país», dijo, sugiriendo que el desafío radica en encontrar un equilibrio entre la dureza necesaria para proteger las fronteras y el «corazón»,  medidas drásticas que evita tomar contra las familias. Es en estos momentos cuando emerge de nueva la paradoja: «Trump es un matón con el corazón de oro». Puede parecer implacable en su retórica, pero a menudo da señales de que no está completamente dispuesto a llevar sus amenazas hasta el final.

Un hombre fuerte

La entrevista con el equipo editorial del Wall Street Journal no fue solo un escenario para que Trump expusiera sus opiniones sobre la inmigración o el comercio internacional; también fue una oportunidad para reafirmar su posición como el hombre fuerte que, en última instancia, actúa por el bien del país. Aunque sus detractores lo acusan de ser impulsivo o incluso peligroso, la imagen que proyecta —y que Taranto destaca— es la de un líder que, aunque duro, tiene un propósito claro y, en su opinión, benévolo.

La entrevista con el equipo editorial del Wall Street Journal no fue solo un escenario para que Trump expusiera sus opiniones sobre la inmigración o el comercio internacional; también fue una oportunidad para reafirmar su posición como el hombre fuerte que, en última instancia, actúa por el bien del país. Ilustración MidJourney.

Trump puede oscilar entre la intimidación y la adulación, pero esta estrategia no es improvisada. Es una técnica calculada que le ha permitido mantener una base de apoyo sólida a lo largo de los años. Incluso en sus momentos más polémicos, cuando las acusaciones de abuso de poder o corrupción llenan los titulares, el expresidente siempre encuentra una manera de redirigir la narrativa hacia su favor. Así lo hizo durante la entrevista con el Wall Street Journal, utilizando su carisma para desviar las críticas y ganarse, al menos en parte, la simpatía de quienes estaban allí.

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En última instancia, lo que hace a Trump un personaje tan fascinante para los medios es precisamente esa combinación de agresividad y vulnerabilidad. «Trump es un matón con el corazón de oro» no es solo una frase llamativa; es una descripción precisa de un hombre que ha construido su carrera política en base a la polarización, pero que también sabe cuándo mostrar una faceta más suave, casi conciliadora. Taranto lo deja claro en su crónica: mientras algunos podrían verlo simplemente como un intimidante, otros encuentran en él una figura compleja que busca ser admirada, incluso por aquellos que no están de acuerdo con él.

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