Enrique Ochoa Antich: El partido-Estado y la impudencia de Machado cuajaron el ahora

Enrique Ochoa Antich, político y escritor venezolano, líder de la izquierda democrática y miembro fundador del Movimiento al Socialismo (MAS), ha señalado con firmeza que “el partido-Estado” es la falla de origen que descompuso a Venezuela. En un reciente artículo de opinión publicado en el portal Aporrea, titulado “La falla de origen (I)”, Ochoa Antich reflexiona sobre los profundos problemas que han llevado al país a su situación actual. “Si algo se palpa en la Venezuela de hoy es que se ha convertido en antagónica la contradicción sociedad/Estado”, precisó Ochoa Antich.

Enrique Ochoa Antich, con una trayectoria que incluye ser secretario general del MAS en los años 90 y columnista de destacados medios como El Nacional, Últimas Noticias, El Mundo, Tal Cual, 2001, Aporrea, Punto de Corte y la revista Semana, ofrece una perspectiva íntima y crítica sobre la situación política venezolana. En su artículo en Aporrea, Ochoa Antich expresa con desazón su visión sobre el país y la desilusión de sus hijos, que, desde Alemania y San Petersburgo, manifiestan su frustración ante la falta de oportunidades en Venezuela. Su dolor emocional, es el mismo que se sufre en el seno de las familias tanto chavistas como opositoras que están consternadas ante este “resultado electoral” impropio de una nación heredera de los más altos ideales de Igualdad, Libertad y Fraternidad.

El partido-Estado: la falla

El partido-Estado, un concepto que Ochoa Antich resalta como central en su análisis, se refiere a la fusión del aparato del Estado con el partido político gobernante, creando un régimen autoritario y centralizado. Esta estructura, según Ochoa Antich, ha erosionado la democracia y las instituciones en Venezuela, impidiendo una alternancia real en el poder y llevando a una crisis profunda. Esta pretensión de imponer a la sociedad venezolana un régimen autoritario ha legado una Venezuela atrapada en un sistema donde los valores democráticos han sido reemplazados por una maquinaria política monolítica.

La estrategia de desafío adoptada por la oposición, particularmente con la candidatura de María Corina Machado, ha sido otro factor que ha contribuido a que dentro de la situación actual el partido-Estado se haya encumbrado. Ilustración MidJourney

El autor describe cómo este “partido-Estado”, legado del chavismo, ha intentado copar todas las esferas de la vida nacional, desde los poderes públicos hasta la cultura. Esta hegemonía ha resultado en un régimen sin la legitimidad de una democracia plena, carente de contrapesos institucionales y autonomía civil. Ochoa Antich subraya la necesidad de una democracia que respete los derechos humanos y que sea capaz de ofrecer estabilidad en medio de la diversidad y pluralidad que caracteriza a la idiosincrasia venezolana.

Autocrítica desde la izquierda

El político también reflexiona sobre la autocrítica dentro de las fuerzas de izquierda a las que pertenece. Recuerda cómo, tras cada derrota electoral, el MAS se enfocaba en revisar sus propios errores en lugar de culpar al adversario. Esta práctica, según Ochoa Antich, es crucial para entender la situación actual de Venezuela. La oposición, al igual que el chavismo, tiene su parte de responsabilidad en la crisis. La estrategia de desafío adoptada por la oposición, particularmente con la candidatura de María Corina Machado, ha sido otro factor que ha contribuido a que dentro de la situación actual el partido-Estado se haya encumbrado.

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Ochoa Antich menciona que la elección de Machado como candidata presidencial, a pesar de su inhabilitación, fue una clara señal de desafío al régimen. Esta estrategia, comparada con la elección de líderes como los adecos del 45 y el Chávez de 1998, encarnaba el descontento popular y el deseo de un cambio radical. Sin embargo, Ochoa Antich señala que esta elección fue un error, ya que no ofreció una solución viable a los problemas del país, sino que profundizó la polarización y la confrontación política.

Todos han fallado

El autor sostiene que la raíz del problema venezolano no reside solo en los excesos del chavismo, sino también en las fallas de la oposición. La falta de una estrategia coherente y la incapacidad de presentar una alternativa unida y creíble han debilitado la posibilidad de un cambio real. Para Ochoa Antich, es fundamental que la oposición se enfoque en construir una plataforma inclusiva y democrática que pueda ganar la confianza del pueblo venezolano.

Ochoa Antich concluye su artículo con un llamado a la autocrítica y la reflexión. Sostiene que para superar la crisis, es necesario que tanto el chavismo como la oposición reconozcan sus errores y trabajen juntos hacia un futuro más democrático y justo para Venezuela. Ilustración MidJourney.

En su análisis, Ochoa Antich también destaca la importancia de la ética política y la necesidad de un liderazgo que priorice el bienestar del país sobre intereses partidistas. La crisis actual, según él, no se resolverá con apelaciones a la indignación y el coraje, sino con una reflexión profunda sobre las fallas estructurales que han llevado a Venezuela a su situación que izó el partido-Estado y a la soberbia de los “que tienen la razón”. El autor aboga por un enfoque que valore la moralidad en la política y que busque soluciones basadas en principios éticos sólidos.

Reconocer sus errores

Ochoa Antich concluye su artículo con un llamado a la autocrítica y la reflexión. Sostiene que para superar la crisis, es necesario que tanto el chavismo como la oposición reconozcan sus errores y trabajen juntos hacia un futuro más democrático y justo para Venezuela. Solo a través de un compromiso genuino con los valores democráticos y el respeto a los derechos humanos se podrá construir un país donde todos los ciudadanos tengan la oportunidad de prosperar.

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Enrique Ochoa Antich ofrece una visión crítica y profunda sobre la situación política de Venezuela. A través de su análisis, destaca cómo “el partido-Estado” ha descompuesto al país, erosionando la democracia y las instituciones. Al mismo tiempo, subraya la necesidad de una autocrítica y una reflexión ética tanto dentro del chavismo como de la oposición. Solo mediante un enfoque inclusivo y democrático se podrá construir un futuro mejor para Venezuela, un país que, en palabras de Ochoa Antich, necesita urgentemente recuperar su rumbo y su esperanza.

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