China ha demostrado una vez más su capacidad para anticiparse a las tendencias globales y dominar sectores estratégicos. En la carrera por la supremacía en la tecnología de baterías, Pekín ha logrado consolidar una posición de liderazgo que resulta prácticamente inalcanzable para sus competidores. Las baterías, el elemento esencial que alimenta los vehículos eléctricos y la tecnología ecológica, son el campo de batalla donde China ya ha declarado su victoria.
Jacky Wong, columnista de Heard on the Street y periodista del Wall Street Journal, reveló en su reciente artículo editorial titulado “China y Estados Unidos aspiran a una tecnología innovadora para vehículos eléctricos” que China es tan dominante en el mercado de baterías que sería necesaria una revolución tecnológica para cambiar el equilibrio actual. Wong, con una vasta experiencia en mercados y negocios en Asia, explica cómo los fabricantes chinos han tomado la delantera en este sector crítico.
El monstruo de las baterías
En los primeros cuatro meses de este año, las empresas chinas Contemporary Amperex Technology (CATL) y BYD han capturado más de la mitad del mercado mundial de baterías para vehículos eléctricos, según datos de SNE Research. Este dominio no se limita solo a la producción de baterías, sino que se extiende a toda la cadena de suministro de materiales necesarios para su fabricación. China controla casi el 90% de la capacidad de material activo de cátodos y más del 97% de los ánodos a nivel mundial, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía.

La estrategia china no solo ha sido producir en grandes cantidades, sino también innovar en la tecnología de baterías. Las baterías de iones de sodio, una alternativa emergente a las de iones de litio, ya están siendo desarrolladas a gran escala por CATL y BYD. Se espera que más del 90% del nuevo suministro de estas baterías hasta 2030 provenga de China, a pesar de que actualmente la tasa de utilización de estas plantas es relativamente baja.
Acumuladores de sodio
Las baterías de sodio ofrecen una ventaja significativa: el sodio es mucho más abundante que el litio, lo que podría hacerlas una opción más económica y estable. Sin embargo, estas baterías tienen una densidad energética más baja, lo que las hace menos adecuadas para vehículos eléctricos de alta autonomía. En el mercado chino, donde los vehículos eléctricos pequeños y de baja autonomía son populares, las baterías de sodio podrían encontrar un nicho ideal.
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La tecnología de las baterías sigue evolucionando, y otro avance significativo podría provenir del uso de ánodos de silicio en lugar de grafito. Este cambio podría aumentar la densidad energética y hacer que las baterías sean más livianas. Empresas como Panasonic y startups como Nexeon y Group 14 están invirtiendo en esta tecnología, buscando desafiar el dominio chino en el mercado de grafito.
Carrera por el “estado sóido”
Sin embargo, el verdadero cambio de juego podría venir con las baterías de estado sólido. Estas baterías reemplazan los electrolitos líquidos por materiales sólidos, ofreciendo mayor seguridad, rapidez de carga y una mayor capacidad de almacenamiento energético. Aunque esta tecnología aún está en desarrollo, las expectativas son altas. Empresas como QuantumScape y Solid Power están avanzando en este campo, aunque sus acciones han sufrido caídas significativas desde sus picos iniciales.
China no ha ignorado esta oportunidad. El gobierno de Pekín ha anunciado una inversión de 6.000 millones de yuanes (casi 830 millones de dólares) para que empresas como CATL y BYD investiguen y desarrollen baterías de estado sólido. El fabricante de vehículos eléctricos NIO también está explorando esta tecnología, con planes para producir automóviles utilizando baterías de estado semisólido.

Visionarios de Pekín
El liderazgo de China en el sector de las baterías se ha construido sobre una base sólida de innovación y producción en masa. Mientras otros países podrían necesitar una revolución tecnológica para desafiar esta supremacía, China sigue avanzando, consolidando su dominio en cada eslabón de la cadena de suministro de baterías.
El enfoque estratégico de China no sólo asegura su liderazgo actual, sino que también le proporciona una posición ventajosa para adaptarse a la futura innovación. La capacidad de Pekín para anticipar las tendencias y responder rápidamente a los cambios tecnológicos le ha permitido ganar esta «guerra de las baterías». La supremacía de China en este campo es un testimonio de su visión y capacidad de ejecución en sectores clave de la economía global.
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Mientras el mundo observa y trata de ponerse al día, China ya está mirando hacia el futuro. Con inversiones estratégicas, una sólida cadena de suministro y un compromiso inquebrantable con la innovación, Pekín ha asegurado su dominio en la industria de baterías. La guerra de las baterías puede haber comenzado hace años, pero China ya ha declarado su victoria.