Aparato militar de EE.UU. en Asia se adapta a la concepción multipolar del mundo

En la región del Indo-Pacífico, Estados Unidos está adaptando su estrategia militar para alinearse con una realidad mundial cada vez más multipolar. Esta transformación refleja un cambio significativo en la forma en que EE.UU. se relaciona con sus aliados y adversarios en un mundo donde el poder ya no está concentrado en una sola superpotencia. En lugar de dominar unilateralmente, Estados Unidos ahora busca ser un socio más humilde y cooperativo en la seguridad regional.

Este análisis fue presentado por Cueva Damián, corresponsal internacional de The New York Times con sede en Sydney, en un artículo titulado «En el patio trasero de China, Estados Unidos se ha convertido en una superpotencia más humilde». Damián, quien dedica su carrera a reportar sobre los cambios en el poder y la seguridad en el Indo-Pacífico, argumenta que EE.UU. ya no domina Asia-Pacífico como antes. En lugar de dictar condiciones, Estados Unidos se ofrece ahora como un compañero dispuesto a compartir responsabilidades.

EE.UU. navega en un mundo multipolar

Lejos de las tensiones en Ucrania y Gaza, y mientras las democracias ricas del Grupo de los Siete se reúnen en Italia, la naturaleza del poder estadounidense se transforma en Asia-Pacífico. Aquí, Estados Unidos no se presenta como el garante confiado de la seguridad, sino como un socio ansioso por la modernización militar y el desarrollo tecnológico. Este cambio se enmarca en un mundo más multipolar, donde EE.UU. colabora estrechamente con sus aliados para enfrentar la creciente influencia de China.

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El secretario de Defensa, Lloyd J. Austin III, destacó este cambio en una conferencia de defensa global en Singapur, señalando que la estrategia de seguridad en el Indo-Pacífico ha evolucionado de un modelo de «centro y radios» a una estructura más colaborativa. Ilustración MidJourney

El secretario de Defensa, Lloyd J. Austin III, destacó este cambio en una conferencia de defensa global en Singapur, señalando que la estrategia de seguridad en el Indo-Pacífico ha evolucionado de un modelo de «centro y radios» a una estructura más colaborativa. Estados Unidos está ahora involucrado en la construcción de submarinos nucleares con Australia, la planificación de armas nucleares con Corea del Sur, la producción de motores para aviones de combate con India, y la vigilancia marítima conjunta con pequeñas islas del Pacífico. Esta red de colaboraciones refleja la creciente percepción de la multipolaridad en la región.

China es una fuerza colosal

Muchos países en el Indo-Pacífico temen la creciente fuerza militar y la beligerancia de China. Las amenazas de Beijing contra Taiwán, sus reclamos en el Mar de China Meridional y su apropiación de tierras en la frontera con India han generado incertidumbre sobre China como socio económico y político. En este contexto, los países que colaboran con Estados Unidos no solo buscan seguridad, sino también reconocimiento de su propia creciente fuerza e independencia en un mundo multipolar.

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En entrevistas con más de 100 funcionarios actuales y anteriores de Estados Unidos y países del Indo-Pacífico, Damián descubrió que muchos creen que el próximo siglo será menos dominado por Estados Unidos. La nación, debilitada por las guerras de Irak y Afganistán, la competencia manufacturera con China y sus propias divisiones internas, se adapta a un mundo en el que más naciones tienen la capacidad de influir en los acontecimientos globales.

La superioridad militar de Estados Unidos ha sido desafiada por China, que ahora posee una armada más grande en número de barcos y ventajas en armas hipersónicas. La democracia estadounidense, medida por la eficacia legislativa y la estabilidad política, también se ha visto debilitada, afectando su capacidad de liderazgo global. Sin embargo, ambos partidos políticos en Estados Unidos han luchado por adaptarse a la nueva dinámica de poder en Asia.

Muchos pasos en falso

La administración Obama prometió un «pivote hacia Asia» que nunca se concretó del todo, y la política exterior de la administración Trump, con su retórica contra China y el abandono del acuerdo de libre comercio transpacífico, generó dudas sobre el compromiso de Estados Unidos con la región. China, mientras tanto, se ha convertido en un coloso económico y un importante inversor en el Indo-Pacífico, fomentando el comercio regional y la interdependencia.

Los presupuestos militares en Asia han aumentado significativamente en los últimos años, y la demanda de tecnología de defensa estadounidense está en su punto más alto. Sin embargo, muchos países de la región se ven a sí mismos como actores de un orden multipolar emergente. El presidente de Filipinas, Ferdinand R. Marcos Jr., afirmó en un discurso en Singapur que los países de la región son ahora «los personajes principales de nuestra historia colectiva», buscando a Estados Unidos como un proveedor de bienes y servicios más que como un protector unilateral.

Vuelta a las armas

Japón ha adoptado un papel más activo en la seguridad regional, firmando acuerdos de movimiento de tropas con Australia y otros países, y planeando aumentar drásticamente su presupuesto militar. Estas acciones reflejan una evaluación crítica de Estados Unidos y la incertidumbre sobre su papel futuro en la región. «Estados Unidos ya no es lo que solía ser hace 20 o 30 años», comentó un alto funcionario de inteligencia japonés, indicando que la disminución del rol estadounidense es inevitable, independientemente de quién sea el próximo presidente.

Los funcionarios estadounidenses son conscientes de estas percepciones y han adoptado una postura más colaborativa y humilde en su enfoque de la seguridad en el Indo-Pacífico. El secretario de Estado, Antony J. Blinken, abogó por una mayor humildad en la política exterior para enfrentar desafíos globales. El general David H. Berger, hasta su retiro el año pasado, propuso redistribuir las fuerzas estadounidenses en Asia en unidades más pequeñas y móviles, con acceso a bases en muchos países, promoviendo una seguridad más descentralizada.

Ejercicios militares multinacionales y proyectos como el Centro de Fusión del Pacífico en Vanuatu, que analiza amenazas marítimas, reflejan esta nueva estrategia colaborativa y multipolar. India, por ejemplo, ha visto un aumento en la cooperación tecnológica y de defensa con Estados Unidos, destacando el interés de ambos países en planes integrales a largo plazo, a pesar de las preocupaciones sobre la democracia india.

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Muchos países en el Indo-Pacífico temen la creciente fuerza militar y la beligerancia de China. Las amenazas de Beijing contra Taiwán, sus reclamos en el Mar de China Meridional y su apropiación de tierras en la frontera con India han generado incertidumbre sobre China como socio económico y político. Ilustración MidJourney.

India entre los gigantes

La visita de estado del primer ministro indio, Narendra Modi, a Washington en 2023, marcó un hito en la colaboración tecnológica y de defensa, con acuerdos para la coproducción de motores de aviones de combate y otras inversiones estratégicas. Esta asociación, que se extiende «desde los mares hasta las estrellas», refleja el compromiso de ambos países con la innovación y la seguridad en un mundo multipolar.

Ryan Crocker, un diplomático retirado, afirmó que la humildad no significa debilidad, sino una estrategia efectiva en la política exterior. La cooperación y las alianzas son esenciales para enfrentar desafíos globales en un mundo donde Estados Unidos ya no puede actuar solo.

Sin embargo, el enfoque de Estados Unidos en difundir sus productos y tecnología de defensa en Asia también conlleva riesgos. Algunos analistas temen que esta estrategia aumente las tensiones con China y eleve el riesgo de malentendidos que podrían escalar a conflictos. Además, la ambigüedad en las coaliciones de seguridad en Asia plantea preguntas sobre la respuesta de la región a posibles conflictos, como una confrontación en el Mar de China Meridional o una guerra por Taiwán.

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Un tema de humildad

En este contexto, Estados Unidos debe equilibrar su papel en la región, cooperando con sus aliados y adaptándose a un mundo más multipolar. La evolución del poder estadounidense en Asia-Pacífico implica aprender a colaborar de manera efectiva y reconocer la creciente importancia de otras naciones en la configuración del orden mundial.

Este reportaje, basado en el análisis de Cueva Damián para The New York Times, destaca la necesidad de un enfoque más humilde y colaborativo por parte de Estados Unidos en su relación con Asia, reflejando la realidad de un mundo cada vez más multipolar.

 

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