Venezuela se encuentra en un momento crítico de su historia, un punto de inflexión que ha generado una atmósfera cargada de incertidumbre y miedo mientras se acercan las elecciones presidenciales. La tensión es palpable en las calles y en el ámbito político, donde cada movimiento es observado con lupa y cada declaración puede desencadenar una reacción en cadena. Esta situación se asemeja a un avispero a punto de estallar, donde cualquier alteración puede desencadenar una serie de eventos impredecibles.
El presente reportaje, fue escrito usando datos logrados por Hugo Prieto, periodista y narrador venezolano. Pertenecen a una entrevista originalmente publicada en PRODAVINCI bajo el título “Jesús María Casal: ‘Todos debemos ser parte de esta definición histórica que puede ser este 28 de julio’”. Prieto, colaborador y editor en numerosos diarios y revistas de Venezuela y América Latina, es conocido por su volumen de reportajes «Todos somos garimpeiros», que ganó el Premio Hogueras en 1991, y su novela «Vivir en vano», publicada por Alfaguara en 2008.
Venezuela huele a miedo
Venezuela, con su historia reciente de crisis política, económica y social, se enfrenta a un nuevo desafío con las elecciones del 28 de julio. Estas elecciones son vistas como un evento crucial que podría definir el futuro del país. Las redes sociales han jugado un papel fundamental en amplificar el nerviosismo, actuando como un diapasón que aumenta el volumen de la crisis política. Durante los últimos 25 años, el país ha estado sumido en una profunda crisis, y ahora, contra viento y marea, los principales factores de oposición se aferran a las urnas con la esperanza de reconstruir el país mediante la voluntad popular.

Jesús María Casal, doctor en Derecho y ex Presidente de la Comisión Nacional de Primaria, ve con buenos ojos este proceso electoral. Según Casal, la primaria ayudó a despertar a una ciudadanía que estaba desencantada y desesperanzada. La consolidación de un liderazgo político ha sido fundamental para rescatar la ruta electoral como una posibilidad para el cambio político. Hoy, a pocos días de las elecciones, los ciudadanos podrán expresar sus preferencias políticas, aunque las condiciones electorales actuales son peores que las de 2018. Sin embargo, la determinación de la gente de votar se mantiene firme.
El 28 será el principio
La situación paradójica en Venezuela es que, a pesar de las peores condiciones electorales en comparación con 2018, la ruta electoral se mantiene, y la oposición está unificada. Esta unidad ha generado una respuesta diferente desde la institucionalidad, y aunque hay distintas visiones sobre el significado del voto y del 28 de julio, los actores políticos están unificados en su compromiso con la ruta electoral.
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La incertidumbre no se acabará el 28 de julio. Entre el día de la elección y la toma de posesión el 10 de enero, puede haber negociaciones políticas intensas y unificación de políticas entre los factores de oposición. Este período podría servir para establecer una transición distinta a la conocida en la era democrática. No será fácil, pero lo primero será valorar la decisión de los ciudadanos. Si la voluntad es el cambio de gobierno, toda la dirigencia política deberá estar a la altura de las circunstancias.
Necesidad de nogociar
María Corina Machado, una figura clave en la oposición en Venezuela, ha moderado su discurso, pero la toma de decisiones políticas será crucial. El proceso electoral ha implicado asumir una ruta donde se encontrarán con elementos de la institucionalidad como el Consejo Nacional Electoral y el Plan República. El liderazgo de María Corina Machado, junto con la Plataforma Unitaria y la candidatura de Edmundo González, será esencial para avanzar en este proceso.
El papel de la Fuerza Armada en este proceso electoral es fundamental. Según la Constitución, la Fuerza Armada debe actuar sin militancia política y al servicio de la Nación. Los ciudadanos deben poder acceder pacíficamente a los centros electorales y expresar su voluntad libremente. Garantizar que las instituciones respeten la voluntad de los electores es crucial para la legitimidad del proceso.

Manejo pacífico de las diferencias
Las declaraciones recientes del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sugiriendo la posibilidad de un «Caracazo» o incluso una guerra civil, han incrementado la tensión. Sin embargo, Jesús María Casal insiste en la necesidad de promover una propuesta de paz y un manejo pacífico de las diferencias. La democracia implica diferencias, pero estas deben resolverse pacíficamente y con respeto a los Derechos Humanos.
La reconstrucción institucional del país será otro desafío monumental. Tanto en el poder judicial como en el legislativo, se requerirán acuerdos y decisiones políticas que respeten la Constitución. La independencia judicial y el ascenso basado en méritos son fundamentales para crear un poder judicial realmente independiente. Los actores políticos deben respetar el espacio del Estado de Derecho para garantizar un sistema judicial imparcial y justo.
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Acerca de las Fuerzas Armadas
En cuanto a las Fuerzas Armadas, su papel será crucial en asegurar que las elecciones se realicen de manera pacífica y que los resultados sean respetados. La Constitución establece claramente que la Fuerza Armada debe estar al servicio de la Nación y actuar sin militancia política. Garantizar la paz durante y después de las elecciones será esencial para la estabilidad del país.
Finalmente, la posibilidad de que Venezuela transite esta etapa en paz, sin venganzas ni ajustes de cuentas, dependerá de la capacidad de los líderes políticos para dialogar y construir una gobernabilidad democrática. Será un proceso gradual y lleno de desafíos, pero es posible si prevalece la voluntad de resolver los problemas del país pacíficamente. La esperanza de muchos venezolanos es que este 28 de julio marque el comienzo de un nuevo capítulo en la historia del país, uno en el que la paz y la democracia prevalezcan sobre la división y el conflicto.
La capacidad de los líderes para enfrentar estos desafíos será puesta a prueba. La participación ciudadana y el respeto a la voluntad popular serán cruciales para asegurar un futuro mejor para Venezuela. Los próximos meses serán determinantes, y el mundo observará con atención cómo se desarrolla este proceso histórico. La esperanza es que, a través del diálogo y la cooperación, Venezuela pueda encontrar un camino hacia la estabilidad y la prosperidad.