Asdrúbal Oliveros: Salario mínimo en Venezuela sin prestaciones y opacidad en el anuncio

En un contexto marcado por la incertidumbre económica y las decisiones gubernamentales poco claras, el reciente anuncio del presidente Nicolás Maduro sobre el aumento del salario mínimo en Venezuela que tiene forma de integral, ha suscitado diversas reacciones. El economista Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalitica, ha sido una voz crítica en este debate, aclarando los verdaderos alcances de este anuncio y sus implicaciones para la población venezolana.

Maduro anunció recientemente un aumento en el Bono de Guerra Económica de 40 a 60 dólares y un incremento en el Cesta Ticket a 40 dólares. Sin embargo, lo notable de este anuncio es que estos incrementos no repercuten en las prestaciones salariales y se limitan a beneficiar solo a una parte de la población. Según Oliveros, estos cambios no están reflejados en el salario mínimo, sino que afectan únicamente al ingreso mínimo integral de los trabajadores de la administración pública. Esta distinción es fundamental, ya que el salario mínimo en Venezuela sigue siendo uno de los más bajos de la región, manteniéndose en 130 bolívares mensuales, equivalentes a aproximadamente 3,5 dólares.

¿Aumentó el salario mínimo en Venezuela?

Este anuncio ha generado confusión entre la ciudadanía, especialmente debido a la falta de detalles y la ausencia de una publicación oficial en la gaceta. Maduro, en su discurso, mencionó cifras y porcentajes que no concuerdan con la realidad económica del país, sugiriendo un aumento del salario mínimo en Venezuela mensual a 100 dólares, lo cual representaría un incremento del 500%. Sin embargo, este porcentaje no se ajusta a los hechos, ya que, en realidad, se trata de un aumento del Bono de Guerra Económica del 100%.

Salario mínimo en Venezuela
El salario mínimo en Venezuela sigue siendo uno de los más bajos de la región, manteniéndose en 130 bolívares mensuales, equivalentes a aproximadamente 3,5 dólares. Ilustración MidJourney

La opacidad en el anuncio y la falta de claridad sobre su implementación son aspectos que Oliveros ha destacado en sus declaraciones. Según el economista, esta maniobra del gobierno venezolano es una estrategia para eludir el aumento en el pasivo laboral, afectando a los 5,5 millones de empleados públicos y alrededor de 5 millones de pensionados y jubilados. Al optar por un aumento bonificado, el gobierno evita incidir en el sistema de retroactividad de las prestaciones previsto en la Ley del Trabajo, Trabajadoras y Trabajadores.

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La estrategia no es nueva

Esta no es la primera vez que el gobierno venezolano utiliza este tipo de estrategias. Ya en mayo de 2023, Maduro había anunciado un aumento similar, pero en la gaceta oficial solo se estableció el monto de mil bolívares. La historia se repite este año, con un anuncio que deja más interrogantes que respuestas, especialmente en lo que respecta a los pensionados y jubilados. Aunque en el pasado los jubilados de la administración pública recibían un bono de guerra equivalente a 49 dólares, más el monto de jubilación, no está claro si ahora se les aumentará a 60 dólares. Además, los pensionados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) que recibían 20 dólares, también se encuentran en una situación de incertidumbre.

El impacto de estos anuncios en el sector privado también es limitado. La remuneración promedio en la empresa privada oscila entre 140 y 150 dólares mensuales para obreros y trabajadores no calificados. Aunque el bono de alimentación es un requisito obligatorio, el aumento del salario mínimo en Venezuela anunciado no supone un cambio significativo en el poder adquisitivo de estos trabajadores.

Salario mínimo en Venezuela
Según el economista, esta maniobra del gobierno venezolano es una estrategia para eludir el aumento en el pasivo laboral, afectando a los 5,5 millones de empleados públicos y alrededor de 5 millones de pensionados y jubilados. Ilustración MidJourney

Cesta alimentaria: $522

Maduro ha enfatizado que estos aumentos en bonos están anclados al tipo de cambio del BCV, lo cual sugiere una indexación a la tasa de cambio oficial. Sin embargo, esta medida está lejos de satisfacer las necesidades básicas de la población, considerando que la cesta alimentaria se ubica en torno a los 522 dólares, según el Cendas.

El salario mínimo en Venezuela sigue sin variar significativamente, manteniéndose como el más bajo del mundo. A pesar de los anuncios de aumento, la realidad es que estos cambios no representan un verdadero alivio para la economía de los venezolanos. La estrategia del gobierno de bonificar el salario, en lugar de incrementarlo, refleja un intento de manejar el pasivo laboral sin abordar de manera efectiva la creciente crisis económica que enfrenta el país. Con un panorama marcado por la confusión y la falta de transparencia, los venezolanos continúan enfrentando retos significativos para su supervivencia económica diaria.

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Patrón de gestión económica

Así, el anuncio de Maduro se enmarca en un patrón de gestión económica que ha caracterizado su administración en los últimos años. La falta de transparencia y la tendencia a realizar anuncios que generan más confusión que claridad son aspectos que han sido constantemente criticados tanto a nivel nacional como internacional. Este enfoque ha contribuido a una mayor incertidumbre económica en un país ya asolado por una crisis profunda, donde la inflación y la devaluación de la moneda han mermado drásticamente el poder adquisitivo de la población. El salario mínimo en Venezuela, que continúa estancado, es un claro reflejo de esta situación, donde a pesar de los anuncios de aumentos y bonificaciones, la realidad económica de los ciudadanos comunes sigue siendo extremadamente precaria.

Por otro lado, las declaraciones de Asdrúbal Oliveros arrojan luz sobre la realidad económica del país y desafían la narrativa gubernamental. Al desglosar los anuncios y explicar sus implicaciones reales, Oliveros no solo informa a la población, sino que también proporciona un análisis crítico necesario para entender la complejidad de la economía venezolana en el contexto actual. Con expertos como él al frente del debate público, se abre un espacio vital para el análisis y la discusión, elementos esenciales en cualquier sociedad que busque comprender y mejorar su situación económica. En última instancia, el papel de los economistas y analistas como Oliveros es crucial en la construcción de un discurso más informado y menos sesgado sobre la realidad económica de Venezuela.

 

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