Nicolás Maduro se ha mantenido en el poder a pesar de la creciente presión internacional y de las sanciones económicas draconianas impuestas por Estados Unidos. A pesar de las constantes denuncias de fraude electoral y violaciones de derechos humanos, el apoyo incondicional de los militares venezolanos ha sido crucial para su permanencia en la presidencia. Este respaldo no ha pasado desapercibido para las autoridades estadounidenses, quienes reconocen que, sin la lealtad militar, el régimen de Maduro probablemente no podría sostenerse.
Max Boot, historiador, autor de best-sellers y analista de política exterior, recientemente publicó un material de opinión en The Washington Post titulado “El robo de elecciones en Venezuela muestra el fracaso bipartidista de la política estadounidense”. Boot, miembro senior de la Cátedra Jeane J. Kirkpatrick de estudios de seguridad nacional en el Consejo de Relaciones Exteriores, argumenta que la incapacidad de Estados Unidos para influir en un cambio de régimen en Venezuela es un testimonio de las limitaciones del poder estadounidense. Su análisis, respaldado por su vasta experiencia y reconocimiento como una de las principales autoridades mundiales en conflictos armados, ofrece una visión crítica de la situación actual en Venezuela y la ineficacia de las políticas estadounidenses.
Nicolás Maduro ha ido más allá
En su artículo, Boot destaca que, a pesar de la esperanza palpable de cambio antes de las elecciones recientes, la realidad es que Nicolás Maduro ha logrado mantener su control sobre el poder. Las sanciones impuestas por la administración Trump, que se encuentran entre las más severas de la historia, no han logrado desestabilizar su régimen. Estas medidas, combinadas con la corrupción y la mala gestión económica, han llevado a Venezuela a una crisis económica sin precedentes, con casi un tercio de la población huyendo del país. Sin embargo, ninguna de estas dificultades ha sido suficiente para desplazar a Maduro del poder.

El supuestos fraude electoral en las recientes elecciones venezolanas fue evidente. Las encuestas a la salida de las urnas indicaron que el candidato opositor, Edmundo González, había obtenido una victoria contundente. Sin embargo, la autoridad electoral de Maduro anunció que el presidente había ganado con el 51% de los votos. La negativa del régimen a entregar las papeletas de votación es vista por muchos como una confesión tácita de fraude. A pesar de estas irregularidades, los militares venezolanos continúan respaldando a Maduro, lo que le permite mantener su control sobre el país.
Una estrategia y un Plan B
William LeoGrande, especialista en política latinoamericana de la American University, explicó que la estrategia de Maduro era aumentar su legitimidad internacional mediante una elección aparentemente creíble. Sin embargo, cuando el régimen tuvo que elegir entre la legitimidad internacional y el poder, optó por mantener el poder. Esta decisión subraya la importancia del apoyo militar para la supervivencia del régimen de Maduro.
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El gobierno de Biden intentó un enfoque diferente al de su predecesor. Ofreció aliviar las sanciones al sector petrolero de Venezuela si Maduro permitía elecciones libres y justas supervisadas por la comunidad internacional. No obstante, Nicolás Maduro no cumplió sus promesas, y las sanciones fueron reimpuestas. Esta táctica también fracasó, y la administración estadounidense se encontró una vez más en una posición de impotencia.
Las armas están con Maduro
La lealtad de los militares venezolanos a Nicolás Maduro no solo asegura su permanencia en el poder, sino que también complica los esfuerzos internacionales para promover un cambio democrático en Venezuela. Según Bill Brownfield, ex embajador de Estados Unidos en Venezuela, la comunidad internacional debe apoyar firmemente al movimiento democrático y a líderes opositores como María Corina Machado. Sin embargo, incluso con este apoyo, el camino hacia la democracia en Venezuela sigue siendo incierto, especialmente dado el firme respaldo militar al régimen actual.
El contexto internacional también juega un papel crucial en la situación venezolana. Mientras que la mayoría de las naciones europeas y latinoamericanas han denunciado el fraude electoral, países como Rusia, China, Irán y Cuba han felicitado a Maduro por su “victoria”. Este respaldo de potencias antidemocráticas y antiamericanas proporciona a Maduro un respiro en medio de la presión internacional, consolidando aún más su posición.

Sistema de beneficios
El apoyo militar a Nicolás Maduro es un componente esencial de su capacidad para desafiar las sanciones y la presión internacional. Sin el respaldo de los militares, su régimen probablemente no podría sobrevivir a la crisis económica y la creciente oposición interna. Sin embargo, los generales venezolanos se benefician del sistema actual y no tienen incentivos para promover un cambio democrático.
La situación en Venezuela es un recordatorio sombrío de las limitaciones del poder estadounidense. A pesar de las sanciones y la presión diplomática, el régimen de Maduro ha demostrado ser resiliente. La política estadounidense hacia Venezuela, caracterizada por sanciones económicas y apoyo a la oposición, no ha logrado sus objetivos. Esta realidad subraya la complejidad de la política internacional y las dificultades inherentes a la promoción de la democracia en contextos autoritarios.
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No es la primera vez
Nicolás Maduro ha utilizado tácticas de represión y control social para mantener su poder, apoyado en gran medida por los militares. Este apoyo es un factor determinante que ha permitido a Maduro resistir la presión internacional y las sanciones económicas. La comunidad internacional, liderada por Estados Unidos, enfrenta un desafío formidable en su intento de promover un cambio democrático en Venezuela.
El futuro de Venezuela sigue siendo incierto. La oposición enfrenta la difícil tarea de desafiar a un régimen respaldado por los militares y apoyado por potencias extranjeras. La comunidad internacional debe seguir apoyando los esfuerzos democráticos, pero también debe reconocer las limitaciones de su influencia. La historia reciente de Venezuela es un testimonio de la complejidad de la política internacional y las dificultades de promover la democracia en contextos autoritarios.
Los militares venezolanos juegan un papel crucial en la supervivencia del régimen de Nicolás Maduro. Su apoyo es esencial para mantener el control del poder y desafiar la presión internacional. La política estadounidense hacia Venezuela ha demostrado ser ineficaz, y la comunidad internacional enfrenta un desafío formidable en su intento de promover un cambio democrático. La situación en Venezuela es un recordatorio de las limitaciones del poder estadounidense y la complejidad de la política internacional en contextos autoritarios.