Estados Unidos y Venezuela retomarán el diálogo abierto antes de las elecciones

A menos de un mes de las elecciones presidenciales en Venezuela, el presidente Nicolás Maduro ha anunciado que reanudará el diálogo con Estados Unidos, una medida que podría tener importantes implicaciones para ambos países y la región. Este anuncio sorprende a muchos, ya que, hasta hace poco, las relaciones entre Caracas y Washington estaban marcadas por la tensión y el desacuerdo. Sin embargo, la proximidad de los comicios parece haber impulsado a ambas partes a reconsiderar sus posiciones y buscar un entendimiento.

Florantonia Singer, periodista venezolana con una destacada trayectoria en medios como El Nacional y Últimas Noticias, y actualmente trabajando para El País de España, ha sido la encargada de difundir esta noticia. En su reciente artículo titulado: «Maduro anuncia que retoma las conversaciones con Estados Unidos a menos de un mes de las elecciones«, Singer proporciona un análisis detallado de las circunstancias y los posibles efectos de este nuevo acercamiento.

Diálogo desde el miércoles

Maduro declaró que ha recibido propuestas del Gobierno de Estados Unidos durante dos meses continuos para restablecer las relaciones y el diálogo. Tras pensarlo, ha decidido aceptar y anunció que las conversaciones se reanudarán el próximo miércoles. Estas negociaciones, que se llevarán a cabo bajo el auspicio de Qatar, tienen como objetivo cumplir con los acuerdos firmados previamente y restablecer los términos del diálogo con respeto mutuo.

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Maduro declaró que ha recibido propuestas del Gobierno de Estados Unidos durante dos meses continuos para restablecer las relaciones y el diálogo. Tras pensarlo, ha decidido aceptar y anunció que las conversaciones se reanudarán el próximo miércoles. Ilustración MidJourney

El presidente venezolano aseguró que la Casa Blanca ha mostrado interés en cumplir los acuerdos firmados en Qatar, que incluyen la liberación de presos y el respeto a los opositores a cambio de aliviar sanciones. Esta medida podría ser vista como un intento de Estados Unidos por influir en las elecciones venezolanas y garantizar que se lleven a cabo de manera justa y transparente. Para muchos, el hecho de que se reanuden las conversaciones es una señal positiva de que ambos países están dispuestos a trabajar juntos para encontrar soluciones a sus diferencias.

Conversación permanente

El diálogo entre Estados Unidos y Venezuela no es nuevo. Durante meses, se llevaron a cabo conversaciones secretas bajo el auspicio de Qatar, las cuales resultaron en el Acuerdo de Barbados. Sin embargo, estas negociaciones se estancaron debido a varios desvíos de lo pactado, incluidos obstáculos fiscales por parte del chavismo para la libre competición de la candidata opositora María Corina Machado, así como la persecución de su militancia. Estos problemas llevaron a la oposición a denunciar que las buenas intenciones iniciales se habían quedado en papel.

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A pesar de los obstáculos, algunos aspectos concretos de los acuerdos sí se lograron. Venezuela entregó a los prisioneros estadounidenses que tenía a cambio del empresario Alex Saab, señalado de ser el testaferro de altos cargos del chavismo. Este intercambio resultó en la concesión de seis meses de alivio a las sanciones petroleras, lo cual reactivó el interés de las transnacionales por volver a hacer negocios con PDVSA. Además, se fijó la fecha de las elecciones, siempre con la presión de Estados Unidos como un factor influyente.

Deseo de concordia

Maduro enfatizó que es un hombre de diálogo y que busca superar el conflicto de confrontación con Estados Unidos. El mandatario expresó su deseo de que el diálogo sirva para que se respete a Venezuela, su democracia y su pueblo. Además, informó que su operador político y jefe del Parlamento, Jorge Rodríguez, lo representará en estas nuevas conversaciones.

La administración de Joe Biden ha mostrado un giro en la relación con Maduro, lo que ha movido las piezas en el ajedrez internacional de la crisis política venezolana. A estos comicios, el chavismo llega con los más bajos niveles de aprobación frente al fenómeno político en que se ha convertido María Corina Machado, quien lidera la mayoría de las encuestas por una amplia ventaja, sin embargo, ella no es la candidata por estar inhabilitada.

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Ambas naciones, con sus respectivas agendas y desafíos, están buscando un terreno común que les permita avanzar en sus intereses. El éxito o fracaso de estas negociaciones tendrá repercusiones significativas no sólo para los actores involucrados, sino también para la estabilidad y el futuro político de la región. Ilustración MidJourney.

Colombia y Brasil

Países aliados del chavismo, como Colombia y Brasil, han propuesto pactos para garantizar los resultados de la elección, aunque estas iniciativas no han tenido un seguimiento constante. Este nuevo diálogo con Estados Unidos, según Maduro, no serán secretas esta vez, lo que podría reconfigurar los escenarios para el 28 de julio y lo que vendrá después.

A finales de mayo, llegó el último plazo dado por Washington para desmantelar el esquema de licencias petroleras acordado en las negociaciones. Esta fue la respuesta a los pocos avances dados por Maduro para garantizar unas elecciones verdaderamente libres y competitivas. Sin embargo, Estados Unidos ha autorizado a las empresas a solicitar autorizaciones específicas para continuar operando bajo ciertas condiciones en Venezuela, como lo hace la estadounidense Chevron.

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Reconciliación de intereses

El anuncio de la reanudación del diálogo bilateral antes de las elecciones marca un punto crucial en las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela. Ambas naciones, con sus respectivas agendas y desafíos, están buscando un terreno común que les permita avanzar en sus intereses. El éxito o fracaso de estas negociaciones tendrá repercusiones significativas no sólo para los actores involucrados, sino también para la estabilidad y el futuro político de la región.

El diálogo entre Estados Unidos y Venezuela, aunque marcado por la incertidumbre y los desafíos, representa una oportunidad para que ambos países trabajen hacia una solución pacífica y constructiva. Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, el mundo observará de cerca cómo se desarrollan estas conversaciones y cuáles serán sus resultados. La esperanza es que, a través del diálogo, se puedan alcanzar acuerdos que beneficien a ambas partes y, en última instancia, al pueblo venezolano.

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