Una versión de la “guerra y la paz” se oferta en la campaña electoral de Venezuela

La campaña electoral en Venezuela se ha convertido en una batalla épica que recuerda a la «guerra y la paz», una contienda en la que dos visiones opuestas del futuro del país se enfrentan. A solo dos semanas de las elecciones presidenciales del 28 de julio, los candidatos Nicolás Maduro y Edmundo González Urrutia presentan propuestas que prometen desde la continuidad del socialismo bolivariano hasta la esperada transición hacia un gobierno de unidad nacional.

Florantonia Singer, periodista venezolana y colaboradora de EL PAÍS de España, ha seguido de cerca el desarrollo de esta campaña. Con amplia experiencia como editora y reportera para El Nacional y Últimas Noticias, y su colaboración con El Bus TV, Singer ha escrito un artículo titulado: “Nicolás Maduro y Edmundo González: ¿qué ofrecen los candidatos en campaña?”. En su análisis, Singer destaca cómo entre la promesa de un nuevo intento de socialismo bolivariano y la urgencia de una transición se encuentran las principales propuestas de los candidatos.

La guerra y la paz electoral

La «guerra y la paz» de esta campaña se refleja en la narrativa oficial del chavismo, que pinta a Nicolás Maduro como la única garantía de estabilidad y paz para Venezuela. En sus discursos, Maduro enfatizó haber superado la «guerra económica» y el desabastecimiento que marcaron los años más duros de su gestión. “¿Quién derrotó la guerra económica y el desabastecimiento?”, pregunta retóricamente a sus seguidores, quienes responden con su nombre, consolidando la idea de que su permanencia en el poder es esencial para la paz del país.

guerra y la paz
La «guerra y la paz» de esta campaña se refleja en la narrativa oficial del chavismo, que pinta a Nicolás Maduro como la única garantía de estabilidad y paz para Venezuela. En sus discursos, Maduro enfatizó haber superado la «guerra económica» y el desabastecimiento que marcaron los años más duros de su gestión. Ilustración MidJourney

Por otro lado, Edmundo González Urrutia, junto con el liderazgo de María Corina Machado, presenta una oferta centrada en la necesidad de un cambio radical. La oposición se une bajo la bandera de reconstruir un país en escombros, prometiendo una transición hacia la democracia y la prosperidad. González Urrutia ha pasado de ser un candidato suplente a convertirse en el líder de una propuesta que busca cambiar el curso de la historia venezolana.

Las «7T de Maduro»

En medio de esta «guerra y la paz», la campaña de Maduro resalta los logros pasados ​​como la base de su promesa de estabilidad futura. La figura de Hugo Chávez vuelve a ser central en la narrativa oficial, con el Plan de la Patria 2025-2031 destacando como el proyecto estratégico para los próximos años. Las «7T de Maduro» son el núcleo de su propuesta: un nuevo modelo económico nacional, independencia cultural y tecnológica, seguridad y defensa, protección social, transformación política, enfrentamiento a la emergencia climática y geopolítica de paz e integración.

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La campaña de González Urrutia, sin embargo, se construye sobre la necesidad de superar el legado del chavismo. Basado en el Plan País y el programa “Venezuela, tierra de gracia” de Machado, el candidato opositor propone una serie de reformas profundas que incluyen la privatización de la industria petrolera, la implementación de energías limpias y la creación de un estado más ágil y descentralizado. González Urrutia también se enfoca en la estabilización económica y en la posibilidad de reunificar a las familias venezolanas divididas por la migración masiva.

Época de promesas

La «guerra y la paz» en la campaña también se refleja en las promesas de amnistía y justicia transicional que González Urrutia ha mencionado. En entrevistas, ha señalado la necesidad de acuerdos de amnistía para superar las violaciones de derechos humanos que han ocurrido en el país. Este enfoque busca no solo la recuperación económica, sino también la reconciliación nacional, un tema que resuena profundamente en un país dividido.

Mientras Maduro promete continuidad y estabilidad, utilizando su capacidad de haber «sobrevivido» a los peores momentos de su gobierno como prueba de su competencia, González Urrutia apuesta por el cambio y la esperanza de un futuro mejor. La economía, que ha sido el principal dolor de cabeza para los venezolanos, se convierte en el eje central de ambas campañas, aunque desde perspectivas diametralmente opuestas.

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La campaña de González Urrutia, sin embargo, se construye sobre la necesidad de superar el legado del chavismo. Basado en el Plan País y el programa “Venezuela, tierra de gracia” de Machado, el candidato opositor propone una serie de reformas profundas que incluyen la privatización de la industria petrolera, la implementación de energías limpias y la creación de un estado más ágil y descentralizado. Ilustración MidJourney.

Todos quieren el voto

En esta «guerra y la paz» electoral, el chavismo intenta consolidar su narrativa de resistencia y superación, mientras la oposición lucha por convencer a los votantes de que un cambio no solo es posible, sino necesario. La promesa de una sociedad igualitaria y justa, de independencia y soberanía, y de un «nuevo Estado Popular y Revolucionario» se enfrenta a la visión de un país libre, democrático y próspero.

La recta final de la campaña muestra una diferencia significativa en las preferencias del electorado. Con una aprobación limitada de poco más del 25%, el chavismo no ha logrado despegar en las encuestas, mientras que González Urrutia duplica ese apoyo. La euforia que ha despertado el liderazgo de Machado, que recuerda al Chávez de 1998, impulsa la esperanza de un cambio radical en el país.

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Batalla por el alma de Venezuela

La «guerra y la paz» que se juega en esta campaña electoral no es solo una lucha por el poder, sino una batalla por el alma de Venezuela. En medio de la polarización, los venezolanos buscan una salida a la crisis que ha marcado los últimos 25 años. La elección del 28 de julio se presenta como un punto de inflexión, una oportunidad para decidir entre la continuidad del modelo chavista o el inicio de una nueva era de transición y reconstrucción.

El resultado de esta contienda determinará no solo el futuro inmediato del país, sino también la posibilidad de reconciliación y paz a largo plazo. En esta versión contemporánea de «guerra y la paz», los venezolanos deberán decidir si apuestan por la estabilidad que promete Maduro o por el cambio radical que ofrece González Urrutia. Las urnas serán el campo de batalla donde se definirá el destino de una nación en busca de su camino.

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