Gil Yepes: Tres equivocaciones ante las crisis en las que incurren los empresarios

Las crisis económicas imponen retos a los empresarios que muchas veces son enfrentados con decisiones erradas, debilitando su posición en el mercado en lugar de fortalecerla. José Antonio Gil Yepes, sociólogo venezolano y expresidente de la encuestadora Datanálisis, ha señalado en su análisis que existen tres equivocaciones ante las crisis que los empresarios cometen con frecuencia: recortar los estudios de mercado, reducir la inversión en publicidad y disminuir los aportes a las cámaras empresariales. Estas decisiones, aunque parecen una estrategia lógica de supervivencia en tiempos difíciles, resultan perjudiciales a largo plazo porque erosionan la relación de las empresas con su entorno y sus clientes, debilitando su competitividad y capacidad de negociación ante las políticas gubernamentales.

Gil Yepes, quien fue profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) entre 1972 y 1990, ha desarrollado una vasta experiencia en el análisis del comportamiento empresarial en Venezuela. En una reciente columna publicada en el diario El Universal, titulada: Empresarios: ¡Sin gremios no hay paraíso!, el sociólogo expone cómo el individualismo dentro del sector privado lleva a los empresarios a tomar decisiones que, lejos de protegerlos, los dejan más vulnerables ante los embates de la economía y la política. Su argumento central radica en que la fortaleza de los empresarios no proviene de esfuerzos individuales, sino de la capacidad de asociarse y actuar colectivamente a través de gremios y cámaras empresariales.

Las equivocaciones ante las crisis

Entre las equivocaciones ante las crisis, el primer error es la eliminación de los estudios de mercado. En tiempos de recesión, los empresarios tienden a ver estos estudios como un gasto innecesario, en lugar de comprender que son una inversión clave para la toma de decisiones. La información sobre el comportamiento del consumidor, las tendencias del mercado y las oportunidades emergentes se vuelve aún más valiosa cuando los hábitos de consumo cambian. Sin estos datos, las empresas terminan tomando decisiones a ciegas, lo que las alejan del cliente y reducen su capacidad de adaptación a nuevas realidades. En un entorno volátil, quien mejor entiende a su público tiene una ventaja competitiva incuestionable.

En una reciente columna publicada en el diario El Universal, titulada: Empresarios: ¡Sin gremios no hay paraíso!, el sociólogo expone cómo el individualismo dentro del sector privado lleva a los empresarios a tomar decisiones que, lejos de protegerlos, los dejan más vulnerables ante los embates de la economía y la política. Ilustración MidJourney

El segundo gran error es la reducción de la inversión en publicidad. La percepción común es que, cuando las ventas caen, lo más prudente es recortar los gastos en mercadeo para conservar liquidez. Sin embargo, este enfoque ignora que, en tiempos de crisis, la visibilidad de una marca es más crucial que nunca. Mantener una comunicación constante con el consumidor permite fidelizar a los clientes existentes y atraer nuevos segmentos de mercado que buscan opciones confiables. Las empresas que desaparecen del radar del público durante una crisis corren el riesgo de ser olvidadas o reemplazadas por competidores que mantuvieron su presencia. La publicidad no es un lujo, sino un pilar de la estabilidad empresarial.

El gremio es la fuerza de grupo

El tercer error es el debilitamiento de los lazos con las cámaras empresariales. En su artículo, Gil Yepes argumenta que los empresarios suelen cometer la equivocación de pensar que pueden defender sus intereses de manera individual, cuando en realidad el poder de negociación surge de la acción colectiva. Las cámaras empresariales no solo funcionan como centros de representación y defensa ante las políticas gubernamentales, sino que también son espacios para la cooperación y el intercambio de conocimientos. Reducir o eliminar los aportes a estas organizaciones equivale a debilitar la capacidad del sector privado para influir en las decisiones que afectan su entorno económico. Sin gremios fuertes, las empresas quedan aisladas y expuestas a regulaciones que podrían ser menos perjudiciales si existe una mayor capacidad de diálogo y concertación.

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Las equivocaciones ante las crisis se acentúan cuando los empresarios confunden individualismo con autonomía. Gil Yepes advierte que la creencia de que un empresario puede operar de manera aislada, sin depender de asociaciones ni estrategias de mercado, es una falacia peligrosa. El poder del sector privado no radica en la capacidad de cada empresa de defenderse por sí sola, sino en la fuerza que puede generar cuando actúa en conjunto. En una economía inestable, las alianzas estratégicas y la concertación con otros actores del mercado no son opcionales, sino esenciales para la supervivencia.

Cooperación y progreso

El sociólogo plantea que este problema se origina en la falta de comprensión sobre el verdadero significado del individuo dentro de una sociedad. Históricamente, la noción de la persona como ente con derechos y libertades es una construcción social que ha evolucionado a lo largo de los siglos. Sin embargo, cuando se exagera la importancia del individualismo sin considerar el valor de la cooperación, se pierde de vista la interdependencia necesaria para el progreso. En este sentido, Gil Yepes destaca que la concepción moderna de los derechos y libertades ha sido malinterpretada, llevando a los empresarios a actuar con una visión reduccionista de su papel en la economía.

Otra de las equivocaciones ante las crisis, según el análisis de Gil Yepes, es la tendencia a ver las dificultades económicas como problemas exclusivos de las empresas, sin reconocer que afecta a toda la sociedad. Este enfoque fragmentado impide la construcción de soluciones colectivas y refuerza la percepción de que cada actor debe resolver sus problemas de forma aislada. En realidad, los períodos de crisis son oportunidades para fortalecer redes de cooperación y generar respuestas integradas que benefician a todos los sectores involucrados.

Entre las equivocaciones ante las crisis, el primer error es la eliminación de los estudios de mercado. En tiempos de recesión, los empresarios tienden a ver estos estudios como un gasto innecesario, en lugar de comprender que son una inversión clave para la toma de decisiones. La información sobre el comportamiento del consumidor, las tendencias del mercado y las oportunidades emergentes se vuelve aún más valiosa cuando los hábitos de consumo cambian. Ilustración MidJourney.

Optimización de los recursos disponibles

Desde una perspectiva más amplia, el sociólogo subraya que la clave para superar los momentos de incertidumbre no está en la reducción de costos a toda costa, sino en la optimización de los recursos disponibles para maximizar la eficiencia sin perder relevancia en el mercado. En este sentido, la resiliencia empresarial no se mide por la capacidad de recortar gastos, sino por la habilidad para adaptarse a nuevas condiciones sin sacrificar la conexión con sus clientes, su comunidad y sus aliados estratégicos.

Las equivocaciones ante las crisis reflejan, en última instancia, una falta de planificación estratégica a largo plazo. Gil Yepes insiste en que los empresarios deben adoptar una visión más amplia y comprender que la estabilidad no se logra reducir las inversiones esenciales, sino reforzando los vínculos que les permiten mantenerse competitivo en el tiempo. Esto implica no solo continuar con estudios de mercado y publicidad, sino también fortalecer las asociaciones gremiales que garantizan la representatividad del sector privado ante el poder público.

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En conclusión, las crisis económicas no deben ser vistas únicamente como períodos de dificultad, sino como momentos clave para repensar la estrategia empresarial y fortalecer la estructura organizativa de las empresas. Recortar los estudios de mercado, disminuir la publicidad y debilitar las relaciones con los gremios son errores que, lejos de proteger a los empresarios, los exponen a un mayor riesgo de fracaso. La verdadera solución no radica en la reducción de costos indiscriminada, sino en la capacidad de adaptación, innovación y cooperación con otros actores del mercado. Como bien lo señala Gil Yepes, el individualismo mal entendido solo conduce al aislamiento, mientras que la colaboración y la acción colectiva son las claves para enfrentar las crisis con éxito.

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