Madurismo avizoró la salida de Chevron y ya tiene petróleo vendido en la flota de las sombras

Venezuela se adelantó a la decisión de la administración de Donald Trump de retirar la licencia de operaciones a Chevron y ya tenía lista una estrategia para colocar su crudo en mercados alternativos. Fuentes cercanas a la industria energética venezolana aseguran que el gobierno de Nicolás Maduro avizoró la salida de Chevron y, con ello, garantizó la comercialización de su petróleo a través de la denominada “flota de las sombras”, una red de buques con antecedentes de operaciones irregulares que transportan crudo sin dejar rastros claros en el sistema financiero internacional.

El periodista venezolano Alonso Moleiro, corresponsal del diario español EL PAÍS, abordó recientemente las implicaciones de la retirada de Chevron en su reportaje titulado: “La salida de Chevron, la devaluación de la moneda y el cambio diferencial sacuden la economía venezolana”, en el que advierte que la economía venezolana, ya debilitada, enfrenta nuevos desafíos tras la medida estadounidense. Moleiro sostiene que la devaluación del bolívar y el incremento del diferencial cambiario agravan el panorama, haciendo aún más dependiente al país de sus ingresos petroleros. Su análisis, basado en datos oficiales y entrevistas con economistas, destaca el impacto que la salida de Chevron tendrá en las reservas del Estado y en la estabilidad de la moneda.

Maduro avizoró la salida de Chevron

No obstante, el gobierno venezolano no esperaba que las consecuencias de la decisión de Washington se materializaran. Diversas fuentes dentro del sector petrolero han confirmado que Caracas avizoró la salida de Chevron y, en previsión de lo que sería un nuevo golpe a sus ingresos, aseguró la venta de parte de su producción a países que no están alineados con las políticas de descarbonización impulsadas por Occidente. En este grupo se encuentran naciones del Sur Global, como India, Turquía y China, que han mantenido relaciones comerciales con Venezuela a pesar de las sanciones internacionales.

Fuentes cercanas a la industria energética venezolana aseguran que el gobierno de Nicolás Maduro avizoró la salida de Chevron y, con ello, garantizó la comercialización de su petróleo a través de la denominada “flota de las sombras”. Ilustración MidJourney

Expertos en geopolítica energética sostienen que la estrategia venezolana se basa en la utilización de la llamada “flota de las sombras”, un sistema de buques que operan sin identificaciones claras, muchas veces apagando sus sistemas de rastreo o utilizando documentos falsificados para ocultar el origen del crudo. De acuerdo con TankerTrackers.com, una firma especializada en el monitoreo de embarcaciones petroleras, la salida de Chevron acelera la dependencia de Venezuela de esta red clandestina, en la que participan navieras de bandera iraní, rusa y china.

¿Golpe al mercado cambiario?

El economista Luis Oliveros, de la Universidad Metropolitana de Caracas, advierte que la salida de Chevron representa un duro golpe para la economía venezolana, dado que la multinacional estadounidense inyectaba 200 millones de dólares mensuales al mercado cambiario.Si el gobierno no encuentra un sustituto inmediato para esos ingresos, la devaluación será más agresiva y la inflación superará el 100% anual en los próximos meses”, señaló Oliveros. Sin embargo, el analista también reconoce que el Ejecutivo de Maduro avizoró la salida de Chevron y ha estado moviéndose rápidamente para cerrar nuevos acuerdos de exportación.

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Las negociaciones con China y la India, dos de los principales compradores del petróleo venezolano, se han intensificado en las últimas semanas. Delcy Rodríguez , vicepresidenta de Venezuela, ha viajado recientemente a Nueva Delhi y Ankara en busca de acuerdos que permitan sortear las sanciones de Estados Unidos. Un informe de Reuters señala que, a través de intermediarios, Venezuela ha logrado mantener un flujo constante de envíos hacia estos mercados. “El problema es que el crudo venezolano se vende con descuentos de hasta el 40% respecto a la cotización internacional, lo que reduce significativamente la capacidad de generación de ingresos del Estado”, explica Francisco Monaldi, experto en economía petrolera del Baker Institute de la Universidad de Rice.

Campos de Chevron siguen activos

Otro factor que complica la situación es la decadente infraestructura de PDVSA, cuya producción, que en algún momento alcanzó los 3,2 millones de barriles diarios, hoy ronda apenas los 650.000 barriles por día. Sin el respaldo técnico y financiero de empresas como Chevron, la capacidad de recuperación de la petrolera estatal se ve seriamente comprometida. “Aunque PDVSA pueda seguir operando los campos de Chevron, la falta de inversión en mantenimiento y la escasez de personal calificado hacen inviable una recuperación en el corto plazo”, afirma Leonardo Vera, presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas.

Venezuela avizoró la salida de Chevron y el impacto en la economía doméstica. Desde que se anunció la revocación de la licencia de Chevron, el bolívar ha sufrido una acelerada depreciación, con un tipo de cambio paralelo que se acerca a los 100 bolívares por dólar. Además, el Banco Central de Venezuela ha reducido sus intervenciones en el mercado, lo que ha generado un aumento de la brecha entre el dólar oficial y el paralelo. “Si la situación no se controla, la inflación podría ubicarse en niveles similares a los de 2018, cuando Venezuela experimentó una de las peores hiperinflaciones de la historia”, advierte Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica.

Expertos en geopolítica energética sostienen que la estrategia venezolana se basa en la utilización de la llamada “flota de las sombras”, un sistema de buques que operan sin identificaciones claras, muchas veces apagando sus sistemas de rastreo o utilizando documentos falsificados para ocultar el origen del crudo. Ilustración MidJourney.

La gente y los platos rotos

A nivel internacional, la salida de Chevron ha generado reacciones mixtas. Mientras sectores de la oposición venezolana ven en esta medida una presión efectiva sobre el gobierno de Maduro, algunos economistas alertan sobre las consecuencias para la población. “Las sanciones no afectan a Maduro, sino a los venezolanos de a pie. Sin inversiones extranjeras, no hay empleo, no hay infraestructura, y el deterioro social se profundiza”, sostiene José Toro Hardy, exdirector de PDVSA.

La administración de Maduro, por su parte, ha respondido con su habitual retórica desafiante. “Nosotros no dependemos de ninguna transnacional. Nos hemos liberado del yugo petrolero imperialista”, declaró recientemente el presidente venezolano. Sin embargo, los movimientos de su gobierno indican lo contrario. Al haber avizorado la salida de Chevron, el chavismo aceleró su apuesta por mercados no tradicionales y profundizó su estrategia de exportación a través de la flota de las sombras, un sistema que, aunque le permite seguir vendiendo crudo, lo hace bajo condiciones cada vez más precarias y en un entorno de mayor riesgo financiero y diplomático.

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Las próximas semanas serán determinantes para la economía venezolana. Si bien la estrategia de venta clandestina puede ofrecer un alivio momentáneo, la sostenibilidad del modelo está en entredicho. Sin Chevron y sin acceso al mercado estadounidense, Venezuela enfrenta un panorama incierto en el que la única certeza es que, una vez más, su supervivencia económica depende de la opacidad y la improvisación.

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