WSJ: Biden toca el violín mientras crecen los problemas en México y Venezuela

La administración del presidente Joe Biden parece estar sumida en una pasividad alarmante mientras crecen los problemas en México y Venezuela, dos de los países más influyentes de América Latina. Para The Wall Street Journal, el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y las acciones del presidente saliente de México, Andrés Manuel López Obrador, están erosionando rápidamente las libertades y la estabilidad en sus respectivos países, lo que representa una amenaza significativa para la región y plantea serios cuestionamientos sobre la política exterior estadounidense. La inacción de Biden, comparada con la metáfora de «tocar el violín mientras arde Roma», ilustra una actitud del espectador ante situaciones que merecen una respuesta más firme.

El reportaje original, publicado por The Wall Street Journal bajo el título “América Latina sigue rumbo al sur” y escrito por el Consejo Editorial del medio, plantea una crítica contundente hacia la falta de acción del gobierno de Biden. The Wall Street Journal, conocido por su defensa de los mercados libres y los principios de la autonomía individual, ha señalado que la actual administración estadounidense ha fallado en abordar los crecientes desafíos en América Latina. La situación en México y Venezuela es, para el Journal, un claro ejemplo de cómo Estados Unidos está perdiendo su influencia en una región históricamente crucial para su seguridad y estabilidad.

Problemas en México y Venezuela

En Venezuela, los problemas se han intensificado tras la reciente victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del 28 de julio, donde ganó de manera muy opaca ante el ex diplomático Edmundo González Urrutia. A pesar de las dudas y supuestas pruebas, Maduro se ha negado a ceder el poder y ha respondido con una campaña de represión que incluye la detención de más de 2.000 manifestantes y líderes de la oposición, muchos de los cuales están incomunicados en las cárceles del país. Además, se han registrado al menos 27 muertes de manifestantes en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. La reciente orden de arresto emitida contra González Urrutia por parte de Maduro refleja un intento desesperado por mantener su control, mientras la administración Biden observa desde la distancia sin tomar medidas significativas.

La situación en México y Venezuela es, para el Journal, un claro ejemplo de cómo Estados Unidos está perdiendo su influencia en una región históricamente crucial para su seguridad y estabilidad. Ilustración MidJourney

Los problemas en México y Venezuela también están vinculados a la ambigüedad de las políticas estadounidenses hacia la región. A pesar de que el gobierno de Biden ha tomado algunas medidas simbólicas, como la confiscación del avión de Maduro en la República Dominicana, estas acciones son insuficientes para frenar la creciente crisis. Por otro lado, el Tesoro estadounidense ha emitido licencias para que más de 10 empresas operen en Venezuela, siendo la más destacada Chevron, que se espera que bombee alrededor de 200.000 barriles de petróleo al día para finales de este año. Esta operación ha generado aproximadamente 2.600 millones de dólares para el régimen en los últimos 18 meses, lo que contradice los esfuerzos por aislar económicamente a Maduro.

México rumbo al partido único

The Wall Street también reflejó que en México, López Obrador, avanza hacia la consolidación de un gobierno de partido único, un proceso que ha sido criticado por la comunidad internacional y que amenaza con socavar el estado de derecho y la competencia económica en el país. AMLO, como es conocido popularmente, ha propuesto una serie de enmiendas constitucionales que incluyen una reforma judicial que busca poner fin a la independencia de los tribunales y fortalecer el control gubernamental sobre las empresas energéticas estatales. Estas reformas también afectan negativamente la implementación del Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC), que es crucial para la economía mexicana y para los intereses comerciales de Estados Unidos.

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Los problemas en México y Venezuela se han convertido en un desafío directo para la administración Biden, que ha sido acusada de ignorar las señales de alerta en su propio vecindario. Los inversores y grupos industriales han expresado su preocupación por la falta de una respuesta clara de Washington ante las políticas autoritarias de AMLO y el resurgimiento del régimen de Maduro. La falta de un poder judicial independiente en México no solo afecta los derechos humanos y laborales, sino que también podría violar los términos del T-MEC, lo que a su vez pone en riesgo uno de los acuerdos comerciales más importantes de la región.

Gríngolas en las Casa Blanca

La respuesta de Biden ha sido tibia en el mejor de los casos. Mientras los problemas en México y Venezuela continúan, la administración parece estar más enfocada en la política interna y en la preparación para las elecciones de noviembre. Este enfoque ha dejado a muchos críticos preguntándose si Biden está dispuesto a sacrificar la influencia de Estados Unidos en América Latina en favor de consideraciones políticas a corto plazo. The Wall Street Journal sugiere que la Casa Blanca podría presionar a México solicitando consultas bajo el T-MEC para garantizar la seguridad jurídica y la igualdad de condiciones que el acuerdo exige. Sin embargo, hasta ahora, la administración ha optado por un perfil bajo, aparentemente más preocupada por evitar confrontaciones antes de los cómicos.

The Wall Street Journal sugiere que la Casa Blanca podría presionar a México solicitando consultas bajo el T-MEC para garantizar la seguridad jurídica y la igualdad de condiciones que el acuerdo exige. Ilustración MidJourney.

La situación actual en América Latina recuerda una época en la que Estados Unidos se posicionaba como el defensor de la democracia y la libertad en el hemisferio occidental. Sin embargo, a medida que los problemas en México y Venezuela se agravan, la administración Biden parece haber adoptado una postura de indiferencia. Esta falta de acción no solo pone en peligro a las naciones afectadas, sino que también envía un mensaje preocupante a otros líderes autoritarios de la región: la inacción de Washington podría interpretarse como un permiso implícito para continuar con sus agendas.

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Los problemas en México y Venezuela son un reflejo de un escenario más amplio en el que Estados Unidos parece estar perdiendo su liderazgo y su influencia en América Latina. La pasividad de la administración Biden frente a estas crisis no solo afecta la estabilidad regional, sino que también cuestiona la credibilidad de Estados Unidos como defensor de los valores democráticos y de la libre competencia. Mientras Biden «toca el violín», los incendios políticos y sociales al sur de la frontera continúan ardiendo, amenazando con desestabilizar una región que históricamente ha sido vital para los intereses de Estados Unidos.

 

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