Monseñor Ramon Guidetti fue excomulgado tras tachar al Papa Francisco de usurpador

En un giro sorprendente y controvertido de los eventos en el seno de la Iglesia Católica, el sacerdote italiano Don Ramon Guidetti ha sido excomulgado por el obispo de Livorno, monseñor Simone Giusti. La decisión, marcada por la severidad y la inmediatez, responde a las acusaciones de «blasfemia» y cisma lanzadas por Guidetti, quien calificó durante su homilía de fin de año al Papa Francisco de usurpador. Esta declaración ha sacudido los cimientos de la Iglesia, provocando un intenso debate sobre la autoridad papal y la libertad de expresión dentro de la institución religiosa. 

Don Ramon Guidetti, destituido de su cargo de párroco, afirmó que Francisco era un «jesuita masón vinculado a las potencias mundiales». Sus palabras, que fueron ampliamente recogidas por los medios locales, no solo desafiaron la autoridad del Papa, sino que también sembraron dudas entre los fieles sobre la legitimidad del pontificado actual. Este caso no es aislado, ya que se suma al del sacerdote Alessandro Minutella de Palermo, Sicilia, quien también fue excomulgado hace seis años por razones similares. Minutella fue sancionado «por haber cometido el delito contra la fe y la unidad de la Iglesia, como cismático», un castigo que él aceptó hasta su renuncia al estado clerical en 2022. 

Tachado el Papa Francisco de usurpador 

La diócesis de Livorno, en un comunicado, instó a sus sacerdotes y fieles a «no participar en eventuales celebraciones u otras prácticas de culto» del cura sancionado, advirtiendo que ello conllevaría «ipso facto la gravísima pena de la excomunión». Esta postura refleja la seriedad con la que la Iglesia está manejando el asunto, subrayando la importancia de la cohesión y la unidad doctrinal en tiempos de incertidumbre y cambio. Nadie dentro de la obediencia puede reconvenir al Santo Padre y menos calificar al Papa Francisco de usurpador. 

Papa Francisco de usurpador
Don Ramon Guidetti, destituido de su cargo de párroco, afirmó que Francisco era un «jesuita masón vinculado a las potencias mundiales». Ilustración MidJourney

El caso de Guidetti y Minutella no solo es significativo por su naturaleza controvertida, sino también por las implicaciones que tiene para la Iglesia en un contexto más amplio. Según estadísticas recientes, la Iglesia Católica ha enfrentado una disminución en el número de fieles en muchas partes del mundo, particularmente en Europa y América del Norte. Este tipo de escándalos, que ponen en duda la autoridad de la Iglesia y sus líderes, solo sirven para exacerbar esta tendencia. 

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Necesidad de libertad de expresión 

Además, la excomunión de estos sacerdotes ha reavivado el debate sobre la necesidad de libertad de expresión dentro de la Iglesia y el equilibrio entre la lealtad a la doctrina y la capacidad de cuestionar y debatir asuntos de fe. Expertos en derecho canónico han señalado que aunque la excomunión es una herramienta disciplinaria legítima dentro de la Iglesia, su uso en casos como estos podría percibirse como un intento de silenciar voces disidentes, lo que a su vez podría llevar a una mayor polarización dentro de la comunidad católica. 

Paralelamente, estas situaciones han despertado el interés de los estudiosos de las profecías de Nostradamus. Algunos interpretan que los textos del siglo XVI podrían haber predicho estos acontecimientos recientes en el Vaticano. Una de las cuartetas de Nostradamus sugiere que «a través de la muerte de un Pontífice muy anciano, un romano de buena edad será elegido», lo que ha llevado a especulaciones sobre un posible cambio en el liderazgo de la Iglesia para 2024. Si bien estas interpretaciones son objeto de debate y escepticismo, añaden una capa más de misterio y especulación en torno a los acontecimientos actuales. No obstante estas superticiones no pueden ser aval para calificar al Papa Francisco de usurpador. 

Tensiones en la Iglesia 

La excomunión de Don Ramon Guidetti y las circunstancias que la rodean son un reflejo de las tensiones internas y los desafíos que enfrenta la Iglesia Católica en la actualidad. Mientras que algunos ven en estas acciones una defensa necesaria de la ortodoxia y la unidad, otros las interpretan como un síntoma de una institución que lucha por adaptarse a los tiempos cambiantes y a una feligresía cada vez más diversa y cuestionadora. La resolución de estos conflictos y la dirección que tome la Iglesia en los próximos años serán cruciales para su futuro y relevancia en un mundo en constante evolución. 

El procedimiento de excomunión en el contexto católico, como en el caso del sacerdote italiano Don Ramon Guidetti quien calificó al Papa Francisco de usurpador, generalmente sigue varios pasos dentro del marco del Derecho Canónico, que es el sistema legal que rige la Iglesia Católica. Aunque cada caso puede tener particularidades, el proceso típicamente incluye: 

Primero, una Investigación preliminar con miras a identificar la posible causa de excomunión, como sería la acusación de herejía o cisma (en este caso, la afirmación de que el Papa Francisco es un «usurpador»), se inicia una investigación preliminar. Esta investigación es llevada a cabo por la autoridad eclesiástica competente, que en este caso sería el obispo diocesano, monseñor Simone Giusti. 

Papa Francisco de usurpador
La excomunión es considerada por la Iglesia como un remedio medicinal, destinado más a corregir al individuo y traerlo de vuelta a la comunión que a castigarlo. Ilustración MidJourney

Más de Derecho Canónico 

El procedimiento también establece la habilitación de una “advertencia formal”. Antes de proceder con la excomunión, la Iglesia generalmente da al acusado la oportunidad de retractarse o corregir su comportamiento. Esto puede implicar varias advertencias formales, instando al acusado a abandonar sus declaraciones o acciones consideradas heréticas o cismáticas. 

De inmediato y con evidencia llega la decisión y la Declaración de Excomunión. Si el individuo no se retracta o corrige su comportamiento, el obispo o la autoridad eclesiástica competente puede proceder a declarar la excomunión. Esta declaración se realiza formalmente y se basa en las leyes y normas del Derecho Canónico. La excomunión puede ser «latae sententiae» (automática) para ciertas ofensas graves, o «ferendae sententiae», que requiere un juicio formal. Tras acusar al Papa Francisco de usurpador, a Monseñor Simone Giusti se le aplicó la primera opción. 

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El Derecho Canónico también establece una Comunicación Pública. La excomunión se comunica a la comunidad eclesiástica, especialmente a aquellos directamente afectados, como los feligreses de la parroquia del sacerdote excomulgado. En el caso de Guidetti, la diócesis de Livorno emitió un comunicado instando a sus fieles y sacerdotes a abstenerse de participar en celebraciones u otras prácticas de culto con el sacerdote excomulgado. 

Posibilidad de Reconciliación 

La Iglesia siempre deja abierta la posibilidad de reconciliación. Si el excomulgado muestra arrepentimiento y desea volver a la comunión con la Iglesia, puede seguir un camino de reconciliación, que generalmente implica la confesión, la penitencia y la absolución por parte de un obispo o, en algunos casos, directamente por el Papa. 

Es importante destacar que la excomunión es considerada por la Iglesia como un remedio medicinal, destinado más a corregir al individuo y traerlo de vuelta a la comunión que a castigarlo. Además, el proceso debe ser manejado con gran cuidado y respeto por la ley canónica y los derechos del individuo involucrado. 

 

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