Luis Britto García, autor prolífico y agudo crítico de la historia y la política latinoamericana, planteó una de las metáforas más punzantes en su análisis sobre la ocupación militar de América Latina y el Caribe. En una reciente publicación alojada en el portal TeleSur, el escritor venezolano analizó cómo la región, históricamente comprometida con ideales de soberanía, enfrenta una realidad que contradice esos principios: la proliferación de bases militares extranjeras en su territorio. Britto García no se limitó a señalar los hechos; desarrolló un paralelismo revelador: “cuando hay dos gallos en un corral, uno hace el papel de gallina”, refiriéndose a las dinámicas de poder y subordinación que subyacen en esta problemática.
El artículo en cuestión, titulado “La ocupación militar de América Latina y el Caribe”, expone cómo Estados Unidos y, en menor medida, la OTAN, han establecido un control estratégico sobre la región a través de bases militares. Luis Britto García, narrador, ensayista y dramaturgo con una carrera destacada que abarca más de 90 títulos, no es ajeno a abordar temas incómodos. Su obra literaria ha sido reconocida con premios como la Casa de las Américas y el Nacional de Literatura de Venezuela, y su pluma ha sido recurrente en espacios de opinión. En esta pieza específica, resalta la contradicción entre los ideales de independencia que forjaron a las naciones latinoamericanas y la presencia de fuerzas extranjeras en sus territorios, avalada por gobiernos locales en muchos casos.
Las bases y Luis Brito García
Luis Britto García sitúa su análisis en un marco histórico amplio. Recordó que las luchas independentistas del siglo XIX cobraron un precio altísimo: la pérdida de más de un tercio de la población, según estimaciones de Simón Bolívar. Sin embargo, las actuales “invasiones” no tienen el rostro violento de aquellas batallas. Más bien, se han institucionalizado bajo acuerdos que, lejos de proteger a las naciones, las exponen a los intereses de potencias extranjeras. Según el autor, la mayoría de estas bases militares no fueron instaladas tras conflictos armados, sino mediante el consentimiento de gobiernos apátridas que ceden su soberanía en favor de agendas externas.

El impacto de esta ocupación militar, detalló Britto García, no es menor. América Latina y el Caribe cuentan con 76 bases militares estadounidenses distribuidas en su territorio, un número que duplica la cantidad de países en la región. Este fenómeno tiene consecuencias profundas: desde el control de recursos estratégicos hasta la influencia directa en la política local. Ejemplos como las bases en Vaca Muerta, Argentina, o la permanencia del enclave de Guantánamo en Cuba, demuestran cómo la presencia militar extranjera se entrelaza con intereses económicos, particularmente en zonas con riqueza petrolera o geopolítica.
EE.UU.: 9 bases militares en Colombia
En su artículo, Britto García no escatimó en señalar casos específicos que ilustran esta subordinación. Mencionó cómo Colombia, con nueve bases militares estadounidenses, se convierte en un punto de apoyo clave para la intervención en la región. Asimismo, denunció la ocupación prolongada de Haití, los enclaves en Panamá, y la amenaza que representan las bases cercanas al Acuífero Guaraní, una de las mayores reservas de agua dulce del planeta. Estas situaciones, para Britto García, no son accidentes, sino parte de una estrategia de dominación cuidadosamente planeada.
Tambièn puedes leer: Cohesia cree que Venezuela tiene muchos desafíos para soportar la defensa de su democracia
El análisis del autor venezolano también aborda el contraste entre esta realidad y las declaraciones de paz firmadas por los gobiernos de la región. Luis Britto García recordó acuerdos como el Tratado de Tlatelolco, que prohíbe el desarrollo y almacenamiento de armas nucleares, y la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, suscrita en 2014 por los mandatarios de la CELAC. Para el escritor, estos compromisos son un reflejo de la vocación pacífica de los pueblos de la región, pero chocan frontalmente con la realidad de una América Latina que, dos siglos después de Ayacucho, vuelve a estar ocupada por tropas extranjeras.
Dinámica de sumisión
La metáfora del corral y los gallos resuena especialmente en el contexto político actual. Según Britto García, la coexistencia de fuerzas militares extranjeras y nacionales en un mismo territorio genera una dinámica de sumisión o, en el mejor de los casos, una precariedad en el ejercicio de la soberanía. Esta situación, argumenta, convierte a las fuerzas armadas locales en herramientas al servicio de intereses ajenos, utilizando sus recursos humanos y materiales como carne de cañón en conflictos que no les pertenecen.
En un tono que mezcla ironía y alarma, Luis Britto García también advirtió sobre las implicaciones de la política neoliberal en esta problemática. Sostuvo que los gobiernos de esta orientación suelen ser los primeros en permitir la instalación de bases extranjeras, bajo el pretexto de la cooperación o la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, detrás de estos discursos se oculta una agenda de saqueo que, según el escritor, hipoteca el futuro de las naciones latinoamericanas.

Un ensayo político
La obra de Luis Britto García, tanto en su faceta literaria como en su papel de analista político, se caracteriza por su profundidad y su capacidad para conectar los hilos de la historia con las tensiones del presente. Este artículo no es la excepción. A través de datos precisos y una narrativa contundente, el autor construye un retrato inquietante de una América Latina cuya soberanía está en entredicho. Al mismo tiempo, deja entrever una advertencia: mientras los pueblos de la región no asuman un papel activo en la defensa de sus intereses, el control externo seguirá avanzando, convirtiendo a los gobiernos locales en meros espectadores.
Con su inconfundible estilo crítico, Britto García concluye con una reflexión que invita a la acción. Aseguró que la única manera de revertir esta ocupación es a través de la unidad y la resistencia de los pueblos latinoamericanos. Pero también dejó claro que esta lucha no será fácil, especialmente en un contexto global donde el poder militar sigue siendo la herramienta predilecta de las potencias para imponer sus intereses. En última instancia, el mensaje de Luis Britto García trasciende las fronteras de América Latina y se convierte en un llamado universal a la defensa de la soberanía, la justicia y la dignidad de los pueblos.
Tambièn puedes leer: La UE tiene la foto de un injerencista trasnacional y en la imagen aparece Elon Musk
Este reportaje, que recoge el espíritu del análisis de Britto García, nos recuerda que la metáfora de los gallos en el corral no es solo una descripción de las relaciones de poder en América Latina, sino un espejo que refleja las luchas internas y externas que definen. a nuestras sociedades. Entre el gallo que canta y el que calla, está en juego mucho más que un simple acto de sometimiento: se trata del futuro de una región y de su capacidad para decidir su propio destino.