La devaluación voluntaria del trabajo: Un retrato de la era digital hecho por Gonçalo M. Tavares

La devaluación voluntaria del trabajo, un concepto acuñado y explorado por el reconocido escritor portugués Gonçalo M. Tavares, se ha convertido en una reflexión pertinente para comprender las complejidades de nuestra era digital. Tavares, cuya obra se distingue por su agudeza y profundidad, ofrece una perspectiva única sobre cómo la tecnología y las nuevas formas de comunicación han transformado radicalmente nuestra relación con el trabajo.

En su ensayo, Tavares habla de la dificultad de comprender lo virtual, dado que nuestro cuerpo y mente están preparados para lo tangible, lo que ocupa espacio. Este desafío se ve agravado en un mundo donde la concentración, un elemento crucial para el trabajo productivo, se ve constantemente interrumpida por la omnipresencia de las redes y la comunicación digital. Según Tavares, la concentración siempre ha dependido de la no interrupción, de un espacio que es a la vez profano y sagrado, intocable excepto en casos de urgencia.

El trabajo de Gonçalo M. Tavares sobre «La devaluación voluntaria del trabajo» fue publicado inicialmente en el Jornal Expresso, un medio de comunicación de gran prestigio en Portugal. Esta obra, que refleja la aguda percepción de Tavares sobre las dinámicas de la era digital y su impacto en el mundo laboral, fue posteriormente traducida al español por Leonor López de Carrión. Gracias a su habilidad y sensibilidad en la traducción, la esencia y profundidad del mensaje de Tavares se han mantenido intactas, permitiendo a los lectores de habla hispana acceder a sus valiosas reflexiones. La pieza traducida encontró su hogar digital en el portal PRODAVINCI, conocido por difundir contenido intelectual y cultural relevante, proporcionando así una plataforma para que este importante discurso alcance un público más amplio y diverso.

La devaluación voluntaria del trabajo
La devaluación voluntaria del trabajo se manifiesta en cómo permitimos que estas interrupciones digitales invadan nuestro espacio de creación. Ilustración MidJourney

La devaluación voluntaria del trabajo

Tavares utiliza metáforas vívidas para ilustrar esta problemática. Imagina a un trabajador en su despacho intentando concentrarse, interrumpido constantemente por visitantes que representan las distracciones digitales: «Imaginemos ahora que entra un trabajador de la compañía eléctrica… luego un amigo… y después, alguien, un desconocido… todos interrumpiendo». Este paralelismo entre las interrupciones físicas y digitales resalta cómo la constante conectividad digital ha invadido y fragmentado nuestro espacio de trabajo, haciendo casi imposible mantener una concentración sostenida y profunda. En esta analogía, Tavares no solo describe la naturaleza disruptiva de la tecnología, sino también cómo hemos permitido voluntariamente que estas distracciones se infiltren en nuestro espacio más sagrado: el lugar de trabajo.

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La devaluación voluntaria del trabajo se manifiesta en cómo permitimos que estas interrupciones digitales invadan nuestro espacio de creación. Ya no son solo las urgencias personales o las interrupciones físicas las que rompen nuestra concentración, sino también un flujo constante de mensajes, notificaciones y alertas que nos llegan a través de nuestras conexiones digitales. Tavares compara esta invasión a una comedia de los hermanos Marx, donde interrupciones absurdas y continuas impiden cualquier forma de trabajo concentrado, convirtiéndose en una tragedia de nuestra era.

Al estilo Marcel Proust

El escritor utiliza el ejemplo de Marcel Proust, quien para escribir «En busca del tiempo perdido», se aisló del mundo, forrando su habitación con corcho para evitar distracciones. En el siglo XXI, Tavares sugiere que. para alcanzar un nivel similar de concentración, uno tendría que desconectar de internet y apagar los dispositivos móviles, una idea que para muchos puede parecer tan extrema como la de Proust en su época.

El concepto de la devaluación voluntaria del trabajo se extiende más allá de las interrupciones físicas o digitales. Tavares señala que, en muchos casos, las personas aceptan estas interrupciones como parte normal de su día laboral. Esto refleja una subestimación del valor de su propio trabajo y tiempo, lo que Tavares describe como un síntoma alarmante de nuestra era. Las personas, al aceptar estas interrupciones constantes, envían un mensaje implícito de que su trabajo no merece protección o respeto.

El necesario Fernando Pessoa

En contraste con el lema de Pessoa, «Pon cuanto eres en lo mínimo que hagas», Tavares sugiere que un lema contemporáneo podría ser «Distráete mucho, mientras poquísimo haces». Este cambio refleja una transformación en la ética del trabajo, donde la atención dispersa y la multitarea se han convertido en la norma, a menudo en detrimento de la profundidad y la calidad del trabajo realizado.

La devaluación voluntaria del trabajo
El concepto de la devaluación voluntaria del trabajo se extiende más allá de las interrupciones físicas o digitales. Tavares señala que, en muchos casos, las personas aceptan estas interrupciones como parte normal de su día laboral. Ilustración MidJourney

La devaluación voluntaria del trabajo, según Tavares, no solo afecta la productividad individual, sino que tiene implicaciones más amplias para la sociedad en su conjunto. En un mundo donde cada vez más personas trabajan de manera remota o dependen de la tecnología para su labor, la capacidad de mantener la concentración y valorar el trabajo propio es más crucial que nunca. Sin embargo, las mismas herramientas que facilitan nuestro trabajo también lo amenazan, creando un ciclo perpetuo de distracción y una disminución de la calidad del trabajo.

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Proteger y valorar nuestro trabajo

Tavares nos invita a reflexionar sobre cómo podemos proteger y valorar nuestro trabajo en una era definida por la conectividad constante. Sugiere que, al igual que Proust, debemos encontrar maneras de aislarnos de las distracciones del mundo exterior, incluso si eso significa desafiar las normas sociales contemporáneas. La devaluación voluntaria del trabajo es, en última instancia, una elección personal, pero una que tiene consecuencias significativas para nuestra vida laboral y personal.

En conclusión, el retrato que Tavares pinta de la era digital es uno que nos desafía a repensar nuestra relación con el trabajo, la tecnología y nosotros mismos. Su análisis no solo destaca los problemas inherentes a nuestra era de constante conectividad, sino que también ofrece una vía para recuperar el control y el valor de nuestro trabajo. En un mundo donde la atención es una moneda cada vez más escasa, la obra de Tavares es un recordatorio oportuno de la importancia de proteger nuestro espacio, tiempo y atención, no solo para mejorar nuestra productividad, sino también para enriquecer nuestra vida personal y profesional.

 

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