Análisis: Una Alemania rearmada con un AfD atractivo: ¿Europa debe pararse sobre sus propios pies?

En un contexto global cada vez más incierto, donde las amenazas tradicionales y emergentes desafían el orden establecido, el Viejo Continente se enfrenta a una encrucijada estratégica de proporciones históricas. La pregunta: ¿Europa debe pararse sobre sus propios pies?, se ha vuelto más relevante que nunca, especialmente en un momento en que Alemania, el motor económico de Europa, se rearma en respuesta a los crecientes desafíos de seguridad. Al mismo tiempo, el crecimiento en popularidad del partido Alternativa para Alemania (AfD) refleja un cambio en el panorama político que podría tener implicaciones profundas para el futuro de la Unión Europea y su papel en el escenario mundial.

Este análisis, basado en las reflexiones de Aaron MacLean, miembro principal de la Fundación para la Defensa de las Democracias y presentador del podcast «School of War», así como en un comentario reciente en la sección de opinión de The Wall Street Journal titulado «Los peligros de una Europa rearmada», examina las tensiones y oportunidades que enfrenta Europa en su búsqueda de una mayor autonomía de defensa.

MacLean, con una perspectiva aguda sobre los dilemas estratégicos contemporáneos, invita a reflexionar sobre un tema que ha sido central en las discusiones de política exterior desde la creación de la OTAN: la responsabilidad compartida en la defensa y seguridad del continente.

Europa debe pararse sobre sus propios pies
La preocupación no es solo si Europa puede aumentar su gasto en defensa y desarrollar capacidades militares suficientes, sino también si puede hacerlo de manera que promueva la estabilidad y disuada la agresión sin provocar una escalada de tensiones. Ilustración MidJourney

¿Europa debe pararse sobre sus propios pies?

Desde los días de John F. Kennedy, quien en 1963 expresó su frustración por la desigual contribución a la seguridad común de los miembros de la OTAN, hasta declaraciones más recientes del senador JD Vance y Elbridge Colby, la discusión sobre el gasto en defensa y la autonomía europea ha evolucionado, pero nunca se ha resuelto. A pesar de las promesas y compromisos, casi la mitad de los miembros de la OTAN aún no cumplen con el objetivo de gasto del 2% de su PIB en defensa, una realidad que pone en tela de juicio su capacidad para contribuir efectivamente a la seguridad colectiva.

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La guerra en Ucrania ha actuado como un catalizador, forzando a Europa a confrontar su dependencia de la protección estadounidense y a reconsiderar su postura en materia de defensa. La creciente presión para que Europa «se pare por sí misma», sin depender excesivamente de Estados Unidos, refleja una comprensión cambiante de las dinámicas de seguridad global y la necesidad de una distribución más equitativa de las cargas. Sin embargo, la implementación de esta visión es compleja y está llena de desafíos, tanto internos como externos. De allí la pregunta: ¿Europa debe pararse sobre sus propios pies?

Tres patas del taburete de Hastings Ismay

La referencia a Hastings Ismay y su famosa frase sobre los objetivos de la OTAN – «mantener a los rusos fuera, a los estadounidenses dentro y a los alemanes abajo» – resuena hoy con una nueva urgencia. La agresión de Vladimir Putin hacia Ucrania ha renovado el foco en la «pata rusa» de esta ecuación, pero la creciente discusión sobre la autonomía europea plantea preguntas fundamentales sobre la «pata alemana» y el equilibrio de poder en Europa.

El rearme de Alemania, visto en el contexto de su historia y su papel en las políticas de seguridad internacional, genera preocupaciones legítimas. La experiencia europea del siglo XX, marcada por conflictos devastadores y la emergencia de Estados Unidos como garante de la paz en el continente, subraya los peligros inherentes a una Europa militarmente autónoma y geopolíticamente fragmentada. La posibilidad de que los países europeos busquen alcanzar una «autosuficiencia estratégica» que incluya la proliferación nuclear es una perspectiva alarmante. Con esa perspectiva en ciernes EE.UU. debe preguntarse: ¿Europa debe pararse sobre sus propios pies?

Europa debe pararse sobre sus propios pies
Mientras voces en Estados Unidos, como las de Vance y Colby, sugieren una reorientación de las prioridades estadounidenses hacia Asia y una reducción del compromiso en Europa, la pregunta sigue siendo ¿Europa debe pararse sobre sus propios pies?, ¿está preparada para asumir un rol más protagónico en su propia defensa? Ilustración MidJourney.

AfD en Alemania y la Agrupación Nacional en Francia

Simultáneamente, el ascenso de partidos políticos como el AfD en Alemania y la Agrupación Nacional en Francia, ambos con posiciones críticas hacia las estructuras de poder tradicionales y la integración europea, señala una posible reconfiguración del espectro político europeo. Este cambio, impulsado por la insatisfacción con los partidos establecidos y una sensación de alienación frente a las élites gobernantes, podría tener consecuencias significativas para la política de seguridad de Europa y su relación con aliados tradicionales.

Mientras voces en Estados Unidos, como las de Vance y Colby, sugieren una reorientación de las prioridades estadounidenses hacia Asia y una reducción del compromiso en Europa, la pregunta sigue siendo ¿Europa debe pararse sobre sus propios pies?, ¿está preparada para asumir un rol más protagónico en su propia defensa? La tensión entre la necesidad de autonomía y la dependencia histórica de la seguridad proporcionada por Estados Unidos plantea un dilema estratégico que Europa debe navegar cuidadosamente.

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Tensiones internas recrudecerían

La preocupación no es solo si Europa puede aumentar su gasto en defensa y desarrollar capacidades militares suficientes, sino también si puede hacerlo de manera que promueva la estabilidad y disuada la agresión sin provocar una escalada de tensiones. La idea de una Europa más autónoma y responsable de su seguridad es atractiva, pero también conlleva riesgos significativos. La posibilidad de que un mayor armamento y autonomía estratégica en Europa conduzca a un aumento de las tensiones internas y externas es real.

Este análisis no busca ofrecer respuestas definitivas, sino más bien destacar las complejidades y contradicciones inherentes a la situación actual de Europa. La cuestión de si «¿Europa debe pararse sobre sus propios pies?» no es meramente retórica, sino una interrogante estratégica que requiere una consideración cuidadosa de las implicaciones a largo plazo para la seguridad y estabilidad del continente y del orden internacional. A medida que Europa se enfrenta a esta encrucijada, las decisiones que tome no solo definirán su futuro, sino que también repercutirán en la dinámica global de poder y seguridad en las décadas venideras.

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