Desde EE.UU. se propone estrangular más a la economía de Venezuela para sacar a Maduro

En un reciente artículo publicado en The Hill, el analista Max Meizlish, del Centro de Poder Económico y Financiero de la Fundación para la Defensa de las Democracias, no escatima en malos presagios para Caracas. En su texto, hace un llamado contundente para que Washington intensifique las sanciones económicas contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. Según Meizlish, la única forma efectiva de poner fin al gobierno de Maduro es estrangular más a la economía de Venezuela, asfixiando las fuentes de ingresos que sostienen al dictador en el poder y financiando su maquinaria represiva.

Max Meizlish, quien previamente se ofreció como funcionario en la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, argumenta que las sanciones existentes contra Venezuela no han sido aplicadas con la contundencia necesaria. En su artículo titulado “Washington debe sancionar a las empresas que respaldan a Maduro en Venezuela”, Meizlish señala que la administración de Joe Biden ha sido complaciente al no implementar de manera plena las sanciones ya vigentes, lo que ha permitido que el régimen de Maduro continuar generando miles de millones de dólares a través de empresas estatales y otras entidades.

Estrangular más a la economía de Venezuela

Meizlish advierte que, a pesar de las múltiples sanciones impuestas desde la era de Trump, el gobierno venezolano ha encontrado formas de evadirlas, principalmente a través de alianzas con actores extranjeros que facilitan la exportación de recursos como la chatarra, el petróleo y otros materiales estratégicos. En particular, menciona el caso de la Corporación Ecosocialista Ezequiel Zamora, SA (CORPOEZ), una empresa estatal venezolana que ha visto aumentar sus exportaciones de chatarra de 75 millones de dólares en 2012 a 570 millones de dólares en 2022. Según Meizlish, esta y otras empresas similares son el corazón económico que permite a Maduro mantener su control sobre el país, razón por la cual Washington debe actuar para estrangular más a la economía de Venezuela.

En su artículo titulado “Washington debe sancionar a las empresas que respaldan a Maduro en Venezuela”, Meizlish señala que la administración de Joe Biden ha sido complaciente al no implementar de manera plena las sanciones ya vigentes. Ilustración MidJourney

El artículo también destaca cómo las recientes elecciones en Venezuela, consideradas fraudulentas por gran parte de la comunidad internacional, han sido un punto de inflexión en la estrategia de Maduro para aferrarse al poder. A pesar de las protestas masivas y la creciente presión interna, el apoyo militar sigue siendo un pilar crucial para el régimen. En este contexto, Meizlish sugiere que las sanciones deben dirigirse no solo a las empresas estatales, sino también a los altos mandos militares que las dirigen, ya que estos funcionarios son responsables directos de las violaciones a los derechos humanos y de la represión violenta de la disidencia.

La lista de Biden

Además, Meizlish enfatiza la importancia de que la administración Biden elabore una lista exhaustiva de las empresas estatales venezolanas involucradas en la evasión de sanciones y las incluidas en la Orden Ejecutiva 13884, emitida por el presidente Trump en agosto de 2019. Esta orden prohíbe todas las transacciones con el Estado y el Gobierno de Venezuela, así como con cualquier subdivisión política, agencia o instrumentalidad de los mismos. Sin embargo, el analista sostiene que la implementación de esta orden ha sido, en el mejor de los casos, limitada, y que es hora de cerrar las lagunas que han permitido a Maduro y a su círculo cercano seguir operando con relativa impunidad.

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La situación en Venezuela, según Meizlish, es más crítica que nunca. A medida que Maduro fortalece su posición, la necesidad de medidas más severas se vuelve imperativa. La falta de acción decisiva por parte de Washington no solo socava las sanciones ya impuestas, sino que también envía un mensaje de debilidad a otros regímenes autoritarios alrededor del mundo. En palabras de Meizlish, estrangular más a la economía de Venezuela no es solo una cuestión de estrategia económica, sino una necesidad moral para apoyar al pueblo venezolano en su lucha por la democracia.

Maduro aún está fuerte

El reportaje de Meizlish también aborda la creciente desesperación entre algunos venezolanos, quienes, a pesar de la represión y las dificultades económicas, continúan protestando y exigiendo un cambio. La reciente apertura de investigación penal contra el candidato opositor Edmundo González y la líder de su partido, María Corina Machado, ilustra la escalada de tensiones en el país. Ambos han sido acusados ​​de incitar a las fuerzas armadas a rebelarse contra Maduro, lo que subraya la paranoia del régimen ante cualquier signo de disidencia interna. Para Meizlish, este es un síntoma claro de que Maduro siente la presión, pero que aún cuenta con los recursos necesarios para reprimir cualquier movimiento que amenace su autoridad.

A lo largo de su análisis, Meizlish insiste en que la comunidad internacional, y en particular Estados Unidos, no puede permitirse el lujo de relajar su postura frente a Venezuela. Cada día que pasa sin una acción contundente es un día más en que el régimen de Maduro continúa enriqueciendo a sus aliados y consolidando su poder a expensas del sufrimiento del pueblo venezolano. Meizlish concluye su artículo advirtiendo que si Washington no toma medidas más drásticas para estrangular más a la economía de Venezuela, el régimen de Maduro no solo sobrevivirá, sino que se fortalecerá, perpetuando una crisis humanitaria que ya ha desplazado a millones de personas y devastado una nación entera.

Meizlish advierte que, a pesar de las múltiples sanciones impuestas desde la era de Trump, el gobierno venezolano ha encontrado formas de evadirlas, principalmente a través de alianzas con actores extranjeros. Ilustración MidJourney.

Matar al paciente

En este sentido, Meizlish hace un llamado a la administración Biden para que tome la delantera en la lucha contra el régimen de Maduro. Según él, la clave para desmantelar la estructura de poder del dictador radica en atacar los pilares económicos que lo sostienen. Esto incluye no solo sanciones más estrictas contra las empresas estatales, sino también acciones legales contra aquellos que facilitan las operaciones financieras del régimen en el extranjero. De lo contrario, el analista teme que cualquier intento de negociar una transición pacífica en Venezuela fracasará, dejando al país en un estado de crisis permanente.

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El reportaje termina subrayando la importancia de la comunidad internacional en este proceso. Meizlish insta a otros países a unirse a los esfuerzos de Estados Unidos para aislar económicamente a Venezuela y privar a Maduro de los recursos que necesita para mantenerse en el poder. Solo a través de un esfuerzo coordinado, concluye, será posible estrangular más a la economía de Venezuela y, finalmente, allanar el camino para un futuro democrático en el país sudamericano. Para Meizlish, el tiempo de actuar es ahora, antes de que sea demasiado tarde para revertir el curso de una nación que ha caído en las garras de un dictador decidido a aferrarse al poder a cualquier costo.

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