La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ha decidido dar un giro importante en el enfoque del Partido Demócrata respecto a la inmigración, creando nuevos caminos para que aquellos que quieran emigrar legalmente a EE.UU. puedan hacerlo de manera organizada y segura. Durante los últimos años, la política migratoria de los demócratas se había centrado en legalizar a los inmigrantes indocumentados que ya se encontraban en el país. Sin embargo, Harris ha puesto sobre la mesa una nueva estrategia que comienza con un control más estricto de la frontera como primer paso, para luego establecer que faciliten la migración legal.
Jennifer Rubin, columnista de The Washington Post, aborda esta nueva estrategia en su artículo titulado “Harris está reinventando el enfoque de los demócratas hacia la inmigración”. En su análisis, Rubin expone cómo Harris, con su experiencia como fiscal general de California, ha adoptado una postura firme respecto a la inmigración ilegal, similar a la que se esperaría de un candidato republicano. Rubin, quien ha cubierto política y políticas tanto internas como externas, argumenta que este cambio no solo responde a la necesidad de un sistema migratorio más efectivo, sino que también tiene el potencial de reformar la imagen de los demócratas en un tema que ha sido su talón de Aquiles.
Emigrar legalmente a EE.UU.
Kamala Harris comenzó su reciente discurso en la frontera con una declaración que marcó la pausa de su nuevo enfoque: “Estados Unidos es una nación soberana y tenemos la responsabilidad de establecer reglas en nuestra frontera y hacerlas cumplir”. Esta afirmación se aleja del tono habitual de los demócratas, quienes habitualmente han priorizado la “vía hacia la ciudadanía” para los millones de indocumentados que residen en el país. Pero Harris, haciendo uso de su experiencia como fiscal, ha decidido que el primer paso para reformar el sistema migratorio es asegurarse de que la frontera esté controlada y ordenada. Solo después de cumplir con este objetivo, sugiere, se podrá avanzar en otras áreas, como la regularización de los dreamers y los programas para trabajadores agrícolas temporales.

El énfasis de Harris en asegurar la frontera primero y emigrar legalmente a EE.UU. no es una mera táctica política, sino un reflejo de su carácter pragmático y su enfoque en la aplicación de la ley. Según Jennifer Rubin, Harris ha logrado que incluso algunos republicanos vean con buenos ojos esta propuesta, ya que la preocupación por la seguridad fronteriza es compartida por muchos sectores del país. En lugar de tratar la frontera como un problema secundario, Harris ha optado por priorizarla, logrando que la percepción del público hacia los demócratas cambie significativamente.
Castigos rigurosos
La nueva estrategia también incluye endurecer las penas para quienes cruzan la frontera ilegalmente. Harris ha dejado claro que aquellos que intentaron entrar sin los permisos correspondientes serán detenidos, deportados y se les prohibirá el reingreso por cinco años. Además, los infractores reincidentes enfrentarán cargos penales más severos. Con estas medidas, Harris busca disuadir a quienes consideran cruzar la frontera ilegalmente, enviándoles un mensaje de que la inmigración debe ser ordenada y regulada.
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Sin embargo, Harris no ignora las necesidades de quienes buscan refugio. Emigrar legalmente a EE.UU. debe ser un camino de esperanza. En su discurso, enfatizó la necesidad de un sistema de asilo más eficiente y accesible para quienes huyen de condiciones desesperadas. Pero aclaró que cualquier solicitud de asilo debe hacerse en un puerto de entrada legal. Aquellos que intenten cruzar ilegalmente no serán elegibles para el asilo en Estados Unidos. Este enfoque, que combina un control firme de la frontera con un sistema de inmigración más humanitario, refleja la complejidad del problema y la voluntad de Harris de encontrar un equilibrio entre la seguridad y la compasión.
Caminos claros y legales
La vicepresidenta también ha hecho hincapié en que, una vez que la frontera esté bajo control, se deben establecer caminos claros y legales para quien quiera emigrar legalmente a EE.UU. Harris está promoviendo una serie de reformas que incluyen la aceleración del proceso de visado y asilo, la creación de nuevos programas para trabajadores altamente cualificados y la legalización de los dreamers. Al hacerlo, busca que los demócratas adopten una postura más proactiva en la reforma migratoria y dejen de ser vistos como un partido débil en el control de la frontera.
En el artículo de Jennifer Rubin, se menciona que este enfoque ha sido bien recibido por algunos líderes republicanos y demócratas centristas, quienes ven en Harris una figura capaz de llevar al partido hacia un terreno más neutral en un tema que históricamente ha favorecido a los republicanos. De hecho, el ex senador de Arizona Jeff Flake, conocido por su postura crítica hacia Donald Trump, ha expresado su apoyo a las políticas de Harris. “Ella ha sido fiscal… conoce los problemas de la frontera. Por eso me alegró verla ir allí”, declaró Flake tras un reciente evento en el que Harris expuso su plan migratorio.

La demagogia de Donald Trump
Harris también ha criticado abiertamente al expresidente Donald Trump, acusándolo de haber utilizado la inmigración como una herramienta política en lugar de tratar de resolver el problema de fondo. Desde fuera del país emigrar legalmente a EE.UU. debe ser visto como la única opción. Según Harris, el rechazo de Trump a un proyecto de ley bipartidista sobre seguridad fronteriza es un ejemplo claro de cómo el expresidente prefirió mantener el conflicto abierto para movilizar a sus bases electorales, en lugar de implementar soluciones concretas.
Jennifer Rubin subraya que el enfoque de Harris también ha sido influenciado por think tanks demócratas como Third Way, que en un informe reciente destacó la necesidad de que el partido asuma una postura más firme en materia de inmigración. Según este grupo de expertos, el plan de Harris podría eliminar la ventaja de 15 puntos que los republicanos suelen tener en este tema, atrayendo a votantes independientes y demócratas moderados que valoran un sistema migratorio seguro y ordenado.
Otro aspecto interesante del enfoque de Harris es su capacidad para cambiar la narrativa sobre la inmigración. A diferencia de otros demócratas que han sido percibidos como demasiado indulgentes, Harris ha sabido equilibrar la necesidad de un sistema seguro con un mensaje de apoyo a los inmigrantes que llegan a Estados Unidos de manera legal. En un tuit reciente, el director ejecutivo de políticas de Third Way, Jim Kessler, destacó cómo Harris ha “cambiado el guion y mostró a los partidarios que se toma en serio el restablecimiento del orden en la frontera”.
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Una batalla ganada a la irracionalidad
Con esta postura, Kamala Harris no solo está cambiando la política migratoria de los demócratas, sino que también está redefiniendo su imagen dentro del partido y frente a la opinión pública. A medida que se acercan las próximas elecciones, este nuevo enfoque podría convertirse en un elemento central de la campaña demócrata, especialmente en estados fronterizos como Arizona y Texas, donde el control migratorio es una preocupación constante.
En última instancia, la propuesta de Harris para crear caminos claros y legales para quien quiera emigrar legalmente a EE.UU., es un intento por resolver de manera integral un problema que ha dividido a la nación durante décadas. Al enfatizar tanto la seguridad fronteriza como la necesidad de un sistema migratorio justo, Harris podría estar preparando el terreno para una reforma que trascienda las divisiones partidistas y ofrecer un nuevo camino para millones de personas que buscan cumplir el sueño americano.