Chavistas se declaran inocentes, impolutos y mejores que los maduristas ¿Libres de culpas?

En un ambiente político cada vez más tenso y polarizado, los «chavistas» han decidido levantar su voz, declarándose inocentes de los desmanes y errores que han sumido a Venezuela en una crisis sin precedentes. Alegan ser impolutos y superiores en comparación con los seguidores de Nicolás Maduro, conocidos como «maduristas». Pero, ¿realmente están libres de culpas? Este es el debate que ha surgido a tan solo 27 días de las cruciales elecciones presidenciales en el país.

Rafael Darío Ramírez Carreño, ingeniero, político y diplomático venezolano, ha sido una figura ambivalente en este contexto. Desde 2002 hasta 2013, se desempeñó como ministro del Petróleo y Minería de Venezuela, además de presidir Petróleos de Venezuela (PDVSA) entre 2004 y 2013. Ramírez es un consistente articulista de opinión en el portal político Aporrea, donde recientemente publicó un artículo titulado «La derrota del madurismo y los distintos escenarios políticos». En este material, Ramírez argumenta que la derrota del madurismo es inminente y culpa al gobierno actual por traicionar el legado de Hugo Chávez, llevando al país a una profunda crisis. El punto no resuelto es: ¿Tras la profunda crisis que vive el país “los llamados chavistas no tienen culpa de la debacle nacional?

Chavistas se muestran impolutos

Los «chavistas», según Ramírez, no deben ser asociados con la administración de Maduro. En su artículo, señala que el madurismo ha aniquilado al chavismo como una opción política viable y ha sumido al país en la pobreza y la desesperanza. Los «chavistas» insisten en que los errores y la corrupción desenfrenada son producto exclusivo de la gestión de Maduro y no reflejan los ideales y avances alcanzados durante el gobierno de Chávez. En las calles y en las redes sociales, la brecha entre ambos grupos se ha hecho más evidente, con masivas manifestaciones de rechazo a Maduro que, según Ramírez, no pueden ser ignoradas.

Chavistas
Sin embargo, algunos críticos argumentan que dividir la Revolución Bolivariana entre chavistas buenos y maduristas malos es un error simplista. Afirman que el llamado «proceso» ha sido una centrífuga de los mismos funcionarios en diferentes cargos, y muchos de los actuales críticos del madurismo, incluido Ramírez, han ocupado posiciones de poder durante los años de Chávez y Maduro. Ilustración MidJourney

El artículo de Ramírez no sólo busca exculpar al chavismo de la situación actual del país, sino también posicionarlo como la verdadera representación de los ideales revolucionarios. Señala que, a pesar de los esfuerzos del madurismo por perseguir y destruir al chavismo, las ideas de Chávez aún resuenan en la conciencia y el sentimiento de una parte significativa de la población venezolana. Este sentimiento, sostiene Ramírez, es lo que los «chavistas» deben reivindicar para no estar confundidos con el actual gobierno.

No votarán por Maduro

La narrativa de Ramírez es clara: los «chavistas» no votarán por Maduro. Este rechazo a Maduro es visto como una manera de mantener la pureza de los ideales chavistas y de evitar que el madurismo siga manipulando al pueblo en nombre de Chávez. Para Ramírez y otros líderes chavistas, es fundamental reagruparse en torno a los principios fundamentales que definieron el gobierno de Chávez y luchar por una patria soberana, por la libertad de los presos políticos y por el respeto a los derechos humanos. Este es el único camino, según ellos, para restaurar la Constitución y las leyes que fueron pilares durante el gobierno de Chávez.

Tambièn puedes leer: Si la democracia es algo real, los “apestados ideológicos” de Le Pen tienen asientos

Sin embargo, algunos críticos argumentan que dividir la Revolución Bolivariana entre chavistas buenos y maduristas malos es un error simplista. Afirman que el llamado «proceso» ha sido una centrífuga de los mismos funcionarios en diferentes cargos, y muchos de los actuales críticos del madurismo, incluido Ramírez, han ocupado posiciones de poder durante los años de Chávez y Maduro. Además, Rafael Ramírez enfrenta un proceso por corrupción abierto en el ámbito internacional, lo que pone en tela de juicio su moralidad y ética al criticar al gobierno actual. Esta situación subraya la complejidad y la falta de coherencia dentro de las filas del chavismo, sugiriendo que la crisis en Venezuela es el resultado de una corrupción y mal manejo generalizados que trascienden las simples divisiones internas de un partido.

Tres escenarios de Ramírez

En su análisis de los posibles escenarios políticos tras la probable derrota de Maduro, Ramírez identifica tres principales. El primero es el «Escenario Bolsonaro», donde Maduro acepta inicialmente los resultados electorales, pero luego utiliza todos los recursos a su disposición, incluyendo el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia, para invalidar los resultados y mantener el poder. Este escenario, según Ramírez, tendría un enorme costo político debido a la desestabilización y confrontación que generaría que incluiría a las fuerzas chavistas.

El segundo escenario es el del fraude electoral. Ramírez argumenta que el gobierno de Maduro ya ha estado creando las condiciones para un fraude masivo. Esto incluye la intervención de partidos políticos, la persecución de potenciales candidatos y la manipulación del sistema electoral. En este escenario, a pesar de las protestas y la clara voluntad popular, el gobierno de Maduro declararía su victoria a través de medios corruptos y controlados. Ramírez llama a este el «Escenario del Referéndum del Esequibo», haciendo alusión a la desfachatez con la que se proclamaron resultados falsos en el pasado.

Una alternativa más

El tercer escenario, denominado «del Sacudón», implica la suspensión o postergación de las elecciones. Ramírez sugiere que, ante la evidente derrota, el gobierno podría buscar excusas para evitar la votación, tratando de desinflar las manifestaciones de descontento y mantener el poder por un tiempo más. En este escenario, las disputas internas dentro del madurismo podrían salir a la luz, generando una mayor inestabilidad.

Chavistas
El debate sobre la culpabilidad y la inocencia en la crisis venezolana es complejo y está lleno de matices. Mientras los «chavistas» intentan redimirse y presentarse como la opción legítima para el futuro del país, los «maduristas» luchan por mantener el poder en medio de un rechazo cada vez mayor. Ilustración MidJourney.

Ramírez no solo expone estos escenarios, sino que también destaca la importancia del papel de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en la defensa de la Constitución y la soberanía del pueblo. Señala que los «chavistas», a pesar de los desafíos, tienen la responsabilidad histórica de reconstruirse como una fuerza política activa y de acompañar al pueblo en sus luchas.

En el fondo, el artículo de Ramírez refleja un deseo de distanciar al chavismo del madurismo y de recuperar la legitimidad y el apoyo popular que una vez tuvo Chávez. Para los «chavistas», la única manera de avanzar es regresar a los principios fundamentales del chavismo, tal como los definió Chávez, y luchar por un gobierno que actúe dentro del marco de la Constitución y las leyes.

Criticas desde el alma

Este enfoque, sin embargo, no está exento de críticas. Muchos argumentan que el chavismo no puede desligarse tan fácilmente de los errores y la corrupción que han marcado los últimos años en Venezuela. La crisis económica, la represión política y las violaciones a los derechos humanos son vistas por algunos como una continuidad de las políticas implementadas durante el gobierno de Chávez y no solo como una desviación del madurismo.

Tambièn puedes leer: El “mea culpa” de Assange desvela el tatuaje de doble moral estadounidense

El debate sobre la culpabilidad y la inocencia en la crisis venezolana es complejo y está lleno de matices. Mientras los «chavistas» intentan redimirse y presentarse como la opción legítima para el futuro del país, los «maduristas» luchan por mantener el poder en medio de un rechazo cada vez mayor. En este contexto, el pueblo venezolano se encuentra en medio de un juego político donde las lealtades y las alianzas pueden cambiar rápidamente.

El ensayo de Rafael Darío Ramírez Carreño en Aporrea es una clara llamada a los «chavistas» para que se distancien del madurismo y se reagrupen en torno a los principios originales de Chávez. Sin embargo, queda por ver si este intento de redención será suficiente para ganarse nuevamente la confianza de un pueblo que ha sufrido tanto bajo la promesa de la revolución. Lo que está claro es que las próximas elecciones serán un punto de inflexión para Venezuela, y los «chavistas» tendrán que demostrar si realmente están libres de culpas o si, por el contrario, son parte del problema que han prometido resolver.

Related articles

- Publicidad -spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí