Austin Sarat: Trump ganó ampliamente las primarias en Iowa y estas son las razones

Austin Sarat, reconocido profesor de la William Nelson Cromwell de Jurisprudencia y Ciencias Políticas en Amherst College, recientemente contribuyó con su análisis en The Hill acerca de la aplastante victoria de Donald Trump en las primarias republicanas de Iowa. Sarat, cuya perspectiva no refleja necesariamente la postura de Amherst College, profundiza en las razones detrás de este fenómeno político.

Los resultados de las asambleas electorales republicanas de Iowa no sorprendieron a los analistas. Desde hace meses, encuestas anticipaban una victoria contundente de Trump. Su victoria sobre Ron DeSantis, el gobernador de Florida y segundo clasificado, no fue solo un triunfo, sino un indicador del firme control de Trump sobre el Partido Republicano. Según The New York Times, Trump ganó con un margen «más del doble del mayor margen de victoria para un republicano en un caucus competitivo anterior». Este triunfo abarcó todos los grupos demográficos, con votantes que expresaron un entusiasmo notablemente mayor que los de sus rivales.

Austin Sarat: Lealtad inquebrantable

Austin Sarat apunta a una lealtad casi inquebrantable hacia Trump entre sus seguidores. Esta lealtad se manifestó incluso en la disposición de un 71% de ellos a considerarlo apto para la presidencia, aun si fuera declarado culpable en alguno de los cuatro casos penales que enfrenta. Este apego se sustenta en una valoración positiva de su gestión presidencial y un profundo pesimismo sobre el estado y el futuro del país. Actualmente, solo un 18% de los estadounidenses se siente satisfecho con la dirección del país, un sentimiento que resonó fuertemente en Iowa.

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La lealtad a Trump se manifestó incluso en la disposición de un 71% de ellos a considerarlo apto para la presidencia, aun si fuera declarado culpable en alguno de los cuatro casos penales que enfrenta. Ilustración MidJourney

Sarat recuerda que en 2016, Trump perdió los caucus ante Ted Cruz. Sin embargo, en ocho años, su porcentaje de votos creció al 51%, un hecho que Sarat califica como «impresionante» y evidencia de la «trumpificación» del partido. En 2016, Trump tenía un fuerte apoyo entre los votantes de bajos ingresos y en áreas con menos votantes evangélicos. Este año, consolidó su base populista y amplió su atractivo entre los republicanos con educación universitaria, así como entre los evangélicos.

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Evangélicos en la escena

Austin Sarat resalta el cambio en el apoyo evangélico hacia Trump. En 2016, Cruz captó el 33% del voto evangélico, mientras Trump apenas superaba a Rubio. Pero en estas primarias, Trump ganó notablemente entre este grupo, un giro que Axios atribuye a decisiones políticas clave de su presidencia, como los nombramientos en la Corte Suprema y el traslado de la embajada de EE. UU. a Jerusalén. Estas acciones resonaron profundamente con los evangélicos, fortaleciendo su apoyo a pesar de los desafíos legales de Trump.

Sarat analiza cómo el apoyo evangélico a Trump en Iowa refleja una visión de los cristianos como una minoría perseguida, y de Trump como un defensor de sus valores y libertades. Esta percepción se ve reforzada por líderes evangélicos en el estado. Un votante evangélico lo comparó con David y Goliat, simbolizando la lucha contra adversidades percibidas.

Además, Austin Sarat señala que los resultados en Iowa reflejan un humor sombrío y un temor existencial entre los republicanos sobre los fundamentos del experimento estadounidense. Trump ha capitalizado este sentimiento, promoviendo la idea de que él es el único capaz de «arreglar» el país. Esta narrativa, que llevó a Trump a la Casa Blanca en 2016, parece haberse fortalecido en el contexto actual.

De indecisos a bastión republicano

La cobertura de los medios también ha jugado un papel en la percepción de Trump. The New York Times destacó cómo Trump transformó Iowa de un estado indeciso a un bastión republicano. La victoria en 2020 por más de ocho puntos porcentuales y la inclinación del estado hacia los republicanos son testimonio de su influencia.

Austin Sarat observa que Trump aseguró su victoria en Iowa con pocas apariciones en campaña, contrastando con el esfuerzo de DeSantis. Las pocas veces que Trump apareció, su presencia fue dominante, evidenciando su habilidad para capturar la atención del público y los medios. Su estrategia de campaña, que incluyó evitar debates republicanos, demostró su confianza en su base de apoyo consolidada.

La mejora en el apoyo evangélico fue crucial para Trump. Las encuestas de entrada mostraron un 51% de apoyo evangélico a Trump, superando significativamente a DeSantis y a otros candidatos. Axios señala que este apoyo se mantuvo a pesar de respaldos evangélicos destacados a DeSantis.

Alineado a sus valores

La relación de Trump con el voto evangélico es compleja y, según Sarat, refleja un cambio en las prioridades y percepciones de este grupo en Iowa. El respaldo a Trump, a pesar de su aparente falta de convicciones religiosas profundas, se basa en su historial de decisiones que alinean con sus valores.

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Con la mirada puesta en las próximas elecciones, los ojos de la nación estarán fijos en cómo Trump y sus rivales políticos maniobran en un escenario que sigue siendo impredecible y cada vez más polarizado. Ilustración MidJourney

En resumen, Austin Sarat subraya que la victoria de Trump en Iowa es una señal de alerta para sus oponentes. Su capacidad para movilizar y mantener el apoyo de diferentes sectores del Partido Republicano, especialmente en un estado tan significativo como Iowa, indica su duradera influencia y la necesidad de que sus adversarios políticos reformulen sus estrategias si desean contrarrestar su avance hacia la Oficina Oval.

La lealtad inquebrantable de sus seguidores, a pesar de los desafíos legales y controversias, habla de un fenómeno que va más allá de la política tradicional. Es un movimiento que encapsula no solo la lealtad a una figura, sino a un conjunto de ideales que muchos consideran bajo amenaza. Sarat destaca cómo esta lealtad se ha mantenido y fortalecido a lo largo de los años, desafiando las expectativas de muchos críticos y analistas.

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Adaptación y evoución

La victoria en Iowa también demuestra la habilidad de Trump para adaptarse y evolucionar en el cambiante panorama político. A diferencia de 2016, cuando sus tácticas eran más combativas y directas, en 2020 y ahora, ha mostrado una capacidad para consolidar su base sin la necesidad de una campaña agresiva. Su enfoque en el mensaje y la conexión directa con sus seguidores, junto con su habilidad para capitalizar las preocupaciones y temores de sus votantes, han sido cruciales en su éxito continuo.

Austin Sarat concluye que el análisis de la victoria de Trump en Iowa no solo es importante para entender las dinámicas actuales del Partido Republicano, sino también para predecir el futuro político de Estados Unidos. Con la mirada puesta en las próximas elecciones, los ojos de la nación estarán fijos en cómo Trump y sus rivales políticos maniobran en un escenario que sigue siendo impredecible y cada vez más polarizado.

El éxito de Trump en Iowa es un recordatorio de que, independientemente de los desafíos legales o controversias, su influencia en la política estadounidense y en el Partido Republicano sigue siendo significativa. Para sus seguidores, representa más que un político; es un símbolo de resistencia y un catalizador de cambio. Para sus oponentes, es una figura que no pueden subestimar. En cualquier caso, Austin Sarat sugiere que los resultados de Iowa son un preludio de lo que podría ser una contienda electoral intensa y posiblemente histórica.

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