Expertos opinan: Rusia no es una amenaza naval para los Estados Unidos

Rusia no es una amenaza. Esta afirmación, respaldada por expertos y funcionarios estadounidenses, se ha convertido en un punto central en la reciente discusión sobre la presencia de una flotilla rusa en aguas caribeñas. La llegada de una flota de guerra rusa, incluyendo un submarino nuclear, al puerto de La Habana ha generado especulaciones y tensiones en medio de la ya complicada relación entre Moscú y Washington. Sin embargo, varios analistas aseguran que este despliegue no representa un peligro significativo para los Estados Unidos.

El análisis original de este evento fue realizado por Famil Ismailov, corresponsal de BBC Mundo, quien detalló la llegada de las naves rusas en un artículo titulado «Qué se sabe de la flotilla rusa con un submarino de propulsión nuclear que llegó a Cuba (y que monitorea EE.UU.)». Ismailov, reconocido por su profundo conocimiento en temas de seguridad y defensa, explicó que la flotilla de cuatro naves de la Flota del Norte de Rusia llegó a Cuba como parte de una operación de rutina. Esta información fue publicada en el portal de noticias británico, BBC Mundo, y ha sido ampliamente discutida en los círculos de defensa internacional.

Rusia no es una amenaza

Rusia no es una amenaza. La flotilla rusa, compuesta por la fragata Almirante Gorshkov, el buque cisterna de suministros Akademik Pashin, el remolcador de rescate Nikolai Chiker y el submarino nuclear Kazan, arribó a Cuba sin portar armas nucleares. Esta aclaración, hecha por las propias autoridades rusas, es vista como un indicio de que Moscú no busca una escalada armamentista. El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, indicó que la flotilla estaba llevando a cabo ejercicios navales en el Atlántico antes de su llegada a La Habana, centrados en el uso de misiles de alta precisión y la defensa contra ataques aéreos.

Rusia no es una amenaza
La flotilla rusa, compuesta por la fragata Almirante Gorshkov, el buque cisterna de suministros Akademik Pashin, el remolcador de rescate Nikolai Chiker y el submarino nuclear Kazan, arribó a Cuba sin portar armas nucleares. Ilustración MidJourney

Desde Washington, las fuerzas estadounidenses han estado monitoreando de cerca estos movimientos. Sin embargo, un alto funcionario del gobierno estadounidense aclaró que no consideran esta flotilla como una amenaza directa para los Estados Unidos. «Los despliegues de Rusia son parte de una actividad naval de rutina, y no nos preocupan, no representan una amenaza directa para Estados Unidos», puntualizó. Esta perspectiva es compartida por varios expertos que ven en este despliegue más una maniobra de propaganda que una muestra de fuerza real.

Rutinario contacto de amistad

Famil Ismailov subraya que la presencia de las naves rusas en Cuba debe interpretarse dentro del contexto de las relaciones históricas entre ambos países. «No es una coincidencia. Es un claro movimiento de propaganda de Rusia para dejar claro algo: ‘Os apoyamos (a Cuba) en el ‘patio trasero’ de Estados Unidos'», recalca Ismailov. Esta visión se refuerza por la reciente visita del ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, a Moscú, donde reafirmó los lazos de cooperación entre ambas naciones.

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Rusia no es una amenaza. Ricardo Herrero, director ejecutivo del Grupo de Estudio Cubano, también minimiza la relevancia militar de este despliegue. En una publicación en X (anteriormente Twitter), Herrero mencionó que la visita naval rusa sería «de poca preocupación» para el Departamento de Defensa en Washington. «Pero políticamente hunde las relaciones bilaterales en un agujero más profundo», añadió, destacando el impacto diplomático más que militar de esta maniobra.

Moscú y Washington engrinchados

La llegada de las naves rusas se produce en un momento de tensión creciente entre Moscú y Washington, especialmente debido a la guerra en Ucrania. Recientemente, el presidente ruso Vladimir Putin advirtió sobre posibles represalias si los países occidentales continúan suministrando armas a Ucrania. Esta situación ha llevado a algunos a interpretar el despliegue naval como una respuesta a las políticas estadounidenses. Sin embargo, Ismailov y otros expertos señalan que esta operación probablemente fue planeada con antelación y no es una reacción inmediata a los eventos en Ucrania.

Rusia no es una amenaza
La histórica relación entre Rusia y Cuba, forjada durante la Guerra Fría, sigue siendo un factor clave en la dinámica actual. La visita de la flotilla rusa no es un hecho aislado, sino parte de una serie de eventos destinados a fortalecer los lazos entre estos antiguos aliados. Ilustración MidJourney.

Rusia no es una amenaza. La distancia geográfica entre Rusia y Cuba, y la logística implicada en mover una flotilla de este tamaño, sugieren que esta operación fue concebida mucho antes de las recientes tensiones en Ucrania. A mediados de mayo, el Ministerio de Defensa ruso anunció que un destacamento de tres barcos de la Flota del Norte emprendió un largo viaje desde Severomorsk, al que posteriormente se unió el submarino nuclear Kazan. Este movimiento forma parte de una estrategia más amplia de Rusia para reafirmar su presencia en la región y fortalecer sus alianzas con países como Cuba y Venezuela.

Influencia en el Caribe

La histórica relación entre Rusia y Cuba, forjada durante la Guerra Fría, sigue siendo un factor clave en la dinámica actual. La visita de la flotilla rusa no es un hecho aislado, sino parte de una serie de eventos destinados a fortalecer los lazos entre estos antiguos aliados. En julio del año pasado, un buque de entrenamiento de la armada rusa también visitó Cuba, marcando la primera visita oficial de un buque de guerra ruso a la isla en muchos años. Estos movimientos subrayan la intención de Moscú de mantener su influencia en el Caribe y América Latina.

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Rusia no es una amenaza. La posible dirección de la flotilla hacia Venezuela después de su estancia en Cuba también destaca la estrategia de Rusia de mantener una presencia naval en la región. Venezuela, otro aliado histórico de Rusia, ha recibido anteriormente apoyo militar y económico de Moscú. Este tipo de despliegues no solo busca demostrar el apoyo a estos países, sino también enviar un mensaje a Estados Unidos sobre la capacidad de Rusia para proyectar su poder en el hemisferio occidental.

Aunque la presencia de la flotilla rusa en Cuba ha generado preocupación y especulación, los expertos coinciden en que no representa una amenaza significativa para los Estados Unidos. Más allá de su valor propagandístico, este despliegue naval es parte de una actividad rutinaria y no implica una escalada militar inmediata. La afirmación de que Rusia no es una amenaza es respaldada tanto por las autoridades estadounidenses como por analistas internacionales, quienes ven en este movimiento un intento de reafirmar la presencia rusa en la región sin provocar una confrontación directa con Washington.

 

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