El reciente informe de Human Rights Watch (HRW) ha encendido alarmas sobre los significativos retrocesos en la Argentina de Milei, una nación marcada por políticas de austeridad y tensiones sociales en el primer año del gobierno ultraderechista. Los datos expuestos no solo detallan una preocupante criminalización del derecho a la protesta, sino también el deterioro institucional y el impacto de las medidas económicas en los sectores más vulnerables. Las críticas de HRW, además, coinciden con las advertencias ya realizadas por Amnistía Internacional, consolidando una visión crítica sobre la actual gestión presidencial.
El material que sustenta estas denuncias proviene de Javier Lorca, corresponsal argentino del diario EL PAÍS de España. En su reciente artículo titulado: “Obstáculos para el ejercicio del derecho a la protesta”: Human Rights Watch alerta sobre las medidas del Gobierno de Milei”, Lorca recoge los principales señalamientos de HRW y AI. Con una amplia trayectoria en el periodismo de derechos humanos, Lorca destaca que las políticas implementadas por Milei han generado “obstáculos para el ejercicio del derecho a la protesta pacífica”, además de promover una “retórica gubernamental hostil” hacia colectivos vulnerables y periodistas independientes. Su cobertura subraya la gravedad de los retrocesos en la Argentina de Milei, enfatizando el impacto tanto en lo social como en lo económico.
Retrocesos en la Argentina de Milei
El capítulo argentino del Informe Mundial 2025 de HRW sintetiza la preocupación por el rumbo del país. Según el documento, las medidas de austeridad impulsadas por el gobierno de Milei han reducido el gasto público, afectando severamente los programas sociales que dependen de este financiamiento. La falta de designación de figuras clave en la protección de los derechos humanos, como el defensor del pueblo y jueces de la Corte Suprema, pone en evidencia un deterioro institucional profundo. Este contexto, combinado con un protocolo antipiquetes que en la práctica criminaliza las manifestaciones, refleja uno de los retrocesos en la Argentina de Milei que más inquieta a la comunidad internacional.

Amnistía Internacional ha reforzado esta percepción al denunciar un patrón de represión en las protestas sociales de 2024. Según su informe, el llamado “protocolo antipiquetes” no solo limitó el derecho a la protesta, sino que facilitó el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades. Con cifras alarmantes que incluyen más de mil personas heridas, periodistas agredidos mientras cubrían manifestaciones y ciudadanos criminalizados por expresar su descontento, AI advirtió que las políticas de seguridad del gobierno han escalado hacia un autoritarismo preocupante. Esta tendencia también se alinea con la retórica gubernamental hostil que HRW ha identificado, especialmente dirigida contra periodistas, colectivos LGBTQ+ y defensores de la educación sexual inclusiva.
Patricia Bullrich arremete contra la crítica
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, respondió con agresividad a las críticas internacionales, calificando a Amnistía Internacional de “defensores del caos”. Este tipo de declaraciones, lejos de mitigar la tensión, refuerzan las preocupaciones sobre la erosión de las libertades civiles. La respuesta oficial del gobierno ha sido negarse a aceptar las recomendaciones de los organismos internacionales, argumentando que las críticas carecen de fundamento y representan un ataque a su modelo de gobernabilidad. Sin embargo, estas reacciones también forman parte de los retrocesos en la Argentina de Milei, al reflejar un cierre al diálogo constructivo que podría haber mejorado la situación de los derechos humanos.
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A pesar de los señalamientos críticos, el gobierno de Milei ha buscado destacar ciertos logros, como la reducción de homicidios en Rosario, provincia de Santa Fe. No obstante, estas cifras contrastan con un aumento generalizado de la pobreza y una prolongada crisis económica, factores que HRW considera inseparables de las políticas de ajuste estructural. Aunque la inflación ha disminuido, el costo social de estas medidas sigue siendo motivo de preocupación para las organizaciones internacionales y para la población afectada.
Armas de fuego contra manifestantes
Uno de los puntos más controvertidos del informe de HRW es la autorización para un uso más amplio de armas de fuego por parte de las fuerzas de seguridad. Esta decisión, que debilita la rendición de cuentas de los agentes policiales, ha sido criticada tanto a nivel local como internacional. Según HRW, estas medidas no solo atentan contra las garantías básicas, sino que también generan un clima de inseguridad para los ciudadanos. Este aspecto refuerza la idea de que los retrocesos en la Argentina de Milei no se limitan al ámbito económico, sino que abarcan también las libertades fundamentales y los derechos civiles.
En el ámbito internacional, la postura del gobierno de Milei ha sido desafiante. Su rechazo a resoluciones sobre derechos económicos, sociales y culturales, junto con su oposición a iniciativas de género, ha generado un aislamiento creciente. Esto contrasta con la necesidad de construir alianzas y recibir apoyo en un contexto de crisis. Las críticas hacia las organizaciones internacionales no solo reflejan una actitud beligerante, sino que también ponen en riesgo la reputación de Argentina como un país comprometido con los derechos humanos.

Un panorama preocupante
El balance del primer año de gestión de Milei, según HRW y Amnistía Internacional, pinta un panorama preocupante. Los retrocesos en la Argentina de Milei no son solo una percepción subjetiva, sino que están respaldados por datos concretos y denuncias bien fundamentadas. La criminalización de la protesta, la vulneración de derechos fundamentales y la retórica oficial hostil forman parte de un patrón que podría profundizarse si no se toman medidas correctivas. El desafío ahora recae en la sociedad civil y en las instituciones internacionales, que deben seguir ejerciendo presión para garantizar que Argentina recupere el camino hacia el respeto y la promoción de los derechos humanos.
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En definitiva, los informes de HRW y AI no exponen solo las falencias del gobierno de Milei, sino que también subrayan la importancia de mantener una vigilancia constante sobre el ejercicio del poder. La situación actual no solo afecta a los sectores más vulnerables, sino que también pone en juego la estabilidad democrática del país. La pregunta clave es si las autoridades estarán dispuestas a rectificar y trabajar en conjunto con la comunidad internacional para superar los retrocesos en la Argentina de Milei. Por ahora, las señales de cambio parecen lejanas, y las advertencias de HRW y Amnistía Internacional permanecen como un recordatorio de los desafíos pendientes.