Lamentablemente en México “la muerte” puntea en las encuestas para las presidenciales

En un giro trágico y alarmante, la carrera hacia las elecciones presidenciales en México se ve empañada por una sombra letal que supera cualquier precedente histórico. A medida que el país se prepara para uno de los momentos más cruciales de su democracia, un fenómeno inesperado irrumpe con fuerza en el panorama político: la violencia extrema dirigida hacia los precandidatos municipales, un presagio ominoso que podría afectar el proceso electoral en su conjunto. Este contexto de violencia sin precedentes plantea una serie de interrogantes sobre la seguridad y la integridad del proceso democrático, convirtiendo a la «muerte» en un factor inesperado en las encuestas presidenciales.

Alejandra Sigala, periodista del medio Milenio de México, ha puesto de manifiesto la gravedad de la situación a través de su pieza editorial titulada: “Ellos son los precandidatos asesinados rumbo a Elecciones 2024: ¿Quiénes son?”. Sigala detalla el escalofriante escenario en Michoacán, donde en menos de 12 horas, dos precandidatos a la municipalidad de Maravatío fueron asesinados, apenas tres días antes del inicio oficial de la campaña presidencial. Este doble homicidio no solo resalta la vulnerabilidad de los aspirantes a cargos públicos, sino que también amenaza con socavar la confianza en el proceso electoral del próximo 2 de junio.

Presidenciales pasadas por sangre

El municipio de Maravatío, ubicado a poco más de una hora de la capital, Morelia, se convirtió en el escenario de estos brutales asesinatos. Miguel Ángel Zavala, candidato del Partido Acción Nacional (PAN), y Armando Pérez Luna, de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), se convirtieron en las últimas víctimas de una serie de ataques que han sembrado el temor y la incertidumbre entre los ciudadanos y los participantes del proceso electoral. La muerte de Zavala, un médico gineco obstetra, en el estacionamiento de un hospital, y el asesinato de Pérez Luna en su vehículo, son reflejos de una violencia que parece no discriminar en su objetivo de intimidar y silenciar.

presidenciales
El municipio de Maravatío, ubicado a poco más de una hora de la capital, Morelia, se convirtió en el escenario de estos brutales asesinatos. Miguel Ángel Zavala, candidato del Partido Acción Nacional (PAN), y Armando Pérez Luna, de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), se convirtieron en las últimas víctimas. Ilustración MidJourney

La respuesta de las autoridades y la sociedad civil ante estos acontecimientos ha sido de condena y preocupación. El dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, ha calificado estos asesinatos como indicativos de un «gravísimo nivel de violencia e inseguridad» frente a lo que deberían ser los comicios más importantes en la historia de México. Esta situación ha generado un debate acalorado sobre la posibilidad de una «narco elección», donde la interferencia del crimen organizado en los procesos electorales presidenciales se ha vuelto una preocupación tangible.

Tambièn puedes leer: Algunas granjas lecheras dan cuchitriles por casa a los trabajadores inmigrantes

“La catrina” en Guerrero

La violencia política no se limita a Michoacán. En Guerrero, Julián López Galeana, coordinador estatal de Movimiento Ciudadano (MC), fue encontrado muerto en circunstancias igualmente alarmantes, lo que subraya la extensión y la profundidad del problema. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), en colaboración con el Instituto Nacional Electoral (INE), ha presentado un «Plan de Seguridad para Candidatas y Candidatos para el Proceso Electoral 2023-2024», en un intento por ofrecer protección rumbo a las presidenciales. Sin embargo, la efectividad de tales medidas sigue siendo objeto de debate, especialmente cuando los candidatos, en particular los municipales, siguen siendo blanco de ataques.

presidenciales
El asesinato de Jaime Vera Alaniz en Jalisco y el hallazgo del cuerpo de David Rey González en Chiapas son testimonios de la peligrosidad que enfrentan aquellos que aspiran a servir a su comunidad a través de la política. Ilustración MidJourney.

Este clima de violencia ha cobrado ya la vida de varios precandidatos en los primeros meses del año, con ataques que no solo se concentran en Michoacán sino que se extienden a otras regiones como Jalisco y Chiapas, evidenciando un patrón de hostilidades que amenaza con desestabilizar el proceso electoral. El asesinato de Jaime Vera Alaniz en Jalisco y el hallazgo del cuerpo de David Rey González en Chiapas son testimonios de la peligrosidad que enfrentan aquellos que aspiran a servir a su comunidad a través de la política.

Tambièn puedes leer: Trump está fuerte y débil a la vez: ¿Cómo POLITICO explica esa dicotomía?

Desafío a la democracia

El impacto de estos asesinatos va más allá de la pérdida de vidas; representa un desafío directo a la democracia mexicana y a la capacidad del estado para garantizar la seguridad de sus ciudadanos y candidatos. La persistencia de esta violencia plantea preguntas fundamentales sobre la influencia del crimen organizado en la política y en la sociedad en general, así como sobre la capacidad del gobierno para contrarrestar esta amenaza.

En un momento en que México se encuentra en una encrucijada crítica, la necesidad de abordar esta violencia y asegurar un proceso electoral libre y justo nunca ha sido más apremiante. El país se enfrenta a la tarea de reconciliar la promesa de la democracia con la realidad de una violencia que amenaza con socavar sus fundamentos. A medida que México avanza hacia las elecciones presidenciales de 2024, la sombra de la muerte que se cierne sobre sus candidatos es un recordatorio sombrío de los desafíos que enfrenta en su búsqueda de un futuro más seguro y democrático.

Related articles

- Publicidad -spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí