En un continente caracterizado por su vibrante cultura, su diversa geografía y, lamentablemente, por sus desigualdades económicas y sociales, la búsqueda de una pensión digna a sus jubilados se ha convertido en un tema de creciente preocupación. América Latina, una región donde el calor humano y la solidaridad se entrelazan con historias de lucha y superación, enfrenta ahora el desafío de garantizar un retiro digno para sus ciudadanos mayores. La pregunta que surge es si realmente existe algún país en Latinoamérica que logre cumplir este cometido, proporcionando a sus jubilados la tranquilidad y el bienestar que merecen después de años de trabajo.
Este reportaje, basado en el trabajo de Camilo Toledo-Leyva para Deutsche Welle titulado: “América Latina: ¿en qué país viven mejor los jubilados?”, busca adentrarse en las realidades que viven los jubilados latinoamericanos, cuestionando la suficiencia de las pensiones que reciben. Toledo-Leyva, periodista con una trayectoria destacada en la cobertura de temas sociales y económicos, se sumerge en esta problemática para desentrañar los matices que definen la calidad de vida de los jubilados en la región.
¿Pensión digna a sus jubilados?
Según el Índice Global de Jubilación, en su edición 2024, países como Costa Rica, México, Panamá, Ecuador y Colombia se destacan como destinos ideales para jubilados de ingresos medios o altos a nivel mundial. Sin embargo, esta aparente ventaja contrasta con la realidad que viven muchos jubilados latinoamericanos en sus propios países. La pensión digna a sus jubilados parece ser más una aspiración que una realidad generalizada en la región. Fabio Bertranou, director de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para el Cono Sur de América Latina, y Fernando Cuadros, experto en economía laboral de la Universidad del Pacífico de Perú, aportan perspectivas clave sobre los sistemas de pensiones en América Latina. Ambos coinciden en que la variedad de sistemas, tanto de reparto y capitalización colectiva como de capitalización individual, gestionados por entidades privadas conocidas como AFPs, presentan, tanto oportunidades, como desafíos significativos.

Los dilemas que enfrenta cada sistema de pensiones en la región son complejos y varían de país a país. La historia de desarrollo de las instituciones de seguridad social, el nivel de desarrollo económico y las políticas laborales y sociales son factores determinantes en la eficacia de estos sistemas. En países del Cono Sur como Argentina, Chile y Uruguay, por ejemplo, se observa una menor incidencia de la pobreza entre las personas mayores, gracias a la alta cobertura de sus sistemas de pensiones. No obstante, cada uno de estos sistemas enfrenta sus propios desafíos, como la protección de las prestaciones frente a la inflación o la sostenibilidad financiera a mediano plazo.
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La pensión digna a sus jubilados, por tanto, se convierte en un objetivo que requiere de políticas bien estructuradas y adaptadas a las realidades específicas de cada país. La tendencia hacia sistemas complementarios, en lugar de meramente alternativos, es vista por expertos como un paso en la dirección correcta. Países como Chile, Colombia, Uruguay o Costa Rica están avanzando hacia modelos donde los trabajadores aportan tanto al sistema público como a cuentas individuales privadas, buscando así mejorar el monto de la pensión final.

Menos malos y paupérrimos
El Índice Global de Jubilación arroja luz sobre la situación de Chile como el país latinoamericano mejor situado en términos de pensiones, seguido por México, Colombia y Brasil. Sin embargo, la variabilidad en la edad de jubilación y el monto de las pensiones mínimas mensuales —desde los 394 dólares en Uruguay hasta los 26 dólares en Venezuela— refleja la disparidad que aún existe en la región.
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La pensión digna a sus jubilados se erige, así como un desafío crucial para los gobiernos de América Latina. La construcción de políticas de consenso, sostenibles y socialmente legitimadas, acordes a las realidades económicas y laborales de cada país, es imperativa. El desarrollo de mecanismos de diálogo social y político que permitan una visión a mediano y largo plazo es fundamental para avanzar hacia sistemas de pensiones que garanticen una jubilación digna para todos.
Aunque algunos países latinoamericanos se destacan como destinos atractivos para jubilados extranjeros, la realidad interna para los jubilados de la región es variada y, en muchos casos, insuficiente. La búsqueda de una pensión digna a sus jubilados en América Latina es un camino en construcción, que requiere de la voluntad política, el compromiso social y el desarrollo de políticas inclusivas y sostenibles. Solo así, la región podrá asegurar que sus ciudadanos mayores vivan sus años de jubilación con el bienestar y la dignidad que merecen.

