¿Y la libertad de prensa? Milei solo desea a su lado a periodistas de élite

La libertad de prensa en Argentina ha sido un tema controversial desde hace décadas, pero bajo la presidencia de Javier Milei, esta cuestión ha alcanzado un nuevo nivel de controversia. Recientemente, el portavoz presidencial, Manuel Adorni, anunció que solo se permitirá el acceso a la Casa Rosada a periodistas que «merecen estar cerca del presidente». Esta decisión, que ha sido percibida como un ataque directo a la libertad de prensa, ha generado una ola de críticas y preocupaciones sobre la transparencia y la objetividad en la cobertura de la administración actual.

Mar Centenera, corresponsal de EL PAÍS en Buenos Aires, ha sido una de las periodistas que ha cubierto esta polémica. Nacida en Barcelona en 1978 y licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universitat Autònoma de Barcelona, Centenera ha trabajado en la sección internacional del diario Público de Madrid y como corresponsal de la Agencia Efe en Indonesia y Argentina. Su artículo titulado: “Milei solo permitirá el acceso a la Casa Rosada a periodistas que ‘merecen estar cerca del presidente’”, publicado en el portal ibérico, detalla cómo el Gobierno argentino está restringiendo el acceso a la sala de conferencias solo a periodistas de «fuste, con experiencia y de medios altamente reconocidos».

¿Libertad de prensa de ultraderecha?

La libertad de prensa es un pilar fundamental de cualquier democracia. Sin embargo, las declaraciones de Adorni sugieren que el gobierno de Milei está dispuesto a redefinir quién tiene el derecho a reportar desde la Casa Rosada. Según Adorni, los periodistas acreditados deben sentir que es un honor estar en la Casa Rosada cubriendo al presidente. Esta postura no solo es elitista, sino que también excluye a muchos periodistas que han dedicado sus carreras a informar al público con integridad y rigor, independientemente del tamaño o prestigio de sus medios.

libertad de prensa
Según Adorni, los periodistas acreditados deben sentir que es un honor estar en la Casa Rosada cubriendo al presidente. Esta postura no solo es elitista, sino que también excluye a muchos periodistas que han dedicado sus carreras a informar al público con integridad y rigor. Ilustración MidJourney

El control de la prensa no es una táctica nueva para Milei. Desde sus primeros días en el poder, ha dejado claro su desdén por los medios de comunicación que critican su administración. Los periodistas han sido llamados «mentirosos», «calumniadores seriales», y «corruptos» por el presidente, creando un ambiente de hostilidad y miedo entre los profesionales de los medios. La libertad de prensa en Argentina está siendo erosionada por un líder que prefiere rodearse de voces que le sean favorables y eliminar cualquier crítica o disenso.

Silenciados ejecutivamente

La periodista Silvia Mercado, de Radio Jai, es un claro ejemplo de las consecuencias de esta política. Mercado, una veterana en el campo, vio su acreditación retirada sin explicación. Ha presentado un amparo para que se le restituya su acceso, pero el portavoz Adorni ha evitado comentar sobre su caso específico. Este tipo de acciones no solo amenaza la carrera de periodistas individuales, sino que también socava el derecho del público a recibir información precisa y balanceada. La libertad de prensa se ve comprometida cuando los periodistas son silenciados por razones arbitrarias.

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Las medidas de control no se limitan a la acreditación de periodistas. Hace menos de un mes, el gobierno intentó reinstaurar una ley de 1944 que obligaba a los periodistas a obtener una matrícula otorgada por la Secretaría de Trabajo para ejercer su profesión. La reacción negativa fue tan intensa que la propuesta fue rápidamente retirada, pero el incidente dejó claro que la administración de Milei está dispuesta a utilizar cualquier herramienta a su disposición para controlar la narrativa mediática.

¿Es el inicio de un régimen?

La libertad de prensa también se ve amenazada por la reestructuración y cierre de medios públicos. En abril, la agencia de noticias estatal Télam, que tenía 80 años de historia, fue clausurada. Aunque recientemente reabrió bajo un nuevo nombre, RTA Noticias, el impacto en la cobertura informativa ha sido significativo. Con menos de la mitad de su personal original, RTA Noticias no puede ofrecer el mismo nivel de cobertura que Télam. Este movimiento no solo reduce la cantidad de información disponible para el público, sino que también centraliza el control de la información en manos del gobierno.

El ataque a la libertad de prensa no solo se limita a la Casa Rosada y los medios públicos. Milei ha sido muy claro en su desprecio hacia los periodistas, llamándolos «profetas de la verdad única» y «violentos». Esta retórica crea un ambiente hostil para los periodistas, quienes ahora deben trabajar bajo la constante amenaza de ser difamados o atacados por el presidente mismo. La libertad de prensa es esencial para una sociedad informada y democrática, pero bajo el liderazgo de Milei, este principio está siendo sistemáticamente desmantelado.

Amenaza a la libertad de expresión

Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, expresó su preocupación por esta situación en un comunicado con motivo del Día del Periodista. Belski señaló que cuando los ataques provienen de funcionarios o del propio presidente, no solo se genera un clima de intimidación, sino que también se amenaza el derecho a la libertad de expresión. Los señalamientos y acusaciones del presidente generan un efecto de censura y silenciamiento de voces críticas, lo cual es detrimental para la democracia.

La situación ha empeorado desde entonces. En su última entrevista, Milei insistió en que su problema no es con la crítica, sino con la mentira. Sin embargo, su definición de «mentira» parece ser cualquier cosa que no alabe su administración. Esta postura es extremadamente peligrosa para la libertad de prensa, ya que permite al gobierno decidir arbitrariamente qué es verdad y qué es mentira. En un entorno así, los periodistas no pueden hacer su trabajo sin miedo a represalias.

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Por ahora, la realidad es que la popularidad de Milei aun es alta y tendrá cierto margen de “autocracia” bajo licencia del pueblo, así como la tuvo Hugo Chávez en Venezuela, país caribeño que en base a esas pequeñas restricciones, derivó en un régimen totalitario. Ilustración MidJourney.

Privatización de medios públicos

El cierre de medios públicos también tiene un impacto significativo en la libertad de prensa. Télam, que fue la agencia de noticias estatal más grande de Latinoamérica, ahora opera con una fracción de su personal original. La reestructuración y eventual privatización de los medios públicos significa que menos voces independientes podrán reportar sobre el gobierno y sus acciones. La concentración de los medios en manos privadas, especialmente aquellos cercanos al gobierno, limita la diversidad de opiniones y reduce la transparencia.

La libertad de prensa es crucial para la rendición de cuentas en cualquier gobierno. Sin periodistas libres para investigar y reportar, los ciudadanos no pueden tomar decisiones informadas sobre sus líderes y políticas. El enfoque de Milei hacia los medios de comunicación representa una amenaza directa a este principio fundamental. Al rodearse solo de periodistas que «merecen estar cerca del presidente», Milei está asegurando que solo se escuchen las voces que lo apoyan, silenciando cualquier crítica o disenso.

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Embrión de una dictadura

La comunidad internacional ha comenzado a tomar nota de estos desarrollos en Argentina. Organizaciones como Reporteros Sin Fronteras y el Comité para la Protección de los Periodistas han expresado su preocupación por el estado de la libertad de prensa en el país. La presión internacional puede ser una herramienta útil para obligar al gobierno a reconsiderar sus políticas, pero el cambio real debe venir desde dentro. Los ciudadanos argentinos deben defender su derecho a una prensa libre y exigir transparencia y rendición de cuentas de su gobierno. Sin embargo, la realidad es que la popularidad de Milei aun es alta y tendrá cierto margen de “autocracia” bajo licencia del pueblo, así como la tuvo Hugo Chávez en Venezuela, país caribeño que en base a esas pequeñas restricciones derivó en un régimen totalitario.

La libertad de prensa en Argentina está bajo ataque directo por parte del gobierno de Javier Milei. Las medidas para restringir el acceso a la Casa Rosada solo a periodistas de élite, el cierre de medios públicos y la retórica hostil del presidente hacia los medios de comunicación son todas estrategias diseñadas para controlar la narrativa y silenciar la crítica. Es imperativo que tanto los periodistas como el público se mantengan vigilantes y defiendan este derecho fundamental, ya que una democracia sin una prensa libre no es una democracia en absoluto.

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