Tras referendo Guyana está expectante y espera un movimiento inesperado de Maduro

El panorama político y territorial en Sudamérica se encuentra en un delicado punto de inflexión tras el reciente referendo llevado a cabo en Venezuela, una decisión que ha puesto a Guyana en estado de alerta máxima. La votación, que tuvo lugar el pasado domingo, centrada en el prolongado reclamo venezolano sobre la región del Esequibo, ha encendido las alarmas en el gobierno guyanés, que ahora permanece «vigilante» ante cualquier movimiento inesperado por parte del presidente venezolano Nicolás Maduro.

El Esequibo, una extensa y rica zona en recursos naturales como petróleo y minerales, ha sido objeto de disputa entre Venezuela y Guyana durante décadas. Esta región, que representa más de dos tercios del territorio guyanés, es hogar de aproximadamente 125.000 personas de los 800.000 habitantes de Guyana. La tensión entre ambos países se ha intensificado notablemente desde el descubrimiento de petróleo en la zona por parte de ExxonMobil en 2015, un hallazgo que ha incrementado significativamente el valor estratégico del territorio.

Guyana
La complejidad del litigio territorial se ve agravada por la negativa de Venezuela a reconocer la jurisdicción de la CIJ en el asunto. Ilustración MidJourney

Guyana y Venezuela está alertas

La situación alcanzó un nuevo nivel de urgencia cuando el gobierno de Guyana, bajo la administración de Irfaan Ali, comenzó a subastar bloques petroleros en el Esequibo en agosto, lo que provocó una rápida respuesta de Caracas. En un movimiento sorpresivo, el gobierno venezolano liderado por Nicolás Maduro convocó un referendo para reafirmar su reclamo sobre el Esequibo, exacerbando la ya tensa relación bilateral.

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El ministro de Relaciones Exteriores de Guyana, Hugh Todd, expresó su preocupación a la agencia internacional de noticias AFP, enfatizando la necesidad de permanecer siempre vigilantes. «Aunque no creemos que el presidente Maduro ordene una invasión, puede hacer algo que sea impredecible», afirmó Todd. Esta declaración refleja la incertidumbre y la cautela con la que Guyana observa los movimientos de su vecino.

Qué pasó en el referendo

La votación en Venezuela, que consultó a los ciudadanos sobre cinco preguntas relacionadas con el Esequibo, incluyendo si Venezuela debería o no rechazar la decisión de arbitraje de 1899 y la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), atrajo una participación significativa. Según el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Elvis Amoroso, más de 10,4 millones de los 20,7 millones de votantes elegibles emitieron sus votos. Estas cifras han sido motivo de controversia y especulación, especialmente considerando las dudas iniciales sobre la participación y el recuento de votos.

La complejidad del litigio territorial se ve agravada por la negativa de Venezuela a reconocer la jurisdicción de la CIJ en el asunto, sosteniendo que el río Esequibo forma una frontera natural históricamente reconocida. Por otro lado, Guyana, una antigua colonia británica y holandesa, insiste en que las fronteras fueron establecidas por un panel de arbitraje en 1899, una posición respaldada por la mayoría de la comunidad internacional.

De la mano con Estados Unidos

En respuesta a estos eventos, Guyana ha reforzado su cooperación en materia de defensa con Estados Unidos y otros socios estratégicos, y continúa los esfuerzos diplomáticos para persuadir a Venezuela de permitir que la CIJ tome la decisión final sobre el litigio. «Ya dejamos claro que acataremos la sentencia del tribunal», afirmó Todd, subrayando el compromiso de Guyana con una resolución pacífica y legal del conflicto.

Guyana
La situación alcanzó un nuevo nivel de urgencia cuando el gobierno de Guyana, bajo la administración de Irfaan Ali, comenzó a subastar bloques petroleros en el Esequibo en agosto. Ilustración MidJourney

El referendo ha sido descrito por Guyana como una amenaza «existencial», temiendo que pueda allanar el camino para que Venezuela se apodere «unilateral e ilegalmente» de la región. La decisión de Caracas de llevar a cabo la votación, a pesar de la solicitud de Georgetown a la CIJ para bloquearla, y la insistencia de la corte en que Venezuela no tome ninguna medida que afecte el territorio en disputa, han dejado a la región en un estado de incertidumbre y expectativa.

Sube la polarización

La retórica utilizada por el gobierno venezolano en la campaña previa al referendo, y los resultados del mismo, han llevado a una mayor polarización en la opinión pública tanto en Venezuela como en Guyana. El presidente Ali, en una entrevista con el programa Newshour de la BBC, expresó su preocupación por la retórica y la actitud de las autoridades venezolanas, calificándolas de imprudentes y aventureras. «Este tipo de retórica y el referendo pueden llevar a muchas circunstancias, a gente actuando por cuenta propia, avivando los sentimientos del público sobre un tema en torno al cual intentas crear un conflicto», dijo Ali.

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La consulta también ha planteado interrogantes sobre el futuro de la región y las relaciones bilaterales entre ambos países. La posibilidad de que el resultado del referendo conduzca a acciones unilaterales por parte de Venezuela es una preocupación creciente para Guyana y la comunidad internacional. La alta participación en el referendo y la declaración de Maduro de una «victoria abrumadora» sugieren un fuerte apoyo popular a la posición del gobierno venezolano, lo que podría tener implicaciones significativas para la estabilidad regional y las relaciones internacionales.

La situación en el Esequibo es un claro ejemplo de cómo las disputas territoriales históricas pueden resurgir y exacerbarse en el contexto de intereses geopolíticos y recursos naturales. La respuesta de la comunidad internacional a esta escalada será crucial para garantizar una resolución pacífica y justa del conflicto. Mientras tanto, Guyana y sus aliados se mantienen en estado de alerta, observando atentamente los próximos movimientos de Nicolás Maduro y su gobierno, esperando que la diplomacia prevalezca sobre la confrontación.

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