Diego Salazar: El periodismo está arrodillado ante la celeridad y alejado de la calidad

En un mundo saturado de información instantánea y efímera, el periodista Diego Salazar, una voz respetada en el periodismo global, advierte sobre un cambio sísmico en el ecosistema informativo. Editor y colaborador en medios de renombre en Latinoamérica, Europa y Estados Unidos, Salazar ha vivido en primera línea la evolución del periodismo. Su perspectiva, forjada en las trincheras de la información y el análisis crítico, resuena con una claridad inquietante. «Vivimos un nuevo momento informativo», declara Salazar, delineando un panorama donde la velocidad ha eclipsado la profundidad y la precisión. 

El avezado periodista fue voz activa en la videoconferencia «Boom: el ecosistema informativo ha volado por los aires», organizada por la Academia Prodavinci. Allí Diego Salazar compartió su análisis sobre este fenómeno. Con más de 15 años de experiencia y un Premio Nacional de Periodismo de Perú en su haber, no es un observador casual. Su trabajo en The New York Times, El País, y otros grandes medios, junto a su libro «No hemos entendido nada», reflejan un compromiso con un periodismo de calidad, ahora amenazado por el vértigo de la era digital. 

Diego Salazar
«Nos hemos acostumbrado a una velocidad de vértigo para consumir información», señala Salazar. Ilustración MidJourney

La experiencia de Diego Salazar 

«Nos hemos acostumbrado a una velocidad de vértigo para consumir información», señala Salazar. Este apetito insaciable por la novedad inmediata ha creado un terreno fértil para la desinformación. Un claro ejemplo es el incidente en Lima, donde un suceso trágico se multiplicó en narrativas contradictorias en menos de 48 horas, alimentando rumores y especulaciones. Salazar critica la premura de los medios en publicar sin la debida verificación, una carrera imprudente por ser los primeros en lugar de ser los más precisos. 

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Diego Salazar identifica también una transformación en el modelo de negocio del periodismo. La era de la exclusividad informativa de los medios tradicionales ha terminado. Con la llegada de Twitter y Facebook como plataformas generalizadas, el ciclo informativo se ha acortado dramáticamente, dejando atrás la era en la que las noticias se cocinaban a fuego lento, con tiempo para la verificación y el análisis. «Ahora esperamos tener información al minuto», lamenta Salazar, subrayando cómo esta aceleración ha despojado a los medios de su rol tradicional de curadores fiables de la información. 

El dilema es doble  

Tenemos que analizar dos piezas. Por un lado, la incapacidad de los medios para competir con la rapidez de las redes sociales en la verificación de hechos; por otro, la homogeneización del contenido en internet, donde la veracidad a menudo se sacrifica en el altar de la inmediatez. Los medios, en su intento de adaptarse, han perdido parte de su esencia. Salazar advierte sobre la peligrosa dinámica de amplificar rumores no verificados, lo que socava la credibilidad de la prensa y su rol como pilar de la democracia. 

Diego Salazar también reflexiona sobre el colapso del modelo de negocio tradicional de los medios. La era en la que los anuncios financiaban el periodismo está en declive. La atención del público se ha dispersado en el vasto universo digital, erosionando el modelo que sostuvo a los medios durante dos siglos. Este cambio radical, unido a la aparición de productores de contenido independientes en redes sociales y blogs, ha desafiado la sostenibilidad económica de muchos medios. 

Diego Salazar
Diego Salazar: el periodismo debe reinventarse para seguir siendo el guardián de la verdad en una era de información sin límites. Ilustración MidJourney

El oxígeno de prestigio 

Los medios tradicionales enfrentan un panorama incierto. La transición a modelos de suscripción, viable para algunos, no es una solución universal. «Los que han logrado sobrevivir son aquellos con suficiente alcance o prestigio», explica Salazar, pero muchos otros luchan por encontrar un modelo sostenible en esta nueva era. 

El llamado de Diego Salazar es claro: es crucial aprender a navegar en este ecosistema acelerado, sin sacrificar la esencia del periodismo – verificación y contexto. La experiencia de Salazar, incluyendo su crítica al tratamiento de noticias como el ataque en Gaza por medios de renombre, destaca la necesidad de un periodismo más reflexivo y menos reaccionario. «Vivimos tiempos en los que incluso los grandes diarios sienten la presión de publicar sin verificar», señala, enfatizando la urgencia de un retorno a los principios fundamentales del periodismo. 

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El periodismo debe reinventarse 

Este nuevo panorama informativo, caracterizado por una celeridad vertiginosa y una diversificación de voces, plantea desafíos significativos. Diego Salazar, con su visión aguda y experiencia profunda, nos invita a reflexionar sobre el futuro del periodismo. Un futuro donde la calidad no debe subyugarse a la velocidad, y donde el periodismo debe reinventarse para seguir siendo el guardián de la verdad en una era de información sin límites. 

En esta encrucijada del periodismo moderno, la voz de Diego Salazar resuena como un llamado a la acción para los profesionales de la información. La era digital, con todas sus maravillas y desafíos, exige un replanteamiento radical de cómo se produce, verifica y distribuye la noticia. Salazar insta a los periodistas y medios de comunicación a reevaluar su papel en una sociedad saturada de información.  

La clave, según él, no solo radica en adaptarse a las nuevas tecnologías, sino en reafirmar el compromiso con los principios éticos del periodismo: la búsqueda incansable de la verdad, la objetividad y la precisión. En un mundo donde la información se consume y se descarta con rapidez, Salazar destaca la importancia de cultivar una audiencia informada y crítica, capaz de discernir entre la noticia bien fundamentada y el ruido constante de las redes sociales. Este es el desafío que define nuestro tiempo, un desafío que Diego Salazar aborda con la convicción de quien ha dedicado su vida a la noble causa del periodismo. 

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