El Tapón del Darién y los chinos cada día se hacen más asiduos rumbo al norte

El Tapón del Darién y los chinos están creando una relación simbiótica cada vez más nutrida. La espesa selva que separa Colombia de Panamá, ha sido testigo del paso constante de migrantes en busca de una vida mejor. Pero recientemente, este peligroso camino ha sido transitado cada vez más por un grupo particular: ciudadanos chinos que, desesperados y decididos, emprenden un riesgoso viaje hacia el norte. Li Yuan, periodista de The New York Times y escritora de la columna «New New World», centra su atención en este fenómeno, destacando la creciente presencia de migrantes chinos en esta ruta.

El viaje de Gao Zhibin y su hija de 13 años ilustra la extrema determinación y la angustia de estos migrantes. Partiendo de Pekín el 24 de febrero, su odisea de 35 días los llevó a través de nueve países, enfrentando desafíos inimaginables. La parte más desgarradora de su travesía fue atravesar el Tapón del Darién. Esta brutal selva panameña no solo desafió su resistencia física, causando enfermedad y agotamiento extremo, sino que también probó su fortaleza mental. Gao, quien perdió casi 14 kilogramos durante el viaje, refleja la desesperación de muchos que, como él, ven la emigración como la única vía de escape de un futuro incierto en China.

Darién y los chinos
Los chinos que cruzan el Tapón del Darién siguen una manual que circula en redes sociales, que les sugiere entregarse a las autoridades fronterizas estadounidenses pedir asilo. Ilustración MidJourney

Darién y los chinos son amigos cercanos

La historia de Gao y su hija es solo un ejemplo entre muchos. Según las autoridades de inmigración panameñas, el Darién y los chinos son una escena que se vuelve cada día más común, superando a otros grupos nacionales, excepto venezolanos, ecuatorianos y haitianos. Anteriormente, esta ruta era más frecuentada por cubanos y haitianos, con una presencia menor de personas de Nepal, India, Camerún y el Congo.

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Los motivos detrás de esta migración masiva son complejos y multifacéticos. Por un lado, están aquellos migrantes chinos más educados y adinerados que buscan canales legales como visas de educación y trabajo para huir de un clima económico sombrío y de la opresión política. Por otro lado, está el grupo de migrantes del Tapón del Darién, cuya mayoría sigue un manual que circula en redes sociales. Este manual sugiere cruzar la frontera por el Darién, entregarse a las autoridades fronterizas estadounidenses, y solicitar asilo basándose en un temor fundado de persecución al regresar a China.

Huyen por miedo a la pobreza

La huida de estos migrantes es un voto de censura hacia el gobierno de Xi Jinping, quien se encuentra en su tercer mandato de cinco años. Mientras Xi proclama el ascenso de Oriente y la superioridad del modelo de gobierno chino sobre los sistemas democráticos occidentales, muchos ciudadanos chinos, especialmente aquellos de clase media baja, temen caer en la pobreza y ya no ven un futuro en su país natal. La represión estatal en China no discrimina: cristianos, musulmanes, uigures, tibetanos, mongoles, trabajadores que reclaman salarios atrasados, propietarios que protestan, estudiantes que usan VPN para acceder a redes sociales, y funcionarios del Partido Comunista atrapados con libros prohibidos, todos son posibles blancos.

Darién y los chinos
El Darién y los chinos protagonizan un creciente flujo de migrantes, es un giro dramático del patrón migratorio establecido en las décadas de 1980 y 1990, cuando millones de chinos emigraron a países desarrollados. Ilustración MidJourney

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos reporta que más de 24.000 migrantes chinos fueron detenidos temporalmente en la frontera sur en el año fiscal 2023, un aumento notable comparado con la década anterior. El Darién y los chinos protagonizan un creciente flujo de migrantes, es un giro dramático del patrón migratorio establecido en las décadas de 1980 y 1990, cuando millones de chinos emigraron a países desarrollados.

Huir del Estado y sus normas

El caso de Gao, quien creció en un pueblo en la provincia de Shandong y se trasladó a Pekín en 2003, es representativo de muchos. Trabajando primero en una cadena de ensamblaje y luego en el negocio inmobiliario, Gao experimentó tanto el éxito como la adversidad en China. Su lucha contra el gobierno local por su propiedad y la posterior represión lo llevaron a considerar la migración como su única opción.

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El Darién y los chinos con testimonios como el de Gao y otros como él,m revelan una realidad alarmante: la creciente desesperación de los ciudadanos chinos que buscan seguridad y una vida mejor. Mientras que algunos, como Zhong, un cristiano de Sichuan, encuentran en Estados Unidos la libertad de expresión y religión que les fue negada en su país natal, otros, como Gao, enfrentan nuevos desafíos en su intento de adaptarse y prosperar en una tierra extranjera.

El aumento de migrantes chinos a través del Tapón del Darién es un testimonio conmovedor de los extremos a los que las personas están dispuestas a llegar en busca de seguridad y oportunidades. Esta tendencia refleja no solo las dificultades dentro de China, sino también la persistente atracción del «sueño americano». A pesar de las adversidades y los riesgos, estos migrantes demuestran una resiliencia y esperanza extraordinarias, símbolos de su inquebrantable deseo de un futuro mejor.

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