Violencia del extremismo islámico es aguardada en cada nación de la Unión Europea

El reciente ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre ha expuesto una realidad preocupante y compleja: la creciente amenaza de violencia del extremismo islámico. Este evento, señalado por Henrik F. Rasmussen, director ejecutivo del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, no solo recalca el fracaso de los esfuerzos de Estados Unidos, Europa e Israel por gestionar los problemas de seguridad en la región, sino que también subraya la urgencia de una nueva estrategia.

La táctica de Israel, conocida como «cortar el césped», mediante incursiones limitadas contra terroristas en Gaza, ha demostrado ser insuficiente. Ahora, enfrentando la necesidad de una solución más definitiva contra Hamás, Israel busca el apoyo de Estados Unidos y Europa, incluyendo la presión diplomática para negar santuarios a Hamás en países como Turquía y Qatar.

Violencia del extremismo islámico
La táctica de Israel, conocida como «cortar el césped», mediante incursiones limitadas contra terroristas en Gaza, ha demostrado ser insuficiente. Ilustración MidJourney

Violencia del extremismo islámico

Sin embargo, la amenaza se extiende más allá de Hamás, con Irán representando un peligro más significativo. El régimen iraní, al apoyar a Hamás y proclamar abiertamente su hostilidad hacia Israel y Estados Unidos, sigue avanzando en su desarrollo nuclear. La influencia de Irán no se limita a la región, sino que impacta directamente a Europa a través de sus misiles, drones, representantes terroristas y amenazas a los suministros energéticos.

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Este impacto ya es palpable en Europa, donde Rusia ha utilizado drones iraníes en su conflicto con Ucrania, poniendo a prueba las defensas aéreas y la infraestructura civil ucraniana. Con estos datos en perspectiva, la violencia del extremismo islámico es una amenaza real para la Unión Europea. Además, Teherán está facilitando a Moscú el desarrollo de su capacidad de producción de drones, lo que representa una amenaza no solo para Ucrania sino para todos los países miembros de la OTAN que comparten frontera con Rusia.

Irán y sus amenazantes aliados

La postura amenazante de Irán y su apoyo a representantes terroristas en todo el Medio Oriente también presentan un peligro económico significativo para Europa. Los ataques de octubre llevaron a Israel a suspender la producción en el campo de gas Tamar, provocando un incremento inmediato en los precios europeos. Este aumento es solo una muestra de las posibles repercusiones económicas de una escalada de tensión por parte de otros representantes iraníes, como Hezbollah en Líbano o los hutíes en Yemen, y de cualquier intento de Irán de cerrar el Estrecho de Ormuz, por donde pasa una quinta parte del suministro mundial de petróleo.

Violencia del extremismo islámico
Según David Albright, colega de Rasmussen en el Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, Irán podría construir un arma nuclear tosca en solo seis meses. Ilustración MidJourney

Europa también debe considerar la hostilidad ideológica del régimen iraní hacia valores occidentales fundamentales como la libertad de expresión, la tolerancia religiosa y los derechos de las mujeres. La abierta aprobación iraní del ataque del año pasado contra el autor Salman Rushdie y los secuestros y asesinatos de disidentes en Europa y Estados Unidos, reflejan un ataque directo a la cultura de libertad de expresión occidental; prueba de que la violencia del extremismo islámico está en ciernes.

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Armas nucleares en la sumatoria

La posesión de armas nucleares por parte de Irán, combinada con la tecnología avanzada de misiles, representa una amenaza aún mayor. Según David Albright, colega de Rasmussen en el Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, Irán podría construir un arma nuclear tosca en solo seis meses. El acuerdo nuclear de 2015 con Irán (el Plan de Acción Integral Conjunto – JCPOA) fue un intento de gestionar esta amenaza, pero se basó en la premisa de que el régimen iraní era un actor racional, algo que ahora se pone en duda.

La violencia del extremismo islámico, amplificada por la creciente amenaza de Irán, no solo es un problema regional, sino que representa un desafío directo para la seguridad y estabilidad de Europa. La Unión Europea y sus aliados deben reevaluar y fortalecer sus estrategias para enfrentar esta creciente amenaza, no solo para garantizar la seguridad de sus ciudadanos, sino también para proteger sus valores fundamentales y su estabilidad económica.

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